La custodia de su hijo de siete años, que desde 2017 se encuentra en Irán con el padre, al que ella denunció por maltrato
El Juzgado de Primera Instancia 10 de Granada ha aprobado el divorcio de Beatriz Arrabal, una enfermera de que solicitó la separación formal de su expareja, y le ha concedido la custodia de su hijo de siete años, que desde 2017 se encuentra en Irán con el padre, al que ella denunció por maltrato.
La sentencia del Juzgado de Familia, a la que ha tenido acceso EFE, ha estimado las peticiones de Arrabal cuya abogada, Sandra González Calvo, solicitó la concesión del divorcio en un juicio que se celebró el pasado 4 de julio y al que no se presentó la expareja de la enfermera.
La petición argumentada de González Calvo contó con el apoyo de la Fiscalía, que además se mostró favorable a la concesión de la guardia y custodia del menor a Arrabal.
Según el relato de hechos de la madre, recogido en la sentencia, su expareja aprovechó una visita al niño para llevarse al menor hasta Irán en 2017.
Un año después, la enfermera pudo ver a su hijo en Irán aunque no logró volver con él ya que la familia paterna quería que la pareja volviera a estar juntos y que ella se trasladara a aquel país a vivir para poder ver al niño.
Desde entonces, cuando la demandante se instaló en España y logró un trabajo fijo como enfermera, la comunicación con el menor fue disminuyendo hasta tal punto que el último contacto con el niño fue una llamada telefónica de febrero de este año.
El fallo del tribunal ha estimado la petición de divorcio y ha atribuido la guarda y custodia del menor a la madre, siendo la patria potestad compartida.
La sentencia, contra la que puede presentarse recurso de apelación, no ha establecido un régimen de visitas ni una pensión alimenticia a cubrir por el padre.