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Viernes 15/11/2024
 
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Huelva

Matsa acumula 136 accidentes laborales en los últimos 17 meses

La filial de Trafigura y sus contratas suman un alto índice de siniestralidad, muy lejos del objetivo de cero accidentes de la compañía

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  • Interior de la mina -

Es un sector estratégico para el desarrollo de la provincia por su capacidad de creación de empleo directo e indirecto, pero por la complejidad de su actividad es también un gremio muy expuesto a los accidentes laborales. La minería tiene en Huelva a Minas de Aguas Teñidas (Matsa)  como uno de sus principales bastiones, pero esta filial de Trafigura tiene mucho trabajo por delante para reducir la accidentalidad en sus instalaciones.
    Y es que, sólo en los últimos 17 meses, los trabajos que se llevan a cabo en Almonaster la Real han causado 136 accidentes laborales de diversa consideración, cifra tristemente culminada el pasado 25 de mayo con el fallecimiento de un trabajador de la contrata Valbonibe a causa del aplastamiento entre dos camiones en la planta de pasta del yacimiento.

Desglose de siniestros
Inhalación de azufre, quemaduras con ácido nítrico, desprendimientos, fallos en estructuras, fallos de frenos en camiones, descargas eléctricas...  son algunos de los efectos y causas de los 136 accidentes que se han producido en las instalaciones de Matsa en Almonaster la Real desde enero de 2014 hasta mayo de 2015.
   Según la información a la que ha tenido acceso Viva Huelva, la filial de Trafigura y las empresas contratadas para las actividades mineras tienen una media de ocho accidentes al mes en el periodo mencionado. Haciendo un desglose, fueron 91 las asistencias sanitarias en las instalaciones durante 2014 mientras que en los cinco primeros meses de este año, han sido ya 45 los siniestrados que han necesitado pasar por la enfermería para ser atendidos. Durante el pasado año, el mes de mayor siniestralidad fue febrero, cuando hasta 19 accidentes fueron atendidos. Entre ellos destacan dos sucedidos el 21 del citado mes, uno con irritación facial por xantato (un compuesto químico)  tras manipular una válvula, y otro con fuerte impacto en una rodilla al resbalar el trabajador por derrame de aceite tras romperse el latiguillo de una cableadora.El mes anterior, enero, fueron 10 los accidentes, dos de ellos (10 y 19 de enero) por inhalación de azufre, y una quemadura en laboratorio con ácido nítrico producida el 11 de enero de 2014.
   Cuatro accidentes hubo que lamentar en marzo, destacando las heridas oculares que sufrió un trabajador el 17 de ese mes tras caer un cable de tierra. En abril, cinco accidentes, con una quemadura de segundo grado en el pie derecho el 24 de abril al estar soldando en la planta de pasta, y una colisión entre dos camiones el día 29 a causa de fallo en los frenos.
   Mayo de 2014 se despidió en Matsa con siete accidentes, siendo los siguientes los más llamativos: 6 de mayo, un trabajador con herida inciso-contusa en la cara por caída de piedra; 25 de mayo, inhalación de azufre; 28 de mayo, inhalación de monóxido de carbono. En junio, cinco accidentes, seis en julio, siete en agosto, seis en septiembre y ocho en octubre. En noviembre, otros seis, dos de ellos graves: uno el día 8 por una descarga eléctrica al conectar un taladro y una fractura de húmero de un trabajador en una piquera a causa de la caída de piedras de un cazo de una pala  que se originó al desmontarse la pala. Por último, en diciembre fueron ocho los siniestros laborales. 
   Ya en 2015, tras cinco meses cumplidos, son 45 los sucesos que han requerido de asistencia sanitaria. 11 en enero, cinco en febrero, 11 en marzo, seis en abril y 12 en el recién acabado mayo. De estos 45 accidentes, hasta nueves han producido heridas de consideración en los afectados. Numéricamente, 45 también fueron los accidentes en los cinco primeros meses de 2014, mientras que comparando el último mes, mayo, en Matsa se han producido cinco siniestros más en el de 2015 que en mayo de 2014.
   Entre los accidentes del pasado mayo, además de la trágica muerte del día 25, también es reseñable el ocurrido el día 2 cuando un electricista de Matsa sufrió un accidente de consideración. Le ocurrió en el turno de tarde cuando en las labores de reparación, se reventó un latiguillo y se produjo una explosión. Como consecuencia, pérdida total de audición en el oído izquierdo, lesión en el tímpano y derivación al Hospital de Riotinto.
    Además de trabajadores específicamente de Matsa, los accidentes también los han padecido operarios de contratas como SPI (sondeos y perforaciones), Osval (limpieza), Insersa (Mina Magdalena), Atene (interior de mina), Valbonibe (camiones) o Talleres Valdés (mantenimiento). Isabel Zamora, responsable de Seguridad de Matsa, en declaraciones proporcionadas a Viva Huelva por el departamento de Comunicación de la compañía, especifica que “las empresas que trabajan con Matsa son responsables de su organización laboral, pero tienen que incorporar los estándares de seguridad de Matsa como garantía del cumplimiento del servicio que está prestando”.

