El Ministerio de Defensa ha sancionado con la separación del servicio a un agente de la Guardia Civil condenado por revelar secretos a un grupo que introducía hachís por la costa de Huelva y que estaba liderado por Anselmo Sevillano, considerado uno de los mayores narcotraficantes de Europa.
La Audiencia Provincial de Huelva lo condenó a mitad de 2013 por un delito de revelación de secretos e información a inhabilitación durante un año y medio y a una multa de 4.500 euros.
La sanción disciplinaria ha sido confirmada íntegramente por el Tribunal Supremo que, en una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, desestima el recurso contencioso disciplinario militar interpuesto por el agente contra la resolución del Ministro de Defensa de fecha 14 de enero de 2015 en el que alegaba falta de tipicidad y falta de proporcionalidad en la sanción impuesta.
Recuerda el Supremo que el agente fue sancionado conforme a la Ley de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil por una falta muy grave consistente en "cometer un delito doloso condenado por sentencia firme, relacionado con el servicio, o cualquier otro delito que cause grave daño a la Administración, a los ciudadanos o a las entidades con personalidad jurídica".
Con respecto a la alegación de falta de tipicidad, se indica que el propio recurrente admite que ha cometido un delito doloso, lo que haría innecesario entrar en el examen del motivo, si bien indica que no existe duda acerca de la concurrencia de los requisitos típicos de la infracción disciplinaria aplicada, pues se trata de un miembro de la Guardia Civil que es condenado por la Audiencia Provincial de Huelva por sentencia firme por cometer de forma dolosa un delito de revelación de secretos.
En este caso se trataba de datos sobre vehículos de la Guardia Civil que proporcionó a otra persona, con la finalidad de auxiliarle en la labor que ésta hacía; labor por la que ésta última resultó condenada por delito contra la salud pública de tráfico de drogas.
Además, considera que "no hay duda de la importancia de la revelación de secretos y de su afectación a los ciudadanos, pero tampoco la hay de la grave afectación que supone para el crédito que la Institución de la Guardia Civil debe merecer a los ciudadanos, el que uno de sus miembros sea condenado por un delito de revelación de secretos".
Tampoco prospera el motivo basado en la falta de proporcionalidad de la sanción impuesta, ya que considera que "dada la naturaleza de los hechos que dieron lugar a la condena penal, es proporcional a los mismos que la Administración decida que su autor debe ser sancionado con la separación del servicio".