El pasado fin de semana la actividad flamenca comenzó en el Centro Cultural Flamenco Don Antonio Chacón con el cante, y el baile, de Perico El Pañero. El artista algecireño estuvo ese viernes arropado por la guitarra de Manuel Jero, destacado tocaor por su ritmo y personalidad. Allí, en ese rincón del barrio de San Juan de los Caballeros, se reúnen aficionados de distintos puntos de la ciudad que no pertenecen, quizás, a la nómina de socios de la entidad pero que se sienten en casa de igual manera. Una vez que acabó el brillante recital, fiesta improvisada con Joaquín El Zambo, José Pañero, el presidente de la corporación, Juan Alfonso Romero, entre otros.
José Manuel Rodríguez: “Jerez sería otro Jerez sin sus peñas flamencas”El sábado, que rezaba en el calendario como 8 de octubre, la Peña La Bulería celebraba su particular encuentro a medio día en el que la gastronomía más popular se da la mano con el arte que nos convoca. En pleno barrio de San Miguel, José Manuel Rodríguez y su genteson capaces de reunir en el mismo salón a varias generaciones. Manuel García, uno de los socios fundadores preparó una berza para que todos comieran y para que luego se escuchara con más gusto, y una copa de jerez, el cante que acompañó al baile de dos niñas pertenecientes la escuela de Carmen Herrera, con sede en el mismo local. El afable presidente le da su sitio a los veteranos y artistas que se acercan: el histórico palmero El Chusco, al Morito, Domingo Rubichi, José Mijita…Esta peña, en la persona del mencionado José Manuel, preside la Federación Local desde abril de 2021 y ya puede hacer balance positivo de esta etapa en la que se ha luchado contra las dificultades ocasionadas por la pandemia.
“Es la clave de que esto funcione, que las distintas generaciones convivan y entiendan que el único fin de una peña es que el flamenco siga creciendo”, explica. Ya quedó atrás aquello de la distancia social o las mascarillas, “celebramos los recitales con normalidad y ya podemos decir que se disfruta del todo, pero no ha sido fácil, hemos estado a la altura de aquellos duros momentos por el bien de los artistas que necesitaban trabajar”. Es por ello que “nos sentimos valorados por el público, creo que el pueblo es consciente del gran trabajo que hacemos y es la mayor satisfacción, ver una peña repleta de aficionados”.
Volviendo a la agenda de la semana pasada, por dibujar un justo paisaje de lo que estos sagrarios del compás suponen a la ciudad y a su cultura, Luis El Zambo sentó cátedra en la Peña Buena Gente en horario vespertino, con la guitarra de Miguel Salado. El de Santiago mostró su mejor versión ante los ojos de sabedores octogenarios como El Platero o Pepe El Zorri, artistas como Mateo Soleá o Macarena de Jerez, y amigos peñistas. Por la noche, a pocos metros del barrio de San Mateo, expectación por escuchar a Pedro El Granaíno, inconmensurable, con la misma fabulosa guitarra que sonó por la tarde, la de Salado. Lleno hasta la bandera, mucha gente joven y clásicos de la entidad como Diego Vargas o El Gómez de Jerez. ¡Qué nivel!
“Seguimos con la idea de trabajar para que el flamenco siga sonando cada fin de semana y exista la convivencia, una parte fundamental para nosotros”, reconoce José Manuel, “y por eso tengo que sentirme orgulloso del trabajo de mi directiva y de todos los que componemos este mundo. Algunos socios se han ido dando de baja con esto del Covid, las empresas colaboran menos por lo que han padecido también… pero ahí estamos las peñas, celebrando recitales de primera categoría, con artistas que actúan en los mejores escenarios del mundo y damos la posibilidad de que todo el mundo pueda disfrutarlos”.
Cierto es que el Ayuntamiento de Jerezle ha concedido a la federación en el año 2021 y en 2022, “aunque todavía el de este curso no se ha cobrado, pero está al caer”, subvenciones en pro de la Cultura, “y por eso quiero aclarar que el dinero que pedimos es para precisamente eso, para que nuestro flamenco llegue a todos, a los artistas y a los aficionados, que los fondos que nos entregan están totalmente justificados y no son caprichos para los socios de las peñas, sino para todos los que aman el arte de esta ciudad”, matiza José Manuel.
Ya en la recta final de estos dos años como presidente, valora que cada vez “las peñas sean más abiertas y sepan acoger a tantos aficionados de cualquier rincón”, volviendo a incidir en la necesidad del “cambio generacional”. A este respecto comenta que “es uno de los aspectos que más nos preocupan, pues hay que abordar ese asunto e intentar que los jóvenes vengan más, que sean conscientes de que debemos apostar por nuestro flamenco y sean partícipes de ello, de lo contrario, en unos años tendremos problemas”. Se pregunta de forma retórica: “¿por qué esta nueva generación acude a las peñas pero no dan el paso de formar parte de ellas de forma directa? ¿Por qué no se hacen socios? Eso es lo que tenemos que trabajar, cada peña con su circunstancias”.
El otoño es intenso, si ya hemos mencionado los recitales de la semana pasada, o el que tuvo lugar dando continuidad al ciclo de Tío José de Paula con José Méndez en la noche del sábado 15, hay que advertir que “pronto se conocerán otros carteles tradicionales en esta época como los de Terremoto, El Pescaero, Bulería, Alconchel o La Zúa”. Eso quiere decir que de aquí a Navidad, en la que por cierto las peñas juegan otro papel imprescindible, los encuentros seguirán siendo “numerosos y de calidad, dando cabida al mayor número de artistas de los nuestros”.
José Manuel se siente satisfecho con la relación que existe entre la corporación municipal y el asociacionismo flamenco, “nos sentimos apoyado”, no en cambio con otras instituciones a nivel provincial o regional, o sea, la Diputación de Cádiz y la Junta de Andalucía, que “tendrían que tener más en cuenta a la federación jerezana por lo que suponemos en número y en historia respecto al total”. Son otros de los pasos “que tenemos que ir consiguiendo”. Concluye afirmando que “Jerez sin sus peñas sería otro Jerez, aportamos mucho a la ciudad con el flamenco de calidad, con recitales, insisto, de grandísimo nivel”, aclarando que, además, “aquí todo el tiempo que le dedicamos es de forma altruista, no queremos ningún rédito personal sino el de defender el flamenco, lo que nos gusta y emociona”.