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Huelva

El mundo es nuestro, así que queden todos serenísimos

‘El mundo es nuestro’, comparsa de Sevilla, y ‘Los serenísimos’, chirigota de Huelva, lo más aplaudido de la tercera sesión del concurso

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  • Los serenísimos -

En un momento como el actual en el que parece que sólo son noticias las malas noticias, el Carnaval tiene mucho que decir. Y además, si lo hace con un canto al optimismo, y lo hace con un grupo que sepa defender las letras y que cada año tiene más fuerza sobre el escenario del Gran Teatro, pues mucho mejor. Hablamos de ‘El mundo es nuestro’, comparsa de Sevilla, que en su actuación de este domingo, se postularon como una de las que van a dar guerra en este concurso. Las tristezas, al purgatorio. Todo lo malo al cajón con un canto al optimismo. Bella presentación. Los padres que maltratan a sus hijos reciben una auténtica bofetada carnavalera en el primer pasodoble. El drama de los desahucios vuelve a aparecer en una letra en primera persona, directa y emotiva. Originalidad en la propuesta literaria. A la hora de interpretar los cuplés, cambian a un tono gracioso refrendado por un bello estribillo. Esta comparsa sabe cantar, interpretar y concursar. Un dinámico popurrí, luciendo voces, tirando de orejas y llamando al optimismo cerraron su grandísima actuación.
  Junto a esta agrupación, la chirigota de Huelva ‘Los serenísimos’ se encargó de hacer buena la sesión del domingo. Con el género de la chirigota en horas caídas, con propuestas demasiado débiles sobre el escenario de Huelva, es de agradecer agrupaciones como ésta, que cuidan la interpretación y respetan el tipo de principio a fin. Marineritos amanerados que con humor borde (más de la cuenta) e ironía, lograron meterse al público en el bolsillo desde que se abrió el telón. Vaya crucero que nos espera. Con la música de la presentación de La Sereníssima de Juan Carlos Aragón. En el primer pasodoble, siempre metidos en el tipo, un repaso por los futbolistas más guapetones. Nada de seriedad en el tema. Muy buenos. Las aventuras cazadoras del rey, tema del segundo pasodoble cargado de buenos puntos. Gran interpretación. En el primer cuplé, explican las diferencias entre cómo encontró la inspiración Juan Carlos Aragón y cómo lo hicieron ellos. Cuestión de dieta. En el segundo, los reyes magos más onubenses, tanto que son de su plazoleta. Estribillo altamente chirigotero. En el popurrí, todas las pamplinas que ustedes puedan imaginar quedan cortas. Despliegue de energía.  “Por favor, San Sebastián, guíanos a la semifinal”. Pues eso.
   Del resto de la tercera sesión, destacar la afinación y claridad de la comparsa de voces femeninas ‘La lucha’, con un repertorio reivindicativo muy bien defendido. La poca vergüenza chirigotera de ‘La manolitas de Tariquejo y sus conejos’, capaces de suplir sus carencias artísticas con grandes dosis de descaro. El debut de ‘La soñadora’, superadas en todo momento por el miedo escénico. Y ‘La casa real’, una buena idea que llegó desde Paterna, con grandes letras de pasodobles, pero algo carentes de ritmo.

 

La lucha

Llamada a la revolución de una comparsa femenina que en la presentación hace gala de buena afinación y ganas de comerse las tablas. En el primer pasodoble, letra reivindicativa del papel de la mujer y las injusticias sociales que han padecido a lo largo de la historia. Buena letra. Suavidad que gusta en las voces. La lacra de los desahucios y el sufrimiento familiar que conlleva la espera dan forma a una buena letra de un segundo pasodoble bien cantado. Suenan bonito. Soniquete clásico. Las caídas del rey y su puntería, tema del primer cuplé. Bello estribillo. En el segundo, los motivos por los que Falete no fue jurado de La Voz: no había manera de que diera la vuelta a la silla. Bien. "Sin la mujer no habrá revolución". Así empieza un popurrí comprometido, en el que la mujer toma el protagonismo para una revolución bien defendida. Muy bien defendida. Grata sorpresa.

