Siempre accesible, terriblemente sincero y trabajador como pocos, Miguel Alberto Díaz ha visto como en el último año sus horas de trabajo han aumentado considerablemente. El compaginar la presidencia de Barrio Vivo con la coordinación de los esfuerzos contra la droga que está llevando a cabo en la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar tienen la culpa. Eso sí, por su parte, ninguna queja.
—Una nueva década siempre viene acompañada de muchos objetivos. Para Barrio Vivo, ¿cuáles son las líneas de trabajo de este nuevo año?
—El 2009 ha sido el año de mayor actividad en Barrio Vivo, pero me temo -y lo digo en el buen sentido- que este año vamos a tener que superarnos. Aunque todavía estamos elaborando un balance, puedo decir que hemos atendido a muchísima gente, no sólo en la atención habitual a los toxicómanos, sino también en asuntos como nuestra participación en la Comisión del Absentismo Escolar, o nuestra contribución a la inserción de personas que han tenido problemas con la justicia. En cuanto a nuestro programa de Ocio y Tiempo Libre, estamos en periodo de diseño adaptándonos al Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, que se va a realizar de manera parecida al año pasado.Queremos seguir avanzando en la formación de técnicos y voluntario también.
—El programa ‘Un barrio de todos’, participado por cinco colectivos sociales, entre los que se encuentra el que usted representa, se ha convertido en un ejemplo de fomento de la diversidad, ¿Considera usted que se han cumplido sus objetivos?
—De los tres proyectos de este tipo que se han preparado, el único culminado en su fecha ha sido el de Algeciras, y esto es una valoración que ha llevado a cabo tanto el Ministerio de Sanidad como la Junta. El resultado, por tanto, ha sido muy positivo. Hemos dinamizado esos barrios, conseguido hacer cosas de manera conjunta, mezclando todas las etnias, pasando por marroquíes, senegaleses, etc. al tiempo que hemos colaborado con centros educativos que son auténticos ejemplos de integración, caso del CEIP Campo de Gibraltar o el Gloria Fuertes.
—¿Cómo han respondido los colectivos vecinales a esta demanda de colaboración?
—Una parte muy importante de la primera fase de este proyecto fue la de efectuar un diagnóstico de cómo se encontraban los barrios. Asimismo, tratamos de conocer las bondades que esta actividad tiene para tanta gente que han colaborado. Hemos apoyado a asociaciones de inmigrantes dándoles su sitio para que pudieran participar en igualdad de condiciones dentro del proyecto. De este modo, se han conocido más los vecinos y se han perdido muchas reservas. Siempre se está hablando de pateras y cayucos, pero lo que está claro es que, o gestionamos la diversidad o esa diversidad provocará conflictos, y con conflictos me refiero al aislamiento.
—¿Cómo está siendo su trabajo con los menores que sufren los efectos de la droga y sus familias?
—El perfil de las personas que atendemos ha cambiado. Ahora entran muchos chavales con mas problemática de enfermedad mental. Tenemos un recurso como es el Gabinete de Atención al Menor, al que le tenemos un gran cariño pero que no siempre tiene repercusión en los medios. Actualmente podemos estar actuando con unos 130 chavales y sus familias, y supone una parte esencial de nuestro trabajo, pero a la vez es también el lado más duro del problema.
—Este año, las actividades de las coordinadoras han incidido mucho en el mundo laboral, incluyendo unas jornadas comarcales centradas en este asunto ¿Comienzan a notarse ya los frutos de este trabajo?
—Hay mucha receptividad por parte de las empresas. Estamos poniendo en marcha planes específicos con las empresas como el que desde hace un año se está poniendo en práctica en Acerinox. De momento, puedo decir que estamos cerrando este objetivo con una empresa institucional de carácter público y con una contrata de una gran compañía, aunque todavía no puedo hablar de nombres. También hemos tenido charlas de este tipo en compañías como APM Terminals. Nuestro objetivo es que si antes de las jornadas había una sóla empresa con estas iniciativas, en cuestión de seis meses lleguen a ser un intervalo de cinco a diez.
—¿Qué tipo de compromisos suponen estos planes empresariales?
