Bajo el auspicio del Ayuntamiento, se creó la Junta Organizadora de la Escuela de Artes y Oficios. Sus componentes eran Ricardo Rodríguez Gamba, alcalde de Algeciras entre1910 y1912, como presidente; Luis León Apalategui, como director interino de la escuela; y el comandante del Estado Mayor, que en 1906 fue el encargado de levantar la planimetría de Tánger.
Los vocales de aquella primera Junta Organizadora fueron Plácido Santos Lavié, Emilio Santacana Mensayas, Antonio Bonany Vargas-Machuca, José Jiménez Prieto, Buenaventura Morón González, José Zurita Gómez, Pedro Mónaco de Torres, José Bianchi Santacana y Juan Furest Pons. El siguiente paso fue autorizar al presidente y al director interino para que buscaran un local adecuado para instalar la escuela.
En el mismo lugar, el día 23, se volvió a reunir la Junta Organizadora, acordando arrendar la casa del señor Caset, en el Secano, por 75 pesetas al mes. El director interino informó a la Junta de sus gestiones con el diputado de las Cortes José Luis Torres Beleña, para que nombrara los profesores y dotara a la escuela del equipamiento necesario.
El diputado le explicó que estaba en periodo electoral y era imposible atender a su petición. Ante esta situación de desamparo, el Ayuntamiento decide comprar el material de la Academia de Dibujo de Julio Jaén, y el que se necesite para poder inaugurarla el 1 de marzo. En un primer momento se decide abrir la matrícula para un curso corto y que sea el claustro de profesores el que nombre a un director.
Apertura
Con estos preliminares, la Escuela de Artes y Oficios abrió sus puertas el 1 de marzo de 1911 en una casa del Secano. Las escuelas de Artes y Oficios nacieron ante el desarrollo científico y tecnológico que se produjo entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX parejo a la industrialización. Esto planteó la necesidad de crear una enseñanza orientada a conseguir un nivel cultural básico en las clases sociales medias y bajas.
En el Real Decreto de 1900, se crearon las escuelas de Artes e Industrias, reorganizando y fundiendo las escuelas de Artes y Oficios y las provinciales de Bellas Artes. Con la reforma de 1910, las escuelas recuperan su antigua denominación de Artes y Oficios y se las dota de reglamento orgánico. Posiblemente, esta profunda reforma educativa que estuvo vigente hasta 1963 ha llevado a confusión a algunos historiadores locales en fechar la fundación de la Escuela de Artes y Oficios de Algeciras en 1910.
La Escuela de Algeciras nace de forma atípica. Cuando lo normal es su creación en virtud de un Real Decreto, se crea por iniciativa privada, corriendo con los gastos de personal y material el Ayuntamiento. En 1912 es cuando el Estado consigna un crédito en el proyecto de los Presupuestos del Estado.
Los primeros alumnos deben de tener más de 12 años y saber leer, escribir y las cuatro reglas aritméticas. La responsabilidad de gestionar la escuela recaía en el director y el secretario, que eran nombrados por el delegado del Gobierno a propuesta de una terna presentada por el claustro de profesores. Cuando fue responsabilidad del Ayuntamiento, el claustro nombraba directamente al director.
Las inspecciones eran realizadas por el delegado del Gobierno, llamado en tiempos de Alfonso XIII comisario regio, y durante la República, delegado de la República. Cuando surgían diferencias entre director e inspector, como ocurrió en junio de 1931, se acudía al jefe superior de Administración Civil de Instrucción Pública y Bellas Artes.
El conflicto se originó cuando el delegado de la República José de Santiago y Charfolé, inspeccionó la escuela, abriendo un expediente de amonestación y apercibimiento al director y al secretario. Estos recurrieron al jefe superior, Federico Rubio Coello, quién en octubre dictaminó que, “en tanto no este completo el personal docente de la escuela, continúe sometido a un régimen de tutela bajo la dirección única y efectiva del delegado del Gobierno”.
Igualmente, determinó que, en el siguiente curso, el delegado fuera de la localidad, y que el oficial administrativo Juan Loriente Ebri fuera el jefe de la Secretaría, debiendo nombrar el claustro un secretario para las funciones docentes. Se destinó a la Secretaría del centro al oficial de administración Antonio Moya Escribano, continuando temporalmente en el centro hasta que se estableciera su plaza.
Asimismo, se dejó sin efecto la amonestación y el apercibimiento impuestos al director y secretario de la escuela y dicho expediente pasó a la sección 16, Enseñanza Artísticas, de la Secretaría del Ministerio para estudiar las mejoras propuestas por el inspector.
José Loriente fue nombrado delegado el 13 de junio de 1931 y dimitió el 17 de diciembre. Le sustituyó Luis Briceño Ramírez, interventor de fondos del Ayuntamiento. Juan Loriente Ebri renunció en julio de 1932 a una plaza de secretario de la Universidad de Barcelona y se jubiló en 1947 en el cuerpo técnico del departamento. En cuanto a Antonio Moya Escribano, procedente de Ciudad Real, estaba en Algeciras al frente de la Ayudantía de Caligrafía y Dibujo del Instituto. Más tarde pidió traslado a Córdoba, donde se jubiló.