Hace cuarenta veranos el descubrimiento por parte de José Gibert de un fósil óseo en el yacimiento de Venta Micena situó a Orce (Granada) en el mapa de la paleontología mundial, un hito de la arqueología que se mantiene más allá de que el origen humano de ese resto haya sido discutido hasta la saciedad.
El hallazgo del fósil VM-0, conocido como "Hombre de Orce", puso el foco científico y mediático internacional en ese pequeño pueblo del norte de la provincia de Granada que, cuatro décadas después, quizá no haya sabido aprovechar en toda su dimensión el potencial que atesora como cuna de los primerísimos pobladores europeos.
Los ríos de tinta generados en el pasado por quienes desde la comunidad internacional cuestionaron la naturaleza humana de ese primer homínido del continente -todavía resuenan bromas como que el hombre de Orce pudo morir en realidad de peste equina- han dado paso a una defensa más firme y patente de la incuestionable importancia de los yacimientos en su conjunto.
Aunque no son pocas las voces que critican que Orce bien merecería por parte de la administración mucha más atención que la recibida en estos últimos cuarenta años, el alcalde de esta localidad, José Ramón Martínez, se muestra convencido de que la historia acabará por poner "a cada uno en su sitio".
"Quizá José Gibert fue el que más sufrió la dejadez por parte de las administraciones y la polémica por su descubrimiento. Ahora se nota que tanto la universidad como la Junta empiezan a creérselo y estamos en el buen camino", ha asegurado a EFE el regidor, quien el pasado agosto encabezó un homenaje al paleoantropólogo catalán con motivo del cuarenta aniversario del descubrimiento del Hombre de Orce, considerado el homínido más antiguo de Euroasia con 1,8 millones de años.
Este pueblo, que guarda en una caja fuerte el famoso y polémico fósil, cuenta con una calle, un museo y centro de interpretación sobre los primeros pobladores de Europa que lleva el hombre de José Gibert, nutrido por los tres yacimientos locales que integran Venta Micena, Barranco León y Fuente Nueva.
"Queremos que nuestros yacimientos, depositarios de un patrimonio de primer orden mundial, sean un polo de desarrollo para Orce y toda su comarca, donde también sería un revulsivo frente a la despoblación", ha indicado Martínez.
UN VALOR INCALCULABLE
De su importancia puede dar buena cuenta el profesor de Prehistoria y Arqueología de la UGR y director del ProyectORCE (2017-2021), Juan Manuel Jiménez Arenas, que ha destacado a EFE el indudable valor patrimonial que tienen los yacimientos, con Venta Micena como uno de los sitios con mayor riqueza en fósiles de vertebrados de gran tamaño de todo el continente europeo.
Eso ya sitúa a José Gibert en un lugar destacado dentro de la Paleontología y, además, gracias a su trabajo y al de su equipo se descubrieron otros yacimientos igualmente importantes, entre ellos el de Barranco León con miles de fósiles de animales extintos, útiles de piedra tallada fabricados por los antepasados más remotos y, al menos, un diente humano.
El fragmento craneal atribuido a "Homo" otorgó una "dimensión increíble" a Orce, ha explicado este experto, quien entiende que la trascendencia atribuida a Gibert radicaba en que su descubrimiento, en el contexto de 1982, envejecía en un millón de años el poblamiento humano más antiguo en suelo europeo, que entonces estaba en "tan solo" 500.000 años.
"Es como si mañana nos dijeran que la Alhambra la construyeron los romanos. Cambiaría totalmente la visión que tenemos sobre algo absolutamente asentado. Claro que, para que la sustitución de un paradigma científico ocurra, la afirmación debe venir acompañada de muchas y solidísimas evidencias", ha indicado.
Jiménez Arenas sostiene que, aunque ese no fue el escenario de 1982 y los años siguientes, con posterioridad sí se ha podido demostrar la presencia humana hace 1,5 millones de años en Orce, la más antigua de la parte occidental de Europa.
"No es extraño que se haya discutido hasta la saciedad sobre la humanidad del fósil VM-0, con algunos rasgos característicos humanos y otros que no lo son tanto (...) Pero es indiscutible que, sin la osadía, la intuición y el trabajo de José Gibert, Orce no sería lo que es", ha recalcado este profesor, que cree que sus yacimientos tienen "más futuro que pasado" por lo que necesitan de una mayor y mejor planificación y de la incorporación de financiación privada.
UNA POLÉMICA QUE TRASCIENDE LO CIENTÍFICO
El profesor de la Universidad de Barcelona Luis Gibert, hijo del descubridor del Hombre de Orce, confía en que después de 40 años la figura de su padre sea recordada como la de la persona "ética y honesta" que fue y a la que, a su juicio, el tiempo y un Congreso Internacional de Paleontología Humana celebrado en 1995 acabaron por darle la razón.
"Mi padre cuestionó la presencia humana más antigua, primero en Tautavel (Francia) y luego en Atapuerca (Burgos), y no se ha hecho justicia con su descubrimiento. Su independencia y pensamiento libre tuvieron un precio muy alto. Quiso siempre trabajar en Orce y se le pusieron muchas trabas para conseguir autorizaciones", ha asegurado a EFE Luis Gibert, que se ha referido a las dificultades y resistencias que supuso romper entonces un paradigma, y a las trabas posteriores para seguir investigando en Venta Micena.
Más allá de las polémicas, lo cierto es que el trabajo de un hombre, José Gibert, junto a su equipo, y el hallazgo del famoso y controvertido fósil, situaron a Orce en un lugar crucial de la historia y que décadas después nadie puede rebatirlo.
Granada
El hombre que situó a Orce en el mundo
El hallazgo del fósil VM-0, conocido como "Hombre de Orce", puso el foco científico y mediático internacional en ese pequeño pueblo del norte de la provincia
- Roberto Ruiz Oliva
- Provincia de Granada
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