Para declarar el entorno de Ganivet y otras calles del centro histórico próximas, cuyos vecinos llegaron a organizar una "Noche en Blanco" por los ruidos
El PP ha instado al Ayuntamiento de Granada a iniciar los trámites para declarar el entorno de Ganivet y otras calles del centro histórico próximas, cuyos vecinos llegaron a organizar una "Noche en Blanco" por los ruidos y otros excesos del ocio nocturno, como zona acústicamente saturada (ZAS).
El portavoz popular, César Díaz, ha informado este jueves en rueda de prensa sobre los asuntos que su partido llevará al próximo pleno ordinario y ha acusado el alcalde, Francisco Cuenca (PSOE), de "dar la espalda" a los vecinos y no haber hecho nada.
"El PSOE está robando el sueño con ruidos insoportables cada noche que se incrementan aun más durante los fines de semana", ha advertido.
Ante esta situación el PP pretende instar al Consistorio a iniciar los trámites para declarar la calle Ganivet y adyacentes como ZAS y pedir al Gobierno municipal la actualización inmediata del mapa de ruidos para ver si hay otras zonas susceptibles.
El edil ha explicado que la normativa del ruido establece la obligatoriedad de identificar y elaborar mapas estratégicos de ruido en municipios con una población superior a los 100.000 habitantes.
No obstante, ha continuado, el último mapa de la capital granadina se aprobó en 2016 y quedó "desactualizado" como demuestra la variación de datos recabados en el sonómetro de la céntrica plaza del Carmen.
"En solo cuatro años se ha triplicado la potencia acústica existente en la zona, lo que equivale a un aumento del 200 % de la energía acústica existente en el ambiente", ha dicho Díaz.
La declaración de ZAS supondría una herramienta de control singular del ocio nocturno para adoptar medidas correctoras que permitan cumplir con los objetivos de calidad.
Esta petición se produce después de que comunidades de propietarios de la zona centro organizaron para el último puente festivo de octubre una "Noche en Blanco", sacando sábanas a balcones y ventanas y convocando caceroladas antes de la medianoche, como forma de protestar por los ruidos y otros excesos del ocio nocturno.