Objetivo, cero accidentes
Con los datos conseguidos por Viva Huelva sobre la mesa, la compañía minera tiene mucho trabajo por delante para cumplir con los objetivos a medio y largo que Isabel Zamora establece en materia de seguridad y accidentalidad: “Los objetivos pasan por mantenernos en el camino en el que nos encontramos actualmente y llegar a cero accidentes. Seguir observando cuáles son los condicionantes y trabajar en una gestión capaz de absorber los cambios, por encima incluso de lo exigido en la Ley”.
   Por otro lado, Matsa proporcionó a este periódico el dossier corporativo de 2013. En él, se señala que en el citado año hubo un índice de frecuencia de accidentes de 5,98 (número de accidentes con baja en jornada laboral por cada millón de horas trabajadas), mejorando la cifra de 2011 (12,82), pero subiendo ligeramente respecto a 2012 (5,06). Y el ratio de gravedad (número de jornadas perdidas por accidente con baja por cada mil horas trabajadas) se quedó en 0,16, mientras que en 2012 fue de 0,08 y 0,34 en 2011. “Tanto el índice de frecuencia, como el índice de gravedad son meras estadísticas, números que utilizamos internamente para la gestión, pero detrás de esos números están las personas que los hacen posibles y que velan para que la seguridad esté presente durante todo el proceso productivo. Pero, en cualquier caso, las cifras de Matsa mantienen una tendencia a la baja y se sitúan por debajo, no solo del sector minero, en el que se enmarca nuestra actividad, sino por debajo del sector industrial en general”, asegura la responsable de Seguridad de Matsa.

Reivindican un médico
El día después del accidente mortal, CCOO y UGT denunciaron, entre otros aspectos, la “falta de transparencia de la empresa” con lo acontecido. Este extremo fue confirmado a Viva Huelva por fuentes consultadas entre los trabajadores de Matsa, que corroboraron el “oscurantismo” después del siniestro y “el temor de muchos trabajadores accidentados a ser asistidos en la propia mina por miedo a represalias”. 
   Además, añadieron reivindicaciones que ya tienen su tiempo y que no han sido atendidas hasta ahora por la empresa. Entre ellas, una de las principales, la presencia de un médico en las instalaciones, algo que consideran imprescindible por el número de los trabajadores y lo delicado de la actividad. Actualmente, hay un enfermero durante las 24 horas, pero no se atiende la petición de un médico. Otra de las carencias en el equipo sanitario contratado por Matsa es la de una ambulancia en las instalaciones con la que poder agilizar el proceso de traslado en accidentes de gravedad, ya que con lo que se cuenta es con un vehículo de intervención rápida (VIR).
    Un cúmulo de pequeños detalles que, en cierta manera, desmiente a uno de los destacados en el dossier de la empresa: “Una operación minera segura es una operación productiva. Esa es la principal filosofía de Matsa”.

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