Mientras que el antiguo complejo bodeguero de Croft empieza a cobrar vida de la mano del centro de formación profesional promovido por el grupo Ilerna Albor, ya en funcionamiento desde el pasado mes de septiembre, y las miras centran ahora en el desarrollo del espacio comercial en tres naves bodegueras, a escasos metros, justamente enfrente, el acerado público que rodea de la urbanización Jardines de Montealto se hunde. Y lo hace en plena ebullición de la actividad económica de los locales comerciales de este enclave, que tiene poco más de diez años de vida. Cada vez hay más paso de vecinos y clientes que acuden expresamente a la calle Azahar para desayunar o almorzar en dos conocidos establecimientos.
En Tartessos Asesores, administrador de fincas de la comunidad de propietarios Jardines de Montealto, explican a VIVA JEREZ que el Ayuntamiento de Jerez hace “caso omiso” a los escritos remitidos para la reparación del acerado, cuyo mantenimiento es competencia municipal. Los últimos están fechados en abril de 2022, febrero de 2023 y el 29 de agosto de este mismo año, cuando registraron la última solicitud en sede electrónica. En este último documento, el administrador advierte que “el mal estado y el hundimiento del acerado” que, además de “poner en peligro la integridad física” de los vecinos y peatones que transitan por esta zona, “provoca acumulaciones de agua que causan problemas de humedades en la fachada del edificio”.
Desde el Ayuntamiento dan la callada por respuesta a esta reclamación, que es la más urgente, y al resto de peticiones solicitando el aumento de contenedores de basura, pues los actuales se quedan pequeños para la población que se concentra en esta zona, que se encuentra en plena expansión.
Entre tanto, los residentes reclaman que se les tenga en cuenta. “Para subirnos los impuestos sí, somos vecinos de Montealto para pagar, pero no para que nos arreglen las cosas. Para la limpieza no somos de Montealto, porque mira cómo está todo”, se queja un vecino mientras sortea los desniveles de terreno para llegar a su casa y señala los restos de hoja acumulados en el suelo tras el temporal. También echa de menos la presencia de más personal de limpieza. "¿Tú los has visto? Porque yo no veo a nadie por aquí". Y es que los tropiezos de los peatones son habituales y en los mismos negocios avisan a la clientela. “Yo mismo les digo que tengan cuidado”, señalan en Los Melli, una tienda de alimentación del bloque.
Junto a ella, haciendo esquina, en la cafetería Cocó Café, han tenido que colocar una especie de atril con un dispensador en la parte donde está el terreno más levantado, al lado de la puerta del local, “para que no se caiga la gente”, indica el encargado. Lo que más les preocupa es este extremo, pero también “que de ahí puedan salir ratas y otros bichos”.
En el restaurante Ultimátum, en la misma acera, están en las mismas. Todos se sienten un poco impotentes mientras ven que el suelo cada día se hunde más y no se pone remedio.
