La Casa Paco Girón ofrece parte de sus instalaciones para acoger a refugiados

Publicado: 09/09/2015
Pone a disposición de asociaciones y administraciones las 18 plazas de su segunda planta e insiste en la “necesaria colaboración” para “dar respuesta a una problemática tan compleja como ésta”
Este miércoles se conocía la cifra de refugiados que España tendrá que acoger según dicta la Comisión Europea. Serán cerca de 15.000, y aunque aún se desconoce cómo se distribuirán por la geografía española, Huelva ha ofrecido una vez más muestra de su solidaridad y tanto instituciones como otras entidades ya han dado un paso al frente para prestar su ayuda a las víctimas de una guerra que han perdido más que su hogar.

El último ejemplo lo ha dado la Casa Paco Girón, que como adelantara este miércoles este periódico en su edición digital (www.vivahuelva.es), ha ofrecido parte de sus instalaciones para acoger a refugiados.

Así, ya han puesto a disposición de asociaciones y administraciones las 18 plazas de su segunda plaza, que están ya listas para habitar en cuanto sea necesario. Es decir, que ofrecen un techo para los refugiados y la labor de sus voluntarios.

En declaraciones a Viva Huelva, la presidenta de la Asociación Casa Paco Girón, Concha Salas, ha explicado que han puesto a disposición de las administraciones públicas (Ayuntamiento, Diputación de Huelva, Junta de Andalucía y ministerios) y de las organizaciones no gubernamentales que trabajan con población refugiada, como Accem o Fundación Cepaim, las segunda planta de la Casa Paco Girón, un total de 18 plazas de las 36 con las que actualmente cuenta.

Desde la asociación insisten en que se trata de poner las plazas a disposición de entidades y administraciones, ya que el acogimiento se tiene que abordar “de la mano de organizaciones y administraciones con experiencia en esta realidad, pues no es un tema fácil, ya que se trata de personas que hablan otro idioma, que tienen otra cultura, que necesitan apoyo psicológico y que vienen de un conflicto muy grave”.

Así, insisten en que “creemos en la necesaria colaboración entre administraciones, cuidadanos y organizaciones de la sociedad civil, en un trabajo en red, desde la colaboración y la corresponsabilidad de todos, porque sólo desde el esfuerzo compartido es posible dar respuesta a una problemática tan compleja como ésta”.

El motivo de este ofrecimiento es simple aunque a  veces se nos olvide: “Lo hacemos por lo mismo por lo que lo hace el resto, nos mueve la solidaridad, y ofrecemos lo que tenemos, que son nuestras instalaciones”.

Un edificio dotado con todo lo necesario para que pueda convertirse en un hogar: “Es alegre y lleno de luz; en la planta baja conjugamos la acogida y los espacios de las personas que van a acompañar y a apoyar a esas familias; la primera y segunda planta son idénticas y tienen dos espacios diferenciados: las habitaciones que facilitan la intimidad e independencia, y el salón comedor, cocina y tallar ocupacional, que propician la convivencia, el trabajo en común y el aprendizaje; además de dos locales y plazas de garajes que también se ponen a su disposición”.

Un espacio que, en caso de la llegada de refugiados, será compartido con los inquilinos habituales de la casa, jóvenes de entre 18 y 35 años en riesgo de exclusión social a los que se les ofrece una alternativa.

Espacio para todos
Salas insiste en que la llegada de refugiados no suponer restar plazas a estos jóvenes, ya que ahora mismo hay siete inquilinos, de modo que quedarían aún 11 plazas disponibles, y la Asociación Casa Paco Girón no tiene capacidad para respuesta y acogida a muchos más.

De hecho, según explican, desde que la casa abriera sus puertas en septiembre  de 2013, se han recibido 57 demandas, y gracias a la colaboración de instituciones y organizaciones, han sido capaces de acoger durante dos años a 10 jóvenes en riesgo de exclusión, de los que tres ya han completado su proceso de autonomía y han abandonado las instalaciones, de modo que ahora sólo permanecen siete. “A medida que las colaboraciones vayan aumentando, seremos capaces de atender dignamente a más personas que lo necesitan”, explican.

Estos jóvenes reciben más que un techo para vivir, pues cuentan con servicios de atención, información y orientación, acompañamiento social, comedor y lavandería, y talleres formativos. En definitiva, lo que se busca es “garantizar el alojamiento, la manutención y la convivencia, fomentando la formación, el empleo y la autonomía de las personas socialmente excluidas, todo ello al servicio de la promoción e inserción social”.

La Asociación Casa  Paco Girón ha dado muestra de la solidaridad de la que Huelva suele hacer gala. Para todo aquel que quiera seguir su ejemplo, el Ayuntamiento, que se va a constituir en ciudad-refugio, ha establecido una oficina en el edificio de la Gota de Leche y ha creado el correo electrócnico ciudad.refugio@huelva.es para canalizar las ayudas de los onubenses a los refugiados.

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