Este miércoles Huelva celebraba un día muy especial, el de su patrona, aunque por segundo año consecutivo la Virgen de la Cinta no ha podido procesionar por las calles de la ciudad. Sin embargo, nada tiene que ver con el año pasado.
Este año la Virgen Chiquita sí ha salido al encuentro de sus fieles, ha abandonado el interior de su templo y desde el balcón de un remozado Santuario del Conquero ha bendecido la ciudad.
Tras una semana de intensa agenda, con la celebración de la novena, la inauguración y bendición de los jardines interiores y dos días de ofrendas florales con las que se dibujó un colorido manto ante la patrona onubense, este miércoles 8 de septiembre llegaba el día grande de la Virgen de la Cinta, que se cerraba con un broche de oro: misa pontifical en la plaza de Los Capellanes.
Así, la imagen de la patrona fue trasladada en andas hasta la plaza-mirador, donde la Hermandad celebró una Solemne Misa Pontifical a las 20.00 horas que estuvo presidida por el obispo de Huelva, Monseñor Santiago Gómez Sierra.
Al término, la Virgen de la Cinta fue trasladada hasta la Cruz de Los Ángeles para bendecir con su presencia la nueva plaza y a toda la ciudad. Para finalizar, un responso por los hermanos y devotos fallecidos y por todas las víctimas de la pandemia.
Este año no ha habido traslado hasta la Catedral de La Merced, ni procesión, si regreso multitudinario al Conquero. Tampoco se ha podido celebrar la parte lúdica, con los conciertos en La Merced y La Orden.
Toca esperar a 2022, pero sin embargo, este año nada tiene que ver con el anterior. Lo peor de la pandemia parece que ya ha pasado y, aunque breve, la Virgen Chiquita ha salido de su templo y se ha reencontrado en la calle con su pueblo.
