Cuestionar a estas alturas de la legislatura y a apenas un año ya de las próximas elecciones municipales la candidatura de Tomás Herrera por el PSOE a la alcaldía de la ciudad de Algeciras es un vano ejercicio.
Que Herrera sea el alcaldable es la única y razonable elección del Partido Socialista. El actual alcalde algecireño ha demostrado en los años que lleva al frente de la Alcaldía algecireña que es un valor seguro, con la victoria en las dos últimas elecciones, municipales y europeas, y con una gestión sólida, adaptada económicamente a los tiempos de crisis, y sin apenas escándalos sociales u urbanísticos (el catastrazo fue resuelto positivamente con un acuerdo con la federación de vecinos).
Además, Tomás Herrera goza de la confianza y apoyo del propio presidente de la Junta de Andalucía y futuro secretario general de los socialistas andaluces (congreso de finales de marzo), José Antonio Griñán. El líder de los socialistas andaluces ha mostrado en más de una ocasión su apoyo explícito a Herrera y ahí está la visita hace poco más de un mes de Griñán a Algeciras y aquella ya famosa interpelación que el presidente andaluz le hizo a una serie de periodistas del Campo de Gibraltar en una recepción navideña en Sevilla: “¿Cómo está mi Tomás?”.
Además, Griñán, al igual que el secretario de organización de los socialistas andaluces, Rafael Velasco, ha mostrado también todo su apoyo a todos los alcaldes actuales socialistas de las grandes ciudades andaluzas, como puede ser también el ejemplo de la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez.
Existe una máxima en el mundo del fútbol que se puede extrapolar perfectamente a cualquier ámbito de la vida social y de la política: “Si algo funciona, no se debe cambiar”. Y esta lógica contundente es la que el PSOE no quiere desafiar. Aún está en el recuerdo de los socialistas la pérdida de la alcaldía de Cádiz al dejar fuera de la candidatura al entonces actual primer edil socialista, Carlos Díaz.
En este contexto, resulta paradójico que quien verdaderamente está cuestionando la candidatura de Herrera a la alcaldía algecireña es el propio PSOE al no anunciar ya claramente su designación oficial. Y resulta doblemente paradójico porque este sector lo único que está haciendo verdaderamente ahora es perjudicar ya a los intereses del propio Partido Socialista ante el empuje de sus rivales políticos y sobre todo del PP de José Ignacio Landaluce.
Es cierto que este sector pujó subrepticiamente en su día por otro candidato a la alcaldía algecireña, Diego Sánchez Rull; pero el tiempo de este posible debate, que nunca ha llegado a concretarse, ya pasó y ahora a un año de las elecciones ya no es pertinente ni lógico estratégicamente de cara a los propios comicios.
En este sentido, tanto el presidente de honor provincial del partido, Rafael España, como el propio secretario provincial, Francisco González Cabaña, son los únicos responsables de esta demora en la designación de Tomás Herrera; una demora que alimenta las dudas y que da fuerza a los rivales políticos y a los grupos críticos con el partido. Algo realmente paradójico y que en caso de catástrofe electoral sería susceptible de depuración de responsabilidades.
Renuncia de Manella
Curiosamente esta semana el alcalde socialista de Tarifa, Miguel Manella, ha anunciado su renuncia a presentarse candidato a las elecciones municipales del año próximo. Manella ha explicado esta decisión por “cansancio político” y ha sido bastante explícito al añadir palabras como “frustración”, “soledad” e “impotencia” para solucionar problemas ante el abandono que ha sentido por parte de su propio partido.
Quizá, con respecto a Tomás Herrera, era ésto lo que se pretendía desde ese cierto sector del PSOE; ¿que presentara su renuncia?