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Viernes 15/11/2024
 

Jerez

?Es necesaria la aprobación del Estatuto del Periodista?

?Los próximos seminarios versarán sobre las emisiones atmosféricas, el poder político o la información deportiva, entre otros?

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  • El presidente de la APCG entrega un recuerdo de la asociación al representante del astillero del Lisnave. -
Estanislao Ramírez Barjacoba, que ha sido nombrado de nuevo presidente de la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar (APCG), realiza una valoración de la situación de los medios de comunicación en la comarca, las funciones de la APCG y de las últimas actividades formativas para estos profesionales, desarrolladas en fecha reciente en Lisboa.

—¿Qué papel juega la APCG en los momentos de crisis generalizada que sufren los empleos y concretamente en el sector de la prensa?
—Aunque la condición de una Asociación de la Prensa no es la de un sindicato,  en los estatutos de todas ellas se recoge como uno de sus fines la defensa de los intereses de los profesionales y no cabe duda que uno de ellos, tal vez el más importante, es su situación laboral. En consecuencia, la APCG no puede dejar de denunciar los despidos improcedentes, la precariedad laboral, los contratos abusivos, la sobrecarga de trabajo, la escasez de descansos, los horarios excesivos,  el incumplimiento del derecho a las vacaciones anuales, la carencia de medios materiales para el desarrollo del trabajo diario, el incumplimiento por parte de algunas empresas del compromiso de la obligación de formación de sus empleados o de las licencias para acceder a esa formación fuera de la empresa, y tantas otras circunstancias más que suponen una situación injusta para los trabajadores. Por eso, la APCG  y el resto de las asociaciones de periodistas deben mostrar su apoyo a todos los compañeros que padecen esas situaciones y lo hace mediante comunicados de denuncia, acudiendo a las concentraciones de protesta que convocan las plantillas de los medios en los que se dan, convocando acciones públicas, manteniendo reuniones con los representantes de las administraciones para que actúen de oficio ante las irregularidades y manteniendo una postura de unidad con los sindicatos en la defensa de los derechos laborales de los periodistas, al amparo del convenio de cooperación con tiene suscrito con Comisiones Obreras y UGT.
—¿Qué medidas considera que se deberían arbitrar para poner freno a la precariedad que se vive desde el punto de vista de recursos y personal en los medios?
—La más importante de todas sería la regulación profesional, o sea la aprobación del Estatuto Profesional del Periodista, que definiese quién lo es y quién no, según los criterios que pudiesen fijarse entre el poder legislativo, las asociaciones profesionales, los sindicatos y los empresarios.
En este momento, la falta de desarrollo mediante leyes orgánicas de muchos de los capítulos y artículos de la Constitución, hace que la norma sea poco concreta. Es evidente e indiscutible que el derecho a informar, junto con el de expresarse libremente, es el derecho fundamental que sustenta toda democracia. Los españoles tenemos en nuestro haber la victoria de haberlo ganado después de una larga dictadura y su reconocimiento explícito en la Constitución es la garantía de nuestra libertad política. No obstante, el artículo que lo recoge en la carta magna no ha sido desarrollado tal y como de su mismo texto se desprende que debiese hacerse. El derecho es universal para todos los ciudadanos, pero el propio texto recoge dos normas de aplicación exclusiva para los profesionales: El Secreto profesional y la Cláusula de Conciencia. En consecuencia es imprescindible que se desarrolle la ley que determina quién es periodista y quién no.
Eso supondría acotar el colectivo de trabajadores en función de su formación y preparación, como ocurre con la práctica totalidad de las profesiones y los oficios,  y poner fin a la práctica de las empresas de  "ofertas de empleo a la baja", con condiciones injustas cuando no casi ilegales,  abusando de una situación de demanda universal. Junto con eso, no cabe duda de que la organización profesional por medio de asociaciones o la pertenencia a sindicatos son fundamentales para la defensa de los derechos colectivos e individuales.
—¿Acaba de ser nombrado nuevamente presidente de la APCG. ¿Cuántos años lleva ocupando este cargo y cómo ha cambiado el sector desde que se hiciera cargo del mismo?
