El Servicio de Urgencias del Hospital Infanta Elena de Huelva ha puesto en marcha un curso eminentemente práctico sobre la
canalización de vías arteriales y venosas guiadas por ecografía, con el fin de aumentar la precisión de su personal de enfermería en este tipo de procedimientos, ganando así en calidad y en seguridad. El objetivo se centra en familiarizar a los profesionales del área con esta herramienta, "ganando en confianza y permitiendo así nuevos abordajes, mejores y más seguros".
Según ha indicado la Junta en una nota de prensa, el curso formativo ha surgido de la iniciativa de la propia unidad, "siempre interesado en actualizar y revisar sus conocimientos", con la intención de aplicarlos a la práctica clínica diaria, lo que supone "una mejora significativa en la atención que se presta a los pacientes".
En este sentido, han valorado como "muy positivo" la utilización del uso de ultrasonidos, que es el mecanismo de diagnóstico que utiliza el ecógrafo, para la práctica cotidiana del área de Urgencias en los casos en los que está indicada su utilización, siendo el primer hospital de la provincia en implantarlo.
Precisamente, el equipo de docentes, formado por un médico y un enfermero de Urgencias, han sido los impulsores de este programa formativo, respaldados por los resultados de los últimos estudios realizados sobre el uso de esta técnica, que alcanza el 80% de éxito en la implantación de catéteres y que resulta cada vez más utilizada en los principales hospitales del país.
En este sentido, las "incuestionables" ventajas de esta técnica y "el interés" despertado en los profesionales de enfermería, los que han decidido al centro hospitalario a extender esta formación a otros servicios como UCI y Bloque Quirúrgico, con el fin de que gran parte del personal de enfermería sea capaz de reconocer la ecoanatomía vascular y esté familiarizado con estas técnicas, según ha apuntado la Junta.
La ecografía en el ámbito enfermero tiene múltiples aplicaciones y es el más indicado para determinados procedimientos, como puede ser la canalización de las vías venosas periféricas, así como para la punción en el caso de gasometrías arteriales. También está demostrado que esta práctica, según ha señalado la Junta, resulta "muy útil" para la inserción de forma rutinaria de un catéter central de acceso periférico o PICC, "registrándose un 78% de éxito en la correcta inserción del mismo en la primera punción".
Los PICC están formados por una sonda larga y flexible que se coloca en una vena de la parte superior del brazo, alcanzando vasos centrales más cercanos al corazón. Este dispositivo permite introducir líquidos en el torrente sanguíneo (medicamentos o nutrición parenteral) y tomar muestras de sangre más fácilmente de forma indolora y totalmente segura, evitando así las continuas punciones.
Otras aplicaciones son la correcta colocación de las sondas vesicales y nasogástricas, así como la detección de un globo vesical (retención aguda de orina), evitando complicaciones y molestias al paciente. Se utiliza también en muchas ocasiones para la administración de quimioterapia y otros medicamentos intravenosos.
La principal finalidad de este tipo de dispositivos es preservar y cuidar el sistema venoso del paciente, mucho más en los casos en los que se administran tratamientos que pueden deteriorar en alguna medida el sistema vascular. Los principales riesgos de este procedimiento tienen que ver con la inserción, por lo que contar con un abordaje ecoguiado por personal de enfermería formado es una garantía también para su éxito.
La utilización de la ecografía clínica por parte de enfermeros en el ámbito de Urgencias y Emergencias ha ido progresivamente ganando protagonismo en los últimos años, ya que el ecógrafo es "una excelente" herramienta para localizar las venas en caso de que visualmente o a la palpación resulte dificultoso su acceso y punción y se está estudiando su uso para otros procedimientos complejos.
Este curso se enmarca en el programa de formación que llevan a cabo los Servicios asistenciales del Hospital Infanta Elena para actualizar conocimientos y adecuar la práctica clínica a las recomendaciones y guías de atención de las principales sociedades científicas, con el objetivo de prestar la mejor asistencia sanitaria posible a los pacientes y mejorar su nivel de salud.