El juicio que aborda la muerte de Ch.L.M., la niña de ocho años de edad que ingresó en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva el 24 de diciembre de 2005 aquejada de una apendicitis y que falleció tres días después a causa de una mortal infección, ha quedado visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital onubense tras una jornada en la que tanto la Fiscalía como la acusación particular han elevado a definitivas sus conclusiones, que incluyen la petición de cuatro años de cárcel y seis de inhabilitación por un presunto delito de homicidio imprudente para dos cirujanos y una pediatra.
Así lo ha indicado a Europa Press el letrado de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa) Rafael Martín, que ejerce la acusación particular y que se ha mostrado satisfecho por el modo en el que se ha desarrollado el juicio, ya que, en su opinión, "se ha podido demostrar" en el transcurso del mismo que los médicos encausados se comportaron de forma negligente con la menor.
Según el letrado, así se desprende también de las conclusiones del Ministerio Fiscal, que esta parte ha elevado a definitiva en la última jornada de juicio, y que incluye la petición de cuatro años de prisión para cada uno de los médicos, la inhabilitación especial para ejercer su profesión durante seis años y una indemnización de 200.000 euros para los padres de la menor fallecida, con responsabilidad civil de la compañía aseguradora y del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Para argumentar su petición de pena, la acusación particular sostiene que a la menor, que ingresó el 24 de diciembre de 2005 en el citado hospital onubense por una apendicitis de la que fue operada con éxito ese mismo día, pero que falleció 48 horas después tras sufrir un progresivo empeoramiento, no se le suministró ningún antibiótico durante su hospitalización, algo que, según esta parte, hubiera servido para "evitar la aparición de patógenos o la aminoración de sus efectos en el caso en el que éstos ya se hubieran desarrollado".
En definitiva, según entiende la acusación, un antibiótico habría servido de "profilaxis", de forma que habría actuado como "barrera al crecimiento de los patógenos" que finalmente provocaron el fallecimiento de la niña.
"NI UNA SIMPLE ANALÍTICA"
Además, la familia de la niña considera que los médicos no se comportaron de la manera adecuada porque en la madrugada del 26 de diciembre los facultativos "no hicieron nada" para averiguar si la niña podría padecer una peritonitis, pese a que alrededor de las 4,00 horas de ese día "vomitó en posos de café", lo cual habría sido suficiente, a su juicio, para que los médicos, si no en ese mismo momento, sí a la mañana siguiente, le hubiesen realizado a la pequeña "una simple analítica o ecografía" para conocer la causa de esos vómitos.
Y ello a pesar de que, según Martín, la enfermera que alertó a la pediatra esa misma madrugada de que la niña había devuelto de esa manera, "advirtió, basándose en sus años de experiencia, de que esos vómitos podrían ser indicio de una hemorragia o una patología gástrica".
Aunque a lo largo de las jornadas en las que se ha prolongado el juicio han declarado diversos profesionales sanitarios del propio hospital que han prestado sus testimonios "con bastante objetividad", la defensa de los facultativos ha pedido en la jornada final del juicio la absolución de sus representados, al considerar justificado el comportamiento de éstos porque "creían que lo que sufría la menor era una gastroenteritis".
Así lo ha indicado la acusación particular, que, no obstante, ha apostillado que la defensa ya avanzó en el último día del juicio, que se celebró este sábado, la intención de pedir una "reducción de pena" para los médicos en el caso de que éstos finalmente sean condenados, lo que, a su juicio, demuestra que contemplan ya esa posibilidad.
Con la lectura de los informes finales por las distintas partes el juicio ha quedado visto para sentencia, que la acusación particular estima que se conocerá aproximadamente dentro de un mes.
