La Fiscalía ha rebajado de ocho a cinco años y medio de prisión su petición de condena para el conductor que está siendo juzgado esta semana en la Audiencia de Granada por un jurado popular acusado de conducir de forma temeraria y bajo los efectos del alcohol provocando, el 11 de septiembre de 2017, un accidente en el que murieron dos jóvenes y una tercera persona resultó herida.
En la última sesión de este juicio, que se ha prolongado hasta las siete de la tarde de este miércoles, la Fiscalía y la acusación particular --que ejercen los familiares de las víctimas y la joven que salvó la vida en el accidente--, han realizado un escrito conjunto solicitando una pena de cuatro años por dos delitos de homicidio, lesiones imprudentes y conducción temeraria; y piden otro año y medio por la omisión del deber de socorro, reduciendo así dos años y medio su petición por esto último.
La razón de ambas acusaciones para mantener la solicitud de pena por la omisión de socorro, aunque se reduzca, es el hecho de que el acusado omitió a su juicio cualquier comprobación del estado en que quedó el vehículo contra el que colisionó aquel día en la A92N y se preocupó "únicamente" por alejarse de la escena del accidente, según han detallado a Europa Press fuentes del caso.
La circunstancia de que las víctimas, de entre 20 y 22 años, pudieran ser asistidas en un plazo de unos 10 minutos por los servicios de emergencia, es lo que les ha llevado a la reducción de la petición de pena, solicitándola en el tramo inferior que establece la ley. Está previsto que los miembros del jurado reciban este jueves por la mañana el objeto del veredicto y se retiren a deliberar sobre este caso.
En la primera sesión del juicio, el acusado declaró que cuando cogió el coche "estaba en condiciones para conducir" pese a que había ingerido alcohol previamente, pero el otro vehículo iba a poca velocidad, había un cambio de rasante y no lo vio. "Cuando me di cuenta estaba encima de él, intenté esquivarlo" y en esa maniobra "le golpeé", dijo.
Según explicó, tras la colisión salió del coche y se acercó al de las víctimas, pero no les prestó auxilio ni llamó a los servicios de emergencia porque "de momento" pararon otros vehículos y una mujer le hizo saber que ya habían dado el aviso. "Me dijeron lo que había pasado y no quería ni mirar; me dio un ataque de ansiedad y me puse muy nervioso", ha expuesto, aunque ha reconocido que en vez de quedarse allí seguidamente para hablar con la Guardia Civil o recibir asistencia sanitaria optó por irse andando hasta una venta cercana para que un familiar le recogiera y le llevara al hospital.
También dejó en el lugar del accidente a su tío, que según el fiscal, manifestó a la Guardia Civil y a los sanitarios que "él era el único ocupante y el conductor del vehículo". Ya en el Hospital de Baza fue atendido y, tal y como consta en la causa, se le practicó un análisis de sangre que arrojó una tasa de alcohol en sangre de 2,14.
No obstante, el acusado mantiene que esto es fruto de lo que bebió tras el accidente, en la cafetería del propio centro hospitalario, mientras esperaba a ser atendido. "Se me había quitado bastante el dolor de pecho y la ansiedad, me encontraba un poco mejor (...) me fui a la cafetería del hospital y bebí unas cuantas cervezas", relató.