Esta saetera no era de Jerez sino de la vecina localidad de Bornos. Nació en 1933 cerca de la ermita del Calvario, por eso a
Juana Domínguez Cazalla se le conoce por ‘La Calvaria’ y para las nuevas generaciones es una gran desconocida pero de seguro será recordada de forma entrañable por los lectores de cierta edad. Es la madre de
Joaquín Jiménez Domínguez ‘El Salmonete’ y
Elu de Jerez, entre otros tantos hijos que dejan su sello cada Semana Santa con saetas de extremado poderío. Ella ya no canta públicamente aunque todavía “baja a diario a tomarse su cafelito aunque le cuesta cada vez más trabajo”, como cuenta a este medio su hija Elu.
La cantaora siente veneración por su madre porque ha sido y sigue siendo una “gran luchadora” y siempre ha llevado a su familia para adelante a pesar de las dificultades que la vida va poniendo por el camino. Todos esos hijos, que superaban la docena, se agarraban sus faldas mientras la matriarca interpretaba la saeta en cualquier balcón cuando era contratada. “Era una ayudita económica que siempre venía muy bien”, relata la hija. .
Juana compartió época con Juan Romero ‘
El Guapo’ o
La Bizca, “incluso le arrebató algunos primeros premios en los concursos de entonces”. Su gran devoción era el
Cristo de la Expiración y María Santísima del Valle, a los que cantaba cada Semana Santa aunque nadie la contratara, “pero siempre solía subir al balcón de la familia Camas (padres del actual delegado de Dinamización Cultural del Ayuntamiento de Jerez, Francisco Camas) en la calle Baro número 3, cuyo balcón daba a la colación de Cerro Fuerte (donde nació La Paquera de Jerez), Martín Fernández y San Justo, esto es, el corazón del barrio. “No iba a modo de artista contratada pero siempre le daban un regalo” según consideraran.
Allí se subía Juana junto a sus hijos, en una provocación o reto a la arquitectura de esos enclenques, aparentemente, balcones que nunca se derrumbaron aunque soportaran a numerosos cuerpos. Se producía, así, uno de los momentos del Viernes Santo, y así aprendieron los Salmonete a cantar de forma tan natural como el hecho de respirar. Joaquín fue uno de los primeros en destacar de la familia, llegándose a convertir en mítica aquella letra dedicada a la cofradía de la Santa Cena en la Plaza Rafael Rivero que recogió, un Lunes Santo, Canal Sur Tv y que provocó una gran impresión para los televidentes andaluces y para los que la presenciaron
in situ. Ha pasado a los anales de la historia de la Semana Mayor jerezana.
Joaquín, diez años mayor que La Elu, ya se advertía como una de las grandes voces de su generación mientras su hermana pequeña comenzaba a expresarse públicamente cuando tenía quince años, cantando por primera vez la letra “…como si fuera un ladrón, teniendo la cara tan gitana, Cristo de la Expiración”. Desde entonces, Elu de Jerez es admirada y considerada una de las voces más relevantes ya no solo del flamenco de su ciudad natal sino de la saeta. Hace un par de semanas ha sido reclamada en Sevilla, en la hermandad de
Los Gitanos, para formar parte de los saeteros que conformaron el Memorial a Manuel Mairena.
Verla subida o asomada en un balcón se convierte en un acontecimiento porque de seguro no deja a nadie indiferente. Su potencia de voz es sumamente sorprendente, apabullante, absorbente… única. Es uno de los reclamos más sibaritas de la Semana Santa jerezana, por eso suele aparecer en contadas ocasiones. Sigue apareciendo cada noche del Cristo, de recogida, cuando ya se asoma el Sábado Santo, en un balcón muy cercano al que se asomaba su madre hace décadas para dejar impertérrito a los que van al encuentro de la saeta hiriente y despampanante.
Otros miembros de la saga como
Manuel, que siempre va por las calles con su cajita en mano haciéndose compás y cantando, o
Luis, que además fue costalero de la Virgen del Valle, siguen cantándole cada Viernes Santo a estas imágenes por su barrio. Los más jóvenes de la saga siguen el camino, caso de
Alicia Jiménez, voz que ha cantado incluso en el balcón de la Peña La Bulería en determinadas ocasiones del día señalado manteniendo el sello de la casa.
El
próximo 6 de abril, en la ermita de San Telmo, la delegación de Cultura, la hermandad del Cristo de la Expiración, la Peña La Bulería, la Peña Los Cernícalos, la Federación Local de Peñas y la A.VV. San Miguel, rendirán homenaje en un acto íntimo a Juana Domínguez Cazalla ‘La Calvaria’, casi a los 90 años, saldando una deuda pendiente con una de las matriarcas de la saeta reciente de Jerez y con su prolífico legado familiar.