El
Ayuntamiento y el
Consejo local de la Unión de Hermandades tienen previsto mantener un encuentro estos días
para tratar de perfilar la cesión del edificio municipal que albergó el Museo Taurino -en la calle Pozo del Olivar-, una operación que se está estudiando a nivel jurídico y que persigue un doble objetivo.
De un lado,
el Gobierno local pretende garantizar la conservación de este edificio; mientras de otro
el Consejo aspira a dotarse de una sede de mayor superficie que pueda albergar además una sala de exposiciones.
Según el
presidente de la Unión de Hermandades, José Manuel García, los hermanos mayores han mostrado
receptividad al ofrecimiento realizado meses atrás por el Gobierno local, ya que en principio se entiende que el coste de mantenimiento de las instalaciones puede ser asumible.
En paralelo,
se está buscando la colaboración de fundaciones y otro tipo de entidades para financiar las obras que será necesario acometer para adaptar la finca a su nuevo uso.
“Tenemos que aprovechar el momento, porque el edificio está bastante bien conservado y habría que echarle poco dinero. Además, hay sintonía por ambas partes, entre otras cosas porque el ofrecimiento partió del propio Ayuntamiento”, explica José Manuel García.
Hay que recordar que
el Consistorio instó judicialmente al desalojo del museo taurino en la primavera de 2020, dado que la concesión administrativa había expirado el 1 de enero de 2013 y que la empresa que había estado explotando el edificio desde diciembre de 1997 había desatendido sus reiterados requerimientos.
Con anterioridad a esa orden de desalojo, el Ayuntamiento había sacado a licitación de la venta del edificio sin que se presentara ninguna oferta. El precio base de esa licitación ascendía a 486.688 euros (sin IVA).
La finca posee una tipología constructiva de casco bodeguero tradicional, constituida por dos naves diferenciadas.
Dispone también de construcciones anexas de una planta para albergar las infraestructuras de apoyo necesarias para su función principal.
El Consejo quiere que una de esas naves se destine a sala de exposiciones, con idea de organizar muestras temporales.
La otra nave haría las veces de salón de plenos y podría ser utilizada también para la celebración de todo tipo de actos, como conferencias o mesas redondas.