—Acabo de cumplir ocho años como presidente de forma continuada, a los que habría que sumar uno más que estuve anteriormente,  durante un mandato que tuve que interrumpir por un traslado laboral. Por lo que respecta al sector, hay que reconocer que ha experimentado cambios buenos y malos. En los positivos hay que destacar que los periodistas están mucho más unidos, tanto en esta comarca como fuera de ella. Las Asociaciones de Periodistas somos cada vez más representativas. De hecho, la APCG congrega a casi el 85 por ciento de los profesionales de la comarca.
Igualmente ocurre con la afiliación sindical, que me consta que se incrementa permanentemente.
Eso es sumamente importante, teniendo en cuenta que el nuestro ha sido siempre un colectivo poco dado al corporativismo. Por lo que se refiere a los medios, después de un periodo de auge en cuanto a implantación y mantenimiento, desgraciadamente la crisis ha hecho el peor de los efectos y el panorama es triste. Las plantillas son escasas, con lo que eso implica en la sobrecarga de trabajo y en la reducción de descansos y vacaciones, los sueldos han caído hasta niveles que a penas rozan el salario mínimo,  y el descontento y el desencanto hacen mella en los profesionales.
Además, esa situación de falta de recursos humanos en los medios ha llevado a que se deje de hacer periodismo de calle y, por falta de tiempo, se escriba desde una mesa, con lo que eso supone de deterioro de la información. Imperan los comunicados de prensa y las fotos que envían los gabinetes, junto con alguna que otra rueda de prensa, cuyo contenido se difunde después desde los gabinetes de los convocantes, facilitando la posibilidad de no asistir y aprovechándose de ello para destacar sólo lo que interesa al compareciente y, por supuesto sin recoger las respuestas a las posibles preguntas "incómodas" que haya podido hacer algún compañero. En cuanto a las empresas, casi todo ha ido a peor. Parece que han abandonado el espíritu que en su día las llevó a nacer, ya que son ellas las que han propiciado todo lo anterior y son las responsables de la precariedad laboral. Su obsesión por la cuenta de resultados, que aunque ahora pueda ser negativa ha tenido un largo periodo de beneficios, les ha he hecho perder la perspectiva de que su mayor patrimonio es su plantilla de trabajadores. Son los profesionales los que consiguen que el producto salga a diario. Los edificios y las máquinas no son más que las herramientas de los que verdaderamente hacen el periodismo, que son los trabajadores. Prescindir de ellos o darles un trato  laboral precario sólo conduce al cada vez mayor deterioro de su producto y en consecuencia, los saldos bancarios se ven irremediablemente sometidos a la caída en picado. La innovación y el desarrollo no consisten sólo en comprar ordenadores y pantallas táctiles. Es necesaria también la imaginación y no perder de vista el objetivo de una empresa periodística: Informar libremente y con rigor. Las nuevas tecnologías son el medio para hacerlo técnicamente mejor pero no influyen en el verdadero fin: Hacer buen periodismo. 
—¿Cómo es la situación actual que se vive en los medios comarcales? ¿Se puede prever que en breve la situación comenzará a cambiar a mejor?
—Está descrita ya porque la situación que he comentado antes es general y por desgracia no parece que la situación vaya a cambiar a mejor a corto plazo.Salvo excepciones contadas y no por ello garantizadas,  vamos a vivir tiempos aún más difíciles. Tengo la impresión de que para los periodistas todavía no se ve la luz al final del túnel ni hay brotes verdes. Por ello defendemos que las Instituciones sometan sus inversiones publicitarias y las ayudas públicas al compromiso del mantenimiento del empleo y la mejora de las condiciones laborales.
—¿Cuál es su valoración del seminario celebrado en Lisboa y en qué manera puede afectar positivamente al trabajo de los periodistas que han asistido?
—Creo que ha sido enormemente satisfactorio. Hemos accedido a personas, empresas y organismos que nos han ofrecido un conocimiento del que carecíamos sobre un asunto de gran interés para la comarca: La seguridad marítima. Es una cuestión de la que hablamos casi a diario y por ello enriquecer nuestra formación es imprescindible. Cuanto más sabemos de un asunto, mejor lo contamos y eso significa que los ciudadanos que acceden a nuestras crónicas están mejor informados.
Es por eso por lo que la APCG mantiene como una de sus principales actuaciones la formación de los profesionales: Seminarios sobre asuntos que nos afectan a diario y cursos de especialización y reciclaje. Por suerte, muchas empresas e Instituciones consideran acertado nuestro planteamiento y nos apoyan económicamente para poderlos materializar.
—¿Cuáles son los planes a corto plazo de la asociación que preside en lo relativo a seminarios?
—Tenemos varios diseñados y programados para este año, si finalmente conseguimos todos los recursos económicos para ellos: las emisiones atmosféricas, el poder político, la información deportiva...
