Cada mañana realizan su paseo matutino desde Guadalcacín hasta el parque empresarial y de regreso a casa por el polígono industrial del Porvenir. Es su recorrido más o menos habitual. Sin embargo, durante los últimos días han comenzado a percatarse de una circunstancia que ha terminado por convertirse en un peligro, tanto para ellos como para cuantas personas realizan su mismo itinerario diario, ya que han comenzado a desaparecer las tapas que protegen las pocetas con las conexiones eléctricas y de desagües del citado polígono del Porvenir, justo en la calle próxima a donde se encuentra el Centro de Inserción Social.
"Hemos contabilizado del orden de ocho pocetas sin proteger", nos relatan. Lo han denunciado a la Policía local, pero a la vista de que nadie ha actuado hasta ahora, han decidido recurrir a los medios, sobre todo para advertir a quienes pasean por la zona para que presten mucha atención, "ya que es un auténtico peligro. Hay pocetas que tienen casi un metro de profundidad, y como metas ahí el pie en un descuido puede ser terrible".
"Estuvo a punto de pasarme el otro día, porque además han crecido muchos matojos en las aceras y algunos ocultan las pocetas. Si no llega a ser porque mi marido me advirtió, meto el pie allí dentro".
Según relatan, al principio observaron que las tapas de hierro de las pocetas habían sido levantadas y depositadas en las aceras, "supuestamente para que alguien pasara después en un coche a recogerlas", ya que al día siguiente habían desaparecido dejando al descubierto las pocetas, desde donde también se puede acceder al cableado subterráneo.
Hasta ahora han llamado en varias ocasiones a la Policía para denunciar los hechos, "pero se limitan a decirnos que toman nota". Mientras tanto, a medida que avanzan en su paseo diario aprovecharn para advertir a otros paseantes del peligro de caídas. "Están desvalijando poco a poco las tapas de las pocetas, y la sensación de abandono del polígono parece cada vez mayor", exponen al tiempo que comparten imágenes en las que se aprecian escombros acumulados en una acera y sobre todo la vegetación que se ha adueñado ya de las aceras de un recinto industrial en el que aún quedan parcelas por ocupar.