Al amanecer de la última jornada del año 2013 una noticia corrió como la pólvora por los ambientes flamencos. Juan Moneo El Torta (1953) había fallecido. Tras varias llamadas, se confirmaba el fatal desenlace de uno de los cantaores más carismáticos que ha dado Jerez en su historia.
Casi han pasado diez años de aquello y para muchos sigue siendo impensable no encontrarse con el artista de La Plazuela por las calles de Jerez o formando parte de los grandes eventos de la ciudad.
Ya hay una generación que lo ha conocido a través de su legado. Aquellos niños que con diez años no pudieron disfrutarlo en directo, su hábitat, ahora con casi veinte comparten en redes sociales su multitud de anécdotas y vídeos que vuelven a ser virales con el paso del tiempo.
Imágenes de aquel día en el que sacó el peine rosa rulan por Instagram o Tiktok como si no hubiera pasado el tiempo. Algunas de sus reflexiones que expresó al inolvidable periodista Jesús Quintero vuelven a tomar vigencia como si las hubiera realizado hace unos días.
Cierto es que su forma expresiva siempre lo marcó como distinto, singular y prácticamente inimitable. Fue cantaor largo, de los considerados dominadores de los estilos flamencos en su mayoría, pues no habría que pasar por alto su solvencia en cantes como las bamberas, romeras o por supuesto seguiriya, soleá, tangos, fandangos o bulerías.
Pero si algo lo identificó como especial fue su rebeldía continua frente a la vida. Su carácter contestatario hace de su mensaje imperecedero, de ahí que siga manteniendo el pulso activo a pesar de no estar presente físicamente.
El último acontecimiento respaldado por la masa flamenca que se recuerda en Jerez en los últimos años fue el homenaje que la familia organizó en su memoria, con el fin, además, de recaudar fondos para su hijo Juan. Más de seis mil personas se congregaron en la Plaza de Toros de su tierra natal el 17 de junio de 2016 para disfrutar de un cartel irrepetible en el que destacó la presencia de sus hermanos, también el fallecido Manuel, Juan Villar, Jesús Méndez, Juana la del Pipa, Arcángel, Marina Heredia… entre otros tantos.
En marzo de 2020, antes de que llegara la pandemia, Jerez descubría el nombre de una calle en su honor, mismo día que la ciudad hizo lo propio con su hermano Manuel. La Ronda de San Telmo se dividía en dos para que los Juan El Torta y El Moneo quedaran por siempre en el callejero de La Plazuela.
Nadie podrá olvidar a Juan, quien dejó a la mitad la lectura del libro El rayo que no cesa de Miguel Hernández.