Tras 41 años trabajando en el Área de Patrimonio del Ayuntamiento de Jerez, Eugenio Sánchez Silva ha adelantado su jubilación casi un año para dirigir Cáritas Diocesana Asidonia-Jerez. Un cargo al que llega con muchas ganas y con proyectos y cambios en su cabeza para acercar más esta organización a la población.
Prácticamente está aterrizando al frente de Cáritas Diocesana, pero no es nuevo por aquí
–No soy nuevo, llevo seis años y medio en Cáritas Madre de Dios. Lo que es verdad es que ha sido una sorpresa. Tú no te lo esperas, en Cáritas somos muchos voluntarios. Ten en cuenta que somos 660 por lo menos. Podría ser cualquiera. Que te llamen un día y te lo ofrezcan del tirón te sorprende, sino te mentiría. Y después de la sorpresa inmediatamente ilusión. Sin ilusión no hagas esto, no te dediques a este tema. El tema es duro, es fuerte, pero con ilusión esa dureza se desvanece.
Una vez superada la sorpresa inicial, ¿le da un poco de vértigo?
–No me da vértigo. Me ilusiona. Sigo en la ilusión todavía.
¿Qué retos se plantea?
–Cáritas es algo grande, pero con tranquilidad y sin parar se van a poder hacer las cosas en las que yo he pensado siempre. Qué duda cabe de que partimos de la labor que han hecho anteriormente, que es muy buena y hay muchas cosas buenas que las aprovechamos y vamos a seguir con ellas, pero también es verdad que yo tengo una visión de Cáritas en la que hay que cambiar cosas.
¿Qué cosas?
–Como hacer mucho más fluida la comunicación de Cáritas Diocesana con las cáritas parroquiales. Nuestra diócesis tiene 76 cáritas parroquiales. Imagínate la diversidad. No solo Jerez, Costa Noroeste, la Sierra. Vamos a intentar tratar a todos con las peculiaridades que tiene cada uno. Conocer su realidad, sus demandas, ver cómo les podemos ayudar. Ya hay gente del equipo trabajando en esto, en un protocolo de actuación. Es que las cáritas actúan de manera muy diferente unas a otras. Las hay con un equipo de 10 o 12 personas y otras con una persona. Eso no puede tener el mismo tratamiento.
¿Cómo quieren tratar ese desequilibrio?
–Lo que vamos a hacer es algo que siempre se ha hecho en Cáritas y es ir por zonas y acudir por las cáritas que más lo necesitan de manera concreta y particular. Ahora están trabajando los compañeros en la zona centro: nos reuniremos con ellos y los escucharemos y eso te da una visión del tema. De ahí sacaremos datos evidentemente para mejorar.
En definitiva, un diagnóstico
–Sí, queremos hacer ese diagnóstico y no tardar mucho en hacerlo, pero la diócesis es muy grande.
Ha dicho anteriormente que siempre ha tenido una idea clara de Cáritas y que hay cosas que cambiar
–Yo vengo de la acogida de Madre de Dios. Soy partidario de que por lo menos la formación básica en Cáritas la tiene que recibir cualquier voluntario. La gente para atender a personas con circunstancias duras y especiales tiene que estar con cierta formación. Para nosotros Cáritas no es una ONG más, Cáritas es iglesia católica. Nos movemos por una serie de principios y de valores. El voluntario tiene que estar en sintonía con lo que pensamos.
¿Cuántos usuarios atienden al día?
–Va por Cáritas. Yo te puedo hablar de Madre de Dios, allí nos movemos alrededor de cien familias al mes. Son familias y niños que no pueden comprar y comer frutas, comen frutas si se las damos de Cáritas. Parece una locura pero es que es una locura cierta.
¿Son familias que comen gracias a Cáritas?
–Una parte de lo que comen, sí. Cuando hablamos de la gente que viene a recoger la bolsa de Cáritas, estamos hablando de asistencia, pero Cáritas es mucho más. Vamos a intentar que sea una atención integral. Pero bueno, la gente la bolsa la lleva con ilusión. Porque es que realmente necesitan esos alimentos. Supongo que después buscan otras cosas y con el dinero que tienen hacen sus compras.
La atención integral quizás es la parte más desconocida...
–Por muchísima gente. Cáritas tiene orientación laboral, tiene ayuda psicológica, jurídica si nos la solicitan, con el principio siempre de acogida. Cáritas es acompañamiento y a mí me gusta mucho decir que Cáritas escucha. Hay gente que necesita ser escuchada. Detectamos que no necesitan tanto venir por los alimentos como para echar un rato y que se le escuche.
¿En la última memoria de 2022 hablaban de 20.000 personas atendidas, más de 8.000 en Jerez. La inflación ha seguido disparada, el euribor, la luz...¿Prevén superar estas cifras?
–Seguramente van a ir a más, las condiciones han empeorado.
Un 75% de los usuarios siguen siendo mujeres
–Los datos son claros. De cada diez, siete personas que vienen son mujeres. A los hombres les da reparo y cierto orgullo. La gran mayoría personas de nacionalidad española, aunque cada vez hay más emigrantes. En Cáritas no hacemos distinción, en cuanto estás aquí, eres de aquí. Ahora está volviendo la gente de Ucrania, tras la primera oleada, muchos decidieron volver a casa porque la guerra centralizar este del país, pero notamos que están regresando.
¿En qué ha cambiado el perfil?
–Antes eran pobres, personas que no tenían trabajo. Ahora viene gente a la que no le llega con el sueldo. Los sueldos son bajos, hay mucho paro y, bueno, ahí está Cáritas. Pero siempre vamos a prestar atención con la dignidad y discreción que merecen las personas. Hay que ser muy cuidadosos con quien te llega.
La cuesta de enero para muchas familias dura todo el año. ¿Echan en falta campañas más repartidas y no tan concentradas en Navidades?
-Diciembre es especial, pero la gente es solidaria durante el año. A lo mejor necesitamos que sea más solidaria, sin duda. También vamos a incidir en eso. En que nos conozcan, y a lo mejor a partir de ahí nos ven de otra manera y empiezan a colaborar más, que es la idea.
Quieren acercar Cáritas más a la población
Sin duda, la transparencia para nosotros es fundamental. No hay misterio alguno. Lo es. Cáritas es un organismo transparente, pero vamos a intentar llegar a más gente y que nos conozcan. Tengo muchas ideas, muchos proyectos y ya el equipo lo va conociendo. El trabajo del día a día se hace maravillosamente bien, pero se trata también de innovar y crecer. Cáritas va a ir mejor si crecemos.
