Cuarto día de preliminares y ya se va notando las diferencias entre las distintas agrupaciones participantes, y aún queda mucho por llegar. El concurso se está calentando “a golpe de escenario” y ninguna agrupación que se precie permitirá caer en esta batalla de coplas sin “morir en el intento”. Hasta el momento, nuestro concurso sigue sorprendiendo y complicando este certamen en cada función, algo que se agradece.
Este año, el carnaval le canta al carnaval y está siendo una tónica muy generalizada, sobre todo en los grupos de Huelva y su provincia. Era de esperar que tras las adversidades por las que ha estado pasando esta fiesta, los autores centraran su atención en las carencias, en los autores que ya no están, en las desigualdades de género que aún se perciben, en los actos arcaicos que se han quedado obsoletos... El Carnaval Colombino necesitaba esa crispación en las tablas, requería de la palabra de los autores, de las voces de los componentes. Necesitaba el consentimiento del público que asume dichas dificultades a través de los aplausos. Los carnavaleros están hablando, están expresando esa rabia que llevan dentro, y da la sensación que no pararán durante todo el concurso.
Este año, sin que sirva de precedente, el carnaval necesita ser el protagonista y unificar criterios en el propio templo de las coplas. Como verdaderamente lo saben hacer los carnavaleros, con la palabra, y con esa libertad que este coliseo les brinda cada febrero. Así lo están exponiendo en cada noche y suelen ser las letras más valoradas, esperando siempre que quienes tienen esa responsabilidad, tomen la palabra y pongan los recursos necesarios para solventar las necesidades que este concurso requiere. “El colombino”, con la unión de todos cuantos conformamos esta fiesta, volverá a lo que fue en su día, uno de los carnavales más importantes de Andalucía. Feliz carnaval a todos.
Te quiero, Mercedes
Simpática chirigota que vienen a vender un personaje al que todos podemos reconocer en nuestro entorno. Es el tipo joven que valora su coche más que a su vida. Estos iliplenses representan con mucha guasa esa actitud. Están metidos en el tipo en todo momento y logran adaptar el repertorio al personaje, algo que valoro. Su potencial está en algunas cuartetas del popurrí, donde llegan a conectar con el público.
Los ídolos
Llega otra de las comparsas más esperadas de este certamen, que no defrauda en su primer estreno, logrando coronarse en este cuarto día de concurso. Particularmente, nos regalan los dos mejores pasodobles que se han cantado hasta el momento. Es la perfección en cuanto a su montaje y afinación, con una línea de segundas envidiable. Mensajes directos, bien escritos y sin perderse en florituras mentales, que empiezan a sobrar en este concurso.
Este año me quito el mono
Cercana, afectiva, comprometida con la fiesta y garante de un futuro prometedor para este Carnaval Colombino. Los chicos veganos sorprenden con un tipo de señoras “bingueras”, contando sus peripecias en este vicio tan generalizado. Más ordenados, más correctos, más organizados y con las ideas más claras. Se superan con respecto al pasado febrero... Lo mejor, sus dos pasodobles, vertidos en pro de esta fiesta. Parodias simpáticas que enlazan y metidos siempre en el tipo.
Los evolucionaos
Representan la evolución humana desde los primeros homínidos bípedos hasta los actuales homo sapiens. Su repertorio es algo lento para ser una chirigota, pero sus miembros mantienen el tipo en todo el desarrollo, no evolucionando como se esperaba. Aún son jóvenes que comienzan en esta aventura. Es más destacable las ilusiones y ganas por disfrutar de las tablas que el repertorio en sí. Tienen varias cuartetas simpáticas, y algunos una koteka a la que no dejábamos de mirar.
Los esclavos
Otra de las esperadas de la noche, que dejaron el pabellón bien alto. En tan solo dos años, esta comparsa sigue ganando adeptos, dejando marcado su territorio a base de buenas letras, músicas y una buena dirección. Sus letras reivindicativas son santo y seña de su autor, siempre controvertidas en ese estilo particular, y comprometido con lo social. Pasodobles preciosos musicalmente y directo al seno de la fiesta. “La Carpa del Paty no se quita y los cinco años sin Jesuli Perojil”. Muy buen pase.
Si lo sé, no me jubilo
Chirigota que cierra la noche con un tipo de jubilados cansados de la rutina hogareña. Particularmente, me gusta ver agrupaciones de mujeres y hombres en un mismo escenario. “Los tiempos ya hacen tiempo” que cambiaron, y eso es muy de valorar. Ahora sólo queda que dicho tiempo se aplique en todo el contexto, que seguro así será. Me gustó ese final del popurrí en el que el público del teatro acompañó con su ritmo a estos chirigoteros, creando un simbiótico final de jornada carnavalera.
