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Jaén

Los olivareros se rebelan y piden dignidad

Miles de agricultores paralizan la provincia bloqueando durante varias horas los accesos por las cuatro autovías principales, la A-4, A-44, A-32 y A-316

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Concentración de los olivareros tras el corte de la A-316 en Torredelcampo

El corte en la A-316 ha provocado largas retenciones

"Si esto sigue así, tendremos que cerrar la provincia”. Juan Rodríguez, un agricultor que explota una finca de olivos en Las Infantas, mostraba ayer la cara más pesimista de un sector que, tras varios años sufriendo una crisis de precios, se echó a la carretera para decir basta y pedir dignidad para el oro líquido de Jaén. Muy cerca de él, Juan García Eliche, de Torredelcampo, se resignaba a ofrecer una visión tan catastrófica, aunque ponía el dedo en la llaga: “Crisis hay en todo el sector agrícola, pero en Jaén es más grave  porque el olivar tradicional soporta unos costes de producción  que lo hacen inviable, queremos dignidad”. Aún no eran las diez de la mañana cuando largas colas de tractores  y  otros vehículos agrícolas se dirigían en perfecta armonía hasta el mercadillo de Torredelcampo, uno de los cuatro puntos de encuentro que las organizaciones agrarias habían dispuesto como antesala de los cortes en las cuatro autovías principales de la provincia: A-4, A-44, A-32 y A-316. Sin embargo,  aunque la Subdelegación del Gobierno había autorizado las protestas en la horquilla horaria de 11 a 13 horas, un grupo de olivareros procedentes de Torredonjimeno no aguardaron más y, pasadas las 10,30 horas, cortaron los dos carriles de la A-316, es decir, tanto en dirección a Jaén como hacia Córdoba, por El Carpio. Al grupo de tosirianos le siguieron acto seguido cientos de olivareros procedentes de la comarca de Martos y también de la capital jiennense. Los numerosos efectivos de la Guardia Civil no pudieron impedir este corte anticipado, como tampoco pudieron hacerlo en La Carolina, en la A-4, la única de las protestas que no contaba con autorización y donde se vivieron los momentos de mayor tensión entre manifestantes y miembros de la Benemérita.

“Esto no debe parar, así no podemos seguir”, decía Francisco Jiménez, un agricultor marteño mientras observaba las colas kilométricas que la protesta de sus paisanos había originado en plena A-316. Una protesta que transcurrió sin incidentes y que se disolvió pasadas las dos de la tarde, aunque el tráfico no se restableció hasta más tarde. Los viajeros que quedaron atrapados en la autovía también mostraron comprensión y paciencia hacia los olivareros, que sí dejaron pasar a un matrimonio de edad avanzada que les habían implorado poder continuar su viaje para no llegar tarde al médico. Francisco, de 64 años, decía no haber vivido nunca una crisis de estas dimensiones. “Me han pagado el kilo de aceituna a 44 céntimos, menos que hace 20 años, esto es algo que no se puede aguantar”, decía este olivarero de Martos. Con todo, el aceite de oliva no está entre los productos donde se da un mayor diferencial entre los precios en origen y en destino. Según  el Índice Precios en Origen y en Destino de los alimentos de COAG, en diciembre el kilo de aceite de oliva virgen extra (el de mayor calidad) se pagaba al productor a 2,09 euros, mientras que en destino lo hacía a 3,82 euros. Es decir, un diferencial del 83% que, con ser alto, dista mucho del 700 o 570% que se da en la patata o en la naranja, respectivamente. La protesta de los olivareros contó con  el apoyo de la mayor parte de la sociedad jiennense. En Torredelcampo, al igual que en muchos otros municipios, fueron muchos los comercios que cerraron sus puertas en solidaridad. “La lucha  contra la España vaciada y por la defensa de más de 100.000 familias que viven de este sector en Jaén comienza aquí”, vaticinó Manuel Alfonso Torres, presidente de Infaoliva y de la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ). Esta movilización sin precedentes del sector olivarero, que cortó los principales accesos  a la provincia  durante varias horas -Tráfico informó de retenciones por más de 30 kilómetros en las cuatro autovías afectadas- no es más que el inicio de un calendario de protestas que seguirá en las próximas semanas: “La paciencia se ha acabado, hay que decir basta,  los políticos se han olvidado de los agricultores pero con el campo no se puede ningunear”, proclamó Luis Carlos Valero, de Asaja Jaén, durante el corte de la autovía A-4 en Andújar.

El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén, Higinio Castellano, incidió en que el problema en la provincia “no es solo económico, sino social”. “Hay muchas familias que están en las últimas, como esto siga así se van a cargar los dos millones de puestos de trabajo que hay en Jaén y alrededor de la provincia, es insoportable”, exclamó. Y advirtió: “Si nos cargamos el motor, lo demás no anda, y esto es el aceite de oliva en Jaén”, Además, apostó por  “defender y hacer valer el producto en España y en todo el mundo, porque es un producto estrella y saludable para el consumo, por lo que el Gobierno debe ponerse serio en el parlamento europeo para defenderlo”, declaró. Castellano, que valoró el cierre masivo de las cooperativas aceiteras de la provincia además de paralizarse la recolección en todos los tajos que aún siguen activos.

En medio del ruido ensordecedor de las protestas de los olivareros, las organizaciones agrarias convocantes se esforzaban en sus mensajes por dejar bien claro cuáles son las reivindicaciones del sector. “No pedimos nada imposible, no estamos luchando por nada romántico, solo estamos luchando por poder seguir trabajando y vivir dignamente de esta actividad, por su presente y su futuro”, señaló Cristóbal Cano, secretario de UPA-Jaén. En concreto, los olivareros solicitan la creación de una mesa interministerial para acordar unos precios justos, la revisión completa del sistema de almacenamiento privado (que permite retirar aceite del mercado para provocar una subida de los precios), la autorregulación del mercado y acabar con la  venta a pérdidas del aceite de oliva, una práctica muy extendida en los  lineales de las grandes superficies. Además, el sector reclama que la Comisión de la Competencia abra una investigación de oficio ante la posible fijación de precios por la gran distribución. “Estamos viendo cómo el valor añadido que corresponde al producto y la producción se lo queda la industria y la distribución en el camino”, lamentó Miguel López, secretario general de COAG, que instó al Gobierno a “poner orden” en el mercado oleícola.  López rechazó que el problema sea el desequilibrio entre producción y distribución: “No es un problema de falta de equilibrio de oferta y demanda, es un problema de fraude y hasta que no se resuelva, no pararemos”, advirtió Miguel López, secretario general de COAG.

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