Las manolitas de Tariquejo y sus conejos

Mujeres de campo, pero de campo campo. Presentación cargada de poca vergüenza chirigotera al son de Gangnam Style, sin bombo ni caja ni guitarra ni ná. Voces fuertes y brutas y pa'lante. La vida pueblerina de estas manolitas centra el primer pasodoble. De voces, regular. De música, al menos, originales, aunque con una sola guitarra. En el segundo pasodoble, la particular visión de estas mujeronas sobre la situación económica. Divertidos. En los cuplés, reivindican lo limpio que tienen el conejo. Su descaro gusta al público. Una noche de botellón de esta manolitas que van a por todas, temática de un popurrí con el que concluyó la actuación de esta desenfadada chirigota lepera.

El mundo es nuestro

Las tristezas, al purgatorio. Todo lo malo al cajón con un canto al optimismo. Bella presentación. Cantan tela de bien. Sí señor. Los padres que maltratan a sus hijos reciben una auténtica bofetada carnavalera en el primer pasodoble. El drama de los desahucios vuelve a aparecer en una letra en primera persona, directa y emotiva. Originalidad en la propuesta literaria. A la hora de interpretar los cuplés, cambian a un tono gracioso refrendado por un bello estribillo. Esta comparsa sabe cantar, interpretar y concursar. Un dinámico popurrí, luciendo voces, tirando de orejas y llamando al optimismo cierran la grandísima actuación de esta comparsa sevillana. Grandes.

La soñadora

Colorido tipo de esta comparsa femenina cargada de sueños desde Isla Cristina. Algo atenazadas en el escenario, defienden en el primer pasodoble un dura crítica hacia ETA y sus reivindicaciones. Cantan muy atrás. Voces muy iguales. Ruth y José, y la presunta venganza de José Bretón, temática del segundo, con letra dura cantada con buena vocalización. En los cuplés, los problemas de la casa real, y los de un adicto al gimnasio que no tiene todos los músculos a punto, centran la temática. Estribillo bien mecido en las voces. Suave. El público trata de que salgan del nerviosismo. Popurrí más adelante en las tablas. Un paseo por los sueños para poner fin de manera digna a la actuación. Acaban arriba. Bien. Ovación del Gran Teatro.

Los serenísimos

Vaya crucero que nos espera. Marineros gays que, con la música de la presentación de La Sereníssima de Juan Carlos Aragón, se meten al público en el bolsillo. En el primer pasodoble, siempre metidos en el tipo, un repaso por los futbolistas más guapetones. Nada de seriedad en el tema. Muy buenos. Las aventuras cazadoras del rey, tema del segundo pasodoble cargado de buenos puntos. Gran interpretación. En el primer cuplé, explican las diferencias entre cómo encontró la inspiración Juan Carlos Aragón y cómo lo hicieron ellos. Cuestión de dieta. En el segundo, los reyes magos más onubenses, tanto que son de su plazoleta. Estribillo altamente chirigotero. Qué grandes. Respeto al tipo de principio a fin. En el popurrí, todas las pamplinas que ustedes puedan imaginar quedan cortas. Despliegue de energía. Chirigotón. "Por favor, San Sebastián, guíanos a la semifinal". Pues eso.

La casa real

Al rey y los suyos les habrá pitado los oídos con la comparsa de Paterna del Campo. Doble sentido en eso de la casa real. "Le demostraré cómo es una casa real". Buena presentación. Los distintos modelos de familia centran la temática del primer pasodoble. Aunque algo lento en lo musical, la pausa es agradable al oído, con final abajo. Bien cantado. Sin grandes riesgos. Bellos silencios. Las manifestaciones, temática del segundo pasodoble, con un toque reivindicativo contra los millones de votos que se lleva el bipartidismo. Los toros copan los dos cuplés. Simpáticos. El estribillo, "sin reino ni corona, soy la envidia de su majestad". No están mal. Esta familia real acaba de presentarse en el popurrí. Repaso por las conjeturas de toda casa de puertas para adentro, con los distintos modelos de familia que cada uno de los hijos ha ido formando y las circunstancias sociales que a cada uno afecta, y que van contando en su reencuentro navideño. Dignos. Poco más.

 

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