La Guardia Civil ha detenido a dos hombres como presuntos autores de varios delitos contra la intimidad por colocar cámaras ocultas, uno en las habitaciones de un hotel de la localidad lucense de Bóveda y el otro en un aseo de una farmacia en Tarazona, en Zaragoza.
La Dirección General de la Guardia Civil informa este martes sobre estos arrestos. En el caso del hotel del municipio de Lugo, fue el propietario del establecimiento el detenido tras investigar varias denuncias de huéspedes que descubrieron una cámara escondida detrás de un reloj colgado en la pared.
La primera denuncia fue la de una pareja a finales de año que, cuando apagó la luz de la habitación, detectó un reflejo justo detrás del reloj. Al inspeccionar el objeto descubrió una mini cámara que enfocaba hacia la cama.
Esta pareja avisó a sus vecinos de habitación que comprobaron que también había otra cámara de características similares escondida en otro reloj.
Al informar de estos hechos al propietario del hotel, este les indicó que las cámaras no funcionaban y les devolvió el importe pagado por el alojamiento, así como otros 300 euros con la intención de que de esta forma no presentaran denuncia.
SIn embargo, presentaron denuncia ante la Guardia Civil que inició la operación "Norbates" durante la cual otra persona denunció los mismos hechos e, incluso, presentó el reloj con la cámara.
Tras realizar un registro en el hotel y otro en el domicilio del propietario, los agentes se intervinieron dos ordenadores portátiles, una CPU, un disco duro externo, 15 pen drives, una mini cámara y tres relojes.
La operación continúa abierta pendiente de realizar un estudio de las grabaciones intervenidas y verificar si estas imágenes estaban destinadas a uso propio, difusión online o para comerciar con ellas.
Grabaciones en el aseo de una farmacia
En Tarazona (Zaragoza) la Guardia Civil ha detenido a otro hombre por colocar otra cámara de grabación en el aseo de la farmacia en la que trabajaba como informático.
La investigación se inició a primeros de este mes de julio cuando se recibió la denuncia de una de las empleadas que había descubierto la cámara en los baños orientada hacia el inodoro.
La cámara de grabación incluía la electrónica necesaria para almacenar las imágenes en una tarjeta de memoria de 32 GB y una batería externa que suministraba la energía suficiente a la cámara para que pudiera funcionar durante varias semanas.
Los investigadores averiguaron que el detenido adquirió la cámara hace aproximadamente un año y que podría haber estado en funcionamiento en los aseos desde el pasado mes de mayo.
El hombre detenido es un vecino de Tarazona al que se le atribuye un delito contra la intimidad.