La Policía Nacional hizo un espeluznante hallazgo el pasado lunes por la mañana en la calle Ruiz Zorilla. Al acudir a ejecutar una orden de deshaucio en el bloque del número 21 de la citada vía, encontraron el cadáver bien conservado de un hombre de entre 40 y 50 años de edad.

El cuerpo no presentaba, en principio, signos de violencia, y se encontraba en un sorprendentemente bueno estado de conservación, teniendo en cuenta que según fuentes policiales la muerte del mismo se produjo hace aproximadamente un año.

Este es el dato que reveló la autopsia practicada ayer por la mañana al cadáver, quien iba a ser sacado de su casa por las fuerzas del orden después de que el propietario del piso en que residía lo denunciase por llevar, obviamente, un año sin pagar el alquiler.

Según ha podido saber este diario, el fallecido vivía solo y se comunicaba relativamente poco con los vecinos.

Según las fuentes policiales consultadas por este diario, en el momento de ser encontrado el cuerpo, en algunas estancias de la casa, entre ellas el cuarto de baño, se encontraron restos descompuestos de vómito, lo que puede dar cierta idea de cómo se produjo el fallecimiento.

Inadvertido
Lo más escalofriante y sorprendente de este caso es el hecho de que el cadáver pasase completamente inadvertido para los vecinos del bloque de Ruiz Zorilla donde se produjeron los hechos durante tanto tiempo.

La explicación, según la Policía, está en el asombroso estado de conservación del cadáver, basado, en principio, en las condiciones de frío y humedad dentro de la misma. Las fuentes aseguraron que, hablando con los vecinos del bloque y los locales de alrededor, todos coincidían en que durante los primeros días “notaban un olor sospechoso” que paulatinamente fue desapareciendo, por lo que no le dieron más importancia. Al frenarse la descomposición del cuerpo, cesó también el olor.

Las diligencias del caso cesaron, una vez realizada la autopsia, ayer miércoles. Según indicaron las fuentes consultadas, dado que el fallecido estaba ya identificado fue relativamente sencillo localizar a sus familiares, quienes al parecer residían en León. Estaba previsto que estos familiares se desplazasen hacia Algeciras para hacerse cargo del fallecido cara a su posterior entierro.