La decisión de la Comisión de Gestión de la Sequía de la Demarcación Hidrográfica del Guadalete-Barbate de elevar del 50 al 75 por ciento la reducción del consumo de agua destinada al regadío ha alterado gravemente los planes de los regantes, que no saben cómo sacar adelante sus cultivos y que se quejan además de que se les esté sometiendo a tal “presión” cuando las reservas garantizan dos años de consumo humano.
El
vicepresidente de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín, Miguel López, ha calificado de
“desbarajuste” la situación generada por ese nuevo recorte, que se produce cuando muchos agricultores “estaban ya haciendo encaje de bolillos” para salvar sus cultivos con una reducción de la cuota del 50 por ciento.
A los regantes
no les parece “serio” que el “único” plan de las administraciones públicas pase por “restringir” el uso del agua sin que esa medida venga aparejada de la concesión de ayudas directas a un sector del que dependen “más de 10.000 familias” de la provincia de Cádiz.
Al mismo tiempo,
“otros sectores”, como “el turismo”, no están viendo limitada su capacidad de generar riqueza, y tampoco se está contemplando la adopción de medidas tales como la instalación de desaladoras en el mar, una medida que sí se adoptó en La Palma coincidiendo con la erupción volcánica que arrasó buena parte de la isla y que permitió “paliar” sus efectos.
Además de ayudas directas y nuevas inversiones, los regantes
echan en falta un mayor control de los recursos hídricos, toda vez que se
han detectado “muchos riegos ilegales” en la cuenca, dándose el caso de cientos de hectáreas ocupadas con cultivos “súper intensivos” que precisan de agua e incluso de “captaciones directas e indirectas” del propio río Guadalete, con “gente de Villamartín hacia arriba que está regando sin control ni restricción”.
Manuel Siles, de la Comunidad de Regantes de la Costa Noroeste, habla ya de
“una ruina espectacular” para el sector, con explotaciones en las que ya “se ha consumido el agua” que se ha consignado para todo el ejercicio al tener carácter retroactivo la última reducción de la cuota de agua.
En materia de infraestructuras, además de demandar esas desaladoras, los regantes advierten de que el azud de El Portal “no tiene capacidad” para retener todo el agua, con lo que aquella que llega procedente de la Depuradora de Jerez termina marchándose al mar. También se reivindican mejoras en canales y demás infraestructuras, que al estar obsoletas provocan innumerables fugas de agua.
El sector reclama una reunión y una mesa de trabajo con la Junta de Andalucía dado que “la situación es dramática” y se hace necesario “ponerse las pilas” cuanto antes, porque “la guerra del agua acaba de empezar ahora mismo”. “Sin agua no se pueden pelear ni una PAC ni unos precios justos. Sin agua no somos absolutamente nadie”, insistió Miguel López.
El cuarto Decreto de Sequía aprobado hace algo más de un mes por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía contempla una inversión de 14 millones de euros en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Jerez que permitirá realizar un segundo tratamiento del agua para su uso en el riego de la campiña.
En la práctica, eso garantizará el regadío con independencia de que llueva o no llueva, toda vez que está previsto que esta intervención permita aprovechar hasta 14 hectómetros cúbicos de agua que actualmente se vierten al mar. De igual modo se garantiza agua para el baldeo de los viales públicos y el riego de parques y jardines.
Los regantes agradecen esta medida, pero entienden que “no es la solución” definitiva para los problemas que se están generando por la falta de lluvia, toda vez que esos 14 hectómetros cúbicos no les van a “solucionar la vida”.