—¿Cuál será la próxima cita con los vecinos de la otra orilla?
—La relación, más que con los medio es con los periodistas, lógicamente, dado que nuestra organización es de profesionales y no de medios. Fue un objetivo casi fundacional de la APCG, que venimos desarrollando desde hace más de dos décadas con nuestros Congresos de Periodistas del Estrecho. Nos enorgullece haber sido los que abrieran esa puerta de relaciones con Marruecos por la que después han ido pasando instituciones, empresas y organizaciones que no se lo planteaban.
Como es evidente, 20 años suponen mucho tiempo de amistad y cooperación y el más firme compromiso de seguir manteniendo nuestros foros, en los que abordamos asuntos que nos son comunes a los periodistas y al mismo tiempo a los territorios y sus pueblos. La próxima cita, tal y como recoge el acuerdo que sustenta nuestra voluntad de seguir trabajando juntos, será organizada por la Asociación de Periodistas del norte de Marruecos y la celebraremos en mayo.
—¿En qué considera que la APCG ha contribuido más en los medios de la comarca?
—Además de la formación y de la integración de los periodistas de la comarca en el seno de una organización común. La APCG ha contribuido a que la voz de los profesionales se oiga, mediante una mayor presencia social desde todos los puntos de vista. Por lo que respecta a nuestra contribución a los medios, no es nuestra misión ni nuestro objetivo. Los medios son empresas y nuestros asociados son periodistas. No obstante, si hay un beneficio obtenido por los medios gracias a la APCG. Nuestra oferta formativa a los compañeros y su participación implica que ese mayor conocimiento se destila luego en sus crónicas y consecuentemente beneficia a aquellos medios para los que trabajan.
—¿Cuál es su relación con las entidades políticas, empresariales y sindicales de la zona?
—Con todos ellos nos llevamos bien. Con los políticos, con las empresas y con los sindicatos, manteniendo siempre unos y otros los principios que fijan nuestras respectivas organizaciones.
En todo caso, quiero subrayar que la relación de la APCG con todos es la de una organización profesional con unos fines y objetivos claramente marcados, por lo que  es la coincidencia de esos objetivos, el criterio de compartirlos o el planteamiento de apoyarlos, lo que determina y rige la relación.
—¿Cómo es la relación de los medios de comunicación de uno y otro lado de la frontera? ¿Representan los medios un ejemplo para los políticos?
—La relación entere los medios de ambos lados de la verja es buena, entre otras cosas porque no hay competencia de mercado y eso facilita esa relación. Por lo que se refiere a la relación entre los periodistas, es magnífica. Más de una vez he dicho que nuestro oficio es  el más propicio para ir acompañado de la expresión "sin fronteras" y en el caso de Gibraltar o en el de Marruecos queda plenamente demostrado. No sé si los medios representan un ejemplo para los políticos pero no cabe duda de que la labor que hacemos numerosos colectivos y la relación de vecindad que ponemos en práctica, entre ellos la APCG, si debería ser un ejemplo o al menos un referente. 
—¿Cuáles han sido las noticias más destacadas de los últimos meses en el ámbito de la comarca? ¿Cuál cree que están aún por venir?
—Como colectivo no es nuestro cometido pronunciarnos sobre esas cuestiones. Eso lo hacemos cada uno de nosotros en nuestros medios o en las tribunas de opinión de las que disponemos como profesionales. No obstante, si nos satisfacen las buenas noticias y nos preocupan las malas, como a todos los ciudadanos y como a todas las organizaciones. En cuanto a destacar noticias, prefiero hacerlo sólo por el baremo de su contenido positivo y evitar aquellas que hayan sido negativas, a pesar de que su calado social pudiera ser mayor. Por citar algunas, la implantación de Hanjin, los acuerdos del foro tripartito o la voluntad de la práctica totalidad de instituciones, empresas, organizaciones, medios,… por constituir una iniciativa en defensa de la imagen positiva de la comarca. Por venir,… son tantas las deseadas y tantas las posibles que no soy capaz de concretarlas. Sólo espero que vayan produciéndose realmente y de forma continuada y próxima en el tiempo.
—¿Con qué noticia le gustaría levantarse mañana?
—Lo que más me gustaría es poder redactar el titular de que se ha alcanzado el pleno empleo, aunque en estos momentos parece un titular demasiado lejano en el tiempo. Pero hay otros, poder decir que se han materializado todas las infraestructuras pendientes desde hace décadas, o que se ha aprobado una verdadera ley de comarca que incluye la implantación de circunscripciones electorales...    

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