Los cuarenta comedores escolares de 25 municipios de la provincia jiennense que llevaban sin funcionar en la provincia de Jaén desde principio de curso tras, el abandono de la anterior adjudicataria, Col-Servicol, han retomado este lunes, 1 de febrero, su actividad en una jornada que transcurrió “sin incidencias”, según informó la Junta de Andalucía.
El restablecimiento de este servicio se ha producido unos días antes del plazo establecido por la normativa de urgencia, gracias a la firma de un contrato menor entre la Agencia Pública Andaluza de Educación con la empresa adjudicataria, la sevillana Hermanos González, mientras se finalizan los trámites de adjudicación y formalización del contrato final.
Sólo hay que destacar el aplazamiento del inicio del servicio en el CEIP Puerta de Martos, de Torredonjimeno, a petición del centro; así como el de la Escuela Infantil de Marmolejo, debido a la “ausencia de demanda”.
El número de usuarios se ha visto resentido por la situación que el servicio ha atravesado en los dos últimos cursos, con la renuncia unilateral de las empresas prestatarias: primero ‘Royal Menú’, en el curso pasado; y después ‘Col-Servicol’, que a pocos días del inicio del actual anunció su marcha.
El curso pasado, alrededor de 1.900 escolares se vieron afectados y no pudieron disfrutar del servicio. Actualmente “hay en torno a mil” escolares haciendo uso del servicio, lo que supone “casi la mitad que el año pasado”, según han confirmado fuentes de la delegación de Educación a Europa Press.
Tanto desde la Administración educativa como desde la propia empresa se ha lanzado un mensaje de tranquilidad y se ha animado a utilizar un servicio, ya que “está garantizado durante cuatro años”. En un contexto marcado por la pandemia del Covid-19, han puesto de relieve que los comedores “siguen todas las medidas sanitarias correspondientes” y son “espacios seguros”.
Desde la Confederación que agrupa a las Federaciones de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado (CODAPA) muestran su “satisfacción” por la recuperación de un servicio “básico y vital” que ayuda a conciliar y garantiza una alimentación adecuada, pero siguen reclamando que “cuente más la calidad de los productos que una oferta económica a la baja” y que los pliegos de condiciones “no se centren solo en grandes empresas y permitan modelos de gestión diferentes”.