El jienense Juan Carlos Muñoz Ramírez tiene un puesto de venta de productos ecológicos y tradicionales único en Jaén, de los que ya no quedan, pero su camino hasta llegar a esta situación no ha sido fácil y la suya es una historia de superación. Tiene 64 años y desde hace apenas seis meses ha conseguido recaudar el dinero suficiente para hacerse autónomo y hacer frente a los permisos para vender en la calle. Ubicado en la plaza de Los Jardinillos, su puesto es único en la capital, tradicional, vistoso y muy saludable. Desde hace un año monta su puesto entre dos y tres días en semana.
El rojo de los madroños que vende, la variedad de productos alimenticios que ofrece y el gusto con el que él y su esposa tienen montado el puesto, ha hecho que reciban muchos piropos y que Jaén responda con sus compras. No le faltan los frutos naturales del otoño como los madroños, las nísporas japonesas o de invierno, la bellota dulce, nueces, madre selva y majoletas que, según reconoce, son muy beneficiosas para la sangre y el corazón.
Tampoco le falta el palodú, un producto que lleva vendiendo desde que tenía 16 años. “Quienes pasan me dicen que tengo el puesto más bonito de Jaén. Dicen que es precioso y a todas horas estamos dándole las gracias a la gente porque se quedan prendados”, reconoce Juan Carlos Muñoz.
Profesional de la albañilería, con la crisis quedó en paro y uno de sus medios de subsistencia era la venta de palodús. Sin embargo, la falta de permisos y de dinero para hacer frente al coste de las tasas para vender en la calle, hizo que Cáritas le echara una mano. VIVA JAÉN se hizo eco, en 2014. “Tenía una depresión muy fuerte por no tener trabajo. Me quedé en paro y me ayudaron mucho. Vendo desde hace cuatro años y Cáritas me ha ayudado en todo”, agradece.
Ahora es autónomo. Fruto de su esfuerzo y constancia, además de la ayuda del Obispado y el Ayuntamiento, Juan Carlos Muñoz lleva seis meses valiéndose por si mismo. “No ha sido un camino fácil. Ha sido muy duro llegar hasta aquí”, recuerda.
Ahora mira al futuro con otros ojos, pero con la misma humildad de siempre. “Lo mejor de estar vendiendo es la ilusión que tenemos y la vista que ofrecemos con nuestro puesto a los jienenses”, afirma. Especialmente a los mayores. “Las personas mayores, casi todas se paran. Son productos que le recuerdan a sus tiempos. Tengo clientes de todas las edades y clases sociales. A todos les llama la atención. Ahora llega la Navidad. Antes se veían este tipo de puestos, pero el nuestro es el único que existe en la ciudad”, afirma.
La Sierra de Martos, Sierra Mágina, los alrededores de Jaén y Cazorla son algunas de las zonas de las que Juan Carlos se surte de sus productos. Incluso reconocidos cocineros de la ciudad ya le han preguntado por la posibilidad de que le provea de productos de tanta calidad, para ofrecer un toque distinto a la gastronomía.
Sin quererlo, se ha hecho popular y todos los días que vende, da las gracias.
