La Audiencia Provincial de A Coruña acogerá el próximo jueves, día 4, el juicio contra un vecino de Arzúa que intentó matar a su mujer acuchillándola en varias ocasiones, una de ellas cerca del corazón. Fiscalía pide para él 8 años de cárcel.
Los hechos se remontan a noviembre de 2018, cuando el procesado y su esposa se encontraban en la cocina del domicilio familiar e iniciaron una discusión. En determinado momento, el hombre dijo a la mujer que aquello era "el fin de su matrimonio" y amenazó con que la "iba a matar", para suicidarse luego él.
Ella, pensando que su marido no sería capaz de cumplir lo anunciado, le replicó: "pues mátame", ante lo que él reaccionó cogiendo un cuchillo de cocina, que acercó hacia el pecho de la mujer, y se inició un forcejeo en el que ella logro quitarle el arma.
Acto seguido, el acusado volvió a coger otro cuchillo, con el que, con intención de acabar con la vida de su esposa, se lo clavó en el tórax, a la altura de la mama izquierda y próximo al corazón, aunque sin alcanzar a este órgano vital, recoge la fiscalía.
Tras ello, apunta el Ministerio Público, comenzó un nuevo forcejeo entre la pareja, durante el cual el le asestó más puñaladas y la mordió en dos ocasiones. Finalmente, la víctima salió a la calle para pedir ayuda.
Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa y pide para el hombre ocho años de prisión, así como alejamiento de la víctima por un periodo posterior de 10 años y que la indemnice con algo más de 14.000 euros por los daños sufridos.
39 AÑOS POR RETENCIÓN, AGRESIÓN Y VIOLACIÓN
También el próximo jueves, en esta ocasión en la Audiencia de Pontevedra, se retomará el juicio contra un vigués de 45 años de edad acusado de maltratar de forma habitual a su pareja, de atarla y agredirla sexualmente, para el que Fiscalía pide 39 años de cárcel.
En la primera sesión del juicio, el pasado 19 de enero, el acusado, que solo respondió a preguntas de su abogada, negó los hechos, y sostuvo que "un día" mantuvo una "discusión un poco fuerte" con su pareja porque ella "tenía un problema con las compras" y vació las huchas de su hija. Igualmente rechazó que ejerciese un control férreo sobre la ropa que vestía la mujer, su teléfono móvil o que le impidiese relacionarse con sus amigas.
Sí reconoció que no le gustaba que su pareja se relacionase con su familia, pero se justificó indicando que el padre tenía problemas psiquiátricos y la hermana se había intentado suicidar, de modo que él consideraba que no era una compañía "buena para una niña", en referencia a su hija.
Según sostiene el fiscal en su acusación, y confirmaron los testigos durante esta sesión, desde el principio, y en especial desde que nació la niña, el acusado sometió a su mujer a "continuas humillaciones y menosprecios", provocando disputas en las que la insultaba y amenazaba.
Al sospechoso, según relata el fiscal, el 10 de octubre de 2019, un vecino le dijo que había visto a su pareja con otro hombre. Ante ello, cuando ella llegó de trabajar a las 22,30 horas de la noche, la ató con cuerda y la dejó encerrada en el taller de la vivienda que compartían, tras haberla agredido sexualmente, sacando fotografías que envió por WhatsApp a un amigo de la víctima.
El escrito de acusación de la Fiscalía recoge también episodios de continuas humillaciones y menosprecios durante años de convivencia en común que sumieron en el miedo a la víctima.
AGRESIÓN SEXUAL
Finalmente, el próximo martes, día 2, la Audiencia Provincial de A Coruña juzgará a un vecino de Santiago acusado de agredir sexualmente a su pareja, unos hechos por los que pide para él nueve años y medio de prisión.
Según el escrito de acusación fiscal, los hechos se remontan al mes de mayo de 2014, cuando el acusado y la víctima se encontraban en el interior de la vivienda común en Santiago de Compostela. Tras una discusión en el dormitorio, el procesado, supuestamente, empujó a su entonces pareja y la violó.
El Ministerio Público considera los hechos constitutivos de un delito de agresión sexual agravado y pide para el acusado nueve años y medio de cárcel, así como alejamiento de su víctima, para la que reclama una indemnización de 18.000 euros.