La actriz de Mujeres Desesperadas consiguió una carrera exitosa en la televisión estadounidense de la noche a la mañana, y sin haberlo planeado. ¿Cómo? Según ella, por la gracia de Dios. Eva Longoria se confiesa muy creyente y piensa que, dadas las circunstancias de sus inicios como actriz, fueron fuerzas divinas las que la colocaron en el lugar donde se encuentra.
Durante toda su vida, hasta la llegada a la universidad, a Longoria nunca se le pasó por la cabeza eso de ser actriz. Fue mientras estudiaba para ser entrenadora deportiva cuando empezó a hacer sus pinitos en el 'show business', pues participaba en concursos de belleza para poder pagarse la carrera con el dinero de los premios.
Cuando acabó sus estudios, Longoria empezó a prepararse para cursar un grado superior, pero la oportunidad de su vida se cruzó en su camino. "A través de uno de esos concursos gané un viaje a Hollywood para participar en un certamen de modelos. Ya tenía todo preparado para hacer un máster, pero me vine a Los Ángeles y ya nunca me fui", ha explicado la actriz a la revista Prestige.
Una vez en Hollywood, un buen día Longoria se levantó y "literalmente dije: 'voy a ser actriz', ni siquiera lo pensé". Sus deseos se cumplieron y ahora es una de las estrellas de la televisión estadounidense, algo que puede achacarse a la suerte... o a Dios.
"Tengo mucha fe en Dios y en aquel momento sentí una increíble guía desde arriba que me daba fuerza. Era algo muy fuerte que me empujaba a venir a Los Ángeles, así que dije 'no voy a luchar contra ello'", ha declarado la actriz.
Y no sólo eso, Longoria asegura que, una vez que la acción de Dios le ayudó en su carrera, nunca más se separó de ella. "Siempre me he sentido muy protegida, como si éste fuera el lugar donde debo estar", ha afirmado la actriz.