En pleno debate sobre el agua en Doñana, con una sequía que no da cuartel y ante el planteamiento de soluciones como el
trasvase de agua desde los ríos Guadiana o Tajo, Ecologistas en Acción lanza un mensaje claro: “Se confunde la realidad con los deseos”.
Juan Romero representa a la organización ambientalista en el Consejo de Participación de Doñana y no se corta a la hora de poner nombre y apellidos a lo que pasa con el agua: “
Hay un exceso de ambición, hay un apetito muy voraz y concretamente insaciable. El agua desgraciadamente está mal repartida, derrochada y tristemente contaminada. Eso es lo que estamos haciendo con un bien que es limitado”.
Y el mayor ejemplo, a su juicio, está en Doñana, donde
“el 95% del agua disponible está destinada al regadío intensivo”. Al respecto, apunta que “se están gastando más de 105 hectómetros cúbicos de agua y solo cinco o seis son para abastecimiento, el resto es para la agricultura del regadío”.
Su resumen es claro: “Hay agua para la producción, casi toda, pero hay muy poco o casi ninguna para la conservación, y la naturaleza necesita el agua para su mantenimiento y para la dinámica natural, pero lo hacemos es apropiarla para los sistemas productivos”.
Por lo tanto, recalca Romero,
“lo que hay es un desequilibrio y una injusticia en el reparto del uso de este bien limitado”.
En cuanto a la posibilidad de llevar agua a Doñana desde el Guadiana, el representante de Ecologistas en Acción recuerda que este río “está muy regulado y sobre todo en Extremadura, y los embalses que tiene no se llenan. El Alqueva tampoco se llena y Portugal está creciendo en sus niveles de regadío como España”.
Al hilo, añade que la cabecera del Guadiana “
tiene el mismo problema que tenemos nosotros en Doñana, es decir, está sobreexplotado. ¿Cómo van a mandar agua del Guadiana a Huelva para Doñana cuando tienen el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y se lo han cargado con un regadío intensivo?”
Se trata de “recetas”, a juicio de Romero, que
“los tecnócratas las hacen obedeciendo a los fondos de inversión, que han aterrizado en Huelva y en muchos sitios”.
Así, apunta que “antes aterrizaron en el litoral con las viviendas, especularon y negociaron con ellas, y ahora están apostando por la
burbuja del regadío”.
En el caso de Huelva, el representante de Ecologistas alerta de que
“hay unas perspectivas de duplicar los regadíos en Andévalo, Costa y también en la Sierra, y se quieren poner en 100.000 hectáreas”, según se recoge en la Planificación Hidrológica del Tinto-Odiel-Piedras.
Ante este escenario, y teniendo en cuenta que con la crisis climática actual “las lluvias se van a reducir en torno a un 10-15% en la próxima década”, Romero apuesta por “plantearse el uso que estamos haciendo del agua, gestionarla correctamente y, por supuesto,
hacer un reparto más social, priorizando el abastecimiento a las poblaciones”.