El 25% de los incidentes de violencia en el ámbito laboral se producen en el entorno sanitario, y los médicos, son víctimas de agresiones físicas y verbales, no tanto de los enfermos, como de sus familiares o pacientes no programados. Con motivo de la celebración ayer del Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, el presidente del Colegio de Médicos de Jaén, Emilio García de la Torre, hizo públicos el número total de agresiones a lo largo de 2012 registradas en la institución, que a nivel nacional ascendieron a 416, frente a las siete de Jaén y su provincia, similar a la del año pasado.
Por primera vez, en 2012 el número de agresiones fue mayor hacia las mujeres (54%) de la Medicina, que a los hombres; y en el 89% de los casos se produjo en el sector público.
Los médicos con edades comprendidas entre los 46 y 55 años son los que más sufren las agresiones (37%), frente a los de 36 a 45 años (28%). El ámbito donde más se producen es en Atención Primaria (68%), frente a las atenciones hospitalarias (19%).
En cuanto a la tipología del agresor, los pacientes no programados y los familiares de los ingresados son los más comunes, en el 28% de los casos. En el 17% de los casos, el agresor tiene antecedentes psiquiátricos.
Según los datos facilitados por el Colegio de Médicos, la principal causa de la agresión a los sanitarios son por discrepancias en la atención (27%), el tiempo en ser atendidos (14%) y porque no le han recetado un medicamento propuesto por el mismo paciente (12%).
Estas agresiones no han producido lesiones a los médicos en el 82% de los casos, al igual que en 8 de cada 10 casos no se han producido bajas laborales.
En siete de cada diez casos se efectuaron diligencias hacia el agresor y se denunció, no habiéndose celebrado juicio en el 54% de los casos. “En el cien por cien de las agresiones que han acabado en juicio, el agresor ha sido condenado”, según Emilio García de la Torre, que busca concienciar a la sociedad que “el médico no tiene la culpa de la situación por la que atraviesa el sistema sanitario, con un 20% menos de profesionales que atienden al mismo número de pacientes aún con contratos al 75% y al 20%”.
Emilio García de la Torres aseguró que el ejercicio de las profesiones sanitarias tiene un fuerte componente de servicio en el que la confianza se constituye como un elemento fundamental, por ello “la irrupción de la violencia en el espario sanitario, además de repercutir gravemente en la salud y en la calidad de vida del profesional agredido, atenta contra ese principio fundamental y afecta de forma sustancial a la actividad sanitaria, uno de los pilares básicos de la sociedad”.