—La prevencion, al igual que en la carretera, en el mundo laboral no puede ser un tabú. Hay que enfocarlo desde un punto de vista menos conflictivo como es la prevención. Se trata simplemente de que la Ley de Prevencion de Riesgos Laborales tiene que cumplirse. Trabajadores en un andamio, con una carretilla, que consuman pueden provocar accidentes que afecten a ellos mismos o los demás. Hay muchos trabajadores que están sufriendo en silencio el problema y hay que ayudarles con protocolos para reinsertarse en las mismas condiciones en que estaban antes. No con planes que sean punitivos, sino con una buena relacion entre compañeros y el mismo organigrama de la empresa.
—¿Qué papel están jugando los sindicatos en todo este asunto?
—Tanto el sindicato UGT como Comisiones Obreras cuentan con especialidades abiertas para este asunto a nivel andaluz dentro de sus propios departamentos de Salud Laboral. Los sindicatos demuestran una gran sensibilidad colaborando, junto con el movimiento asiociativo, en estos objetivos.
—¿Cree usted que el incremento del desempleo empuja a consumir y traficar con droga a una parte de la población?
—Para mí no existe binomio claro entre desempleo y droga. Ha quedado demostrado en dos operaciones muy recientes contra el narcotráfico que personas con un buen sueldo y un poder adquisitivo alto, con más de 3.000 euros al mes, se están dedicando a este tipo de actividades. Después, vemos empresarios y funcionarios públicos, o abogados, que también trafican, y en cualquier caso hay que desterrar que ser parado suponga una justificación. Eso sí, se están produciendo muchas más aprehensiones de tabaco en los últimos tiempos. En muchos casos son trabajadores que antes vivían de otras cosas y hoy, por la situación que ahí, ahora se dedican a otras...
—En las dos operaciones a las que hace alusión, se vieron supuestamente implicados, por un lado, trabajadores del sector portuario, y por otro, de las navieras... ¿Le parece esto muy grave?
—No quiero contribuir a que se estigmatice a alguien, ya sean trabajadores de estos sectores, o abogados, policías etc., porque además son siempre minorías las que se dedican a eso. A nivel general, la gente piensa: “¿Qué necesidad tiene este o aquel de entrar en estas historias?” Pero es que, aunque no lo necesites, el dinero te corrompe...
—¿Está usted satisfecho con el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado?
—Hay un aspecto muy positivo que se está observando que es la coordinación entre los cuerpos, que ha quedado patente precisamente en las operaciones de las que hablaba anteriormente, con el hallazgo de los llamados contenedores de gancho perdido, en los que la Policía y la Guardia Civil han colaborado con Vigilancia Aduanera. Hay que seguir por ese camino que ha marcado el hecho de tener un mando único dependiente del Ministerio del Interior.
—Usted ha coordinado la campaña de Mancomunidad para la ayuda a Haiti.
—Es curioso que, cuando creemos que estamos pasando ciertas dificultades llega un mazazo como éste, un drama de tal calibre que choca con la dignidad del ser humano. Mucha gente nos pedía que se coordinaran esfuerzos, y la presidenta de la Mancomunidad, Isabel Beneroso,respondió. En estos días de campaña, hemos compartido la experiencia solidaria con unos 2.000 niños en actos de sensibilización. También las empresas privadas han aportado, aunque todavía estamos esperando para contabilizar lo que hemos conseguido. Los beneficiarios de esta campaña son cuatro entidades: Unicef, Médicos sin Fronteras, Cáritas y Cruz Roja, que llevan allí trabajando muchos años antes de que se produjera este terremoto.
—Hay mucha gente que se pregunta si usted acabará nuevamente en la política...
—En su momento aposté por las labores sociales, por encima de las políticas, y por lo tanto voy a proseguir por este sendero. En los anteriores comicios municipales de Algeciras quedó patente, con todas las candidaturas que se presentaron, que ya hay bastante actividad política en esta ciudad como para que yo también me incorpore a ella. En suma, tengo un compromiso con los temas sociales, y por lo tanto mientras sea presidente de Barrio Vivo no volveré a la política.
—¿Qué actos preparan para el vigésimo aniversario de la Coordinadora Barrio Vivo?
—Aún estamos planificando cómo la vamos a hacer, pero lo que puedo asegurar es que serán actos muy sencillos, porque se trata de tomar impulso para seguir trabajando, no de vanagloriarse de lo conseguido.