Hace apenas dos semanas una antigua presa minera en el centro de Sudáfrica colapsó y se cobró la vida de al menos tres vidas, además de arrasar viviendas y dejar la zona sin electricidad ni agua potable. En 2019 fue en Brasil donde la rotura de una presa minera, con un tipo de construcción como en la mina de Riotinto (presa de relaves agua arriba), provocó un desastre medioambiental al derrumbarse y derramar miles de metros cúbicos de lodos, además de contabilizarse más de 200 fallecidos. Y aunque ya han pasado 24 años, el desastre de Alznalcóllar sigue muy presente por su cercanía y su impacto en Doñana.
La rotura de presas mineras no es habitual pero sucede, de ahí que Ecologistas en Acción ponga especial énfasis en la simulación de rotura en el nuevo periodo de información pública abierto por la Junta de Andalucía para dar el visto bueno a un recrecimiento de los muros de cierre de las balsas mineras de Riotinto propuesto por Atalaya.
Isidoro Ignacio Albarreal, de Ecologistas en Acción, explica a Viva Huelva que precisamente una de las peticiones que han hecho a la Junta de Andalucía en sus alegaciones presentadas tiene que ver con los estudios de rotura de presas, reclamando un nuevo estudio independiente, ya que las conclusiones del primer estudio realizado por la empresa en 2014 y el segundo, elaborado en 2021, son bastante dispares.
Curiosamente, el primer estudio presentado por Atalaya, encargado a la empresa Ayesa y fechado en 2014, se elaboró sobre unos cálculos que no contemplaban “el nuevo recrecimiento de 42 metros y 161 millones de toneladas más de lodos tóxicos dentro de las presas” que se plantea ahora.
Y pese a ello, esa simulación de un posible vertido por rotura catastrófica pronosticaba que los lodos llegarían hasta la ría de Huelva, y de ahí al mar, e inundarían zonas de polígonos industriales de Gibraleón, Aljaraque y Huelva, explica Albarreal.
En cambio, la simulación presentada a la Administración autonómica dentro de los trámites para lograr luz verde al nuevo recrecimiento, fechada en 2021 por la empresa Kinght Piesold, “dice que a pesar de incluir 161 millones de toneladas más de lodos y recrecer 42 metros los muros, una posible rotura no llegaría ni a Gibraleón”.
Ecologistas cree que se trata de una “manipulación de cálculos” que lo que busca es “eludir el cumplimiento de las obligaciones de realizar consultas transfronterizas -a Portugal y Marruecos- por las posibles afecciones a sus aguas litorales y costas en caso de ocurrencia de rotura catastrófica”.
Por ello, la organización ecologistas pide a la Junta en sus alegaciones que “se realicen los actos de instrucción necesarios para que se realice un estudio de rotura independiente, que analice los estudios de Ayesa de 2014 y de Kinght Piesold de 2021 a los efectos de verificar con fiabilidad la identificación, descripción, análisis y, si procede, cuantificación de los efectos derivados de la vulnerabilidad del proyecto antes riesgos de accidentes graves o catástrofes”.