Suma y sigue. La adversa meteorología sigue siendo la gran protagonista de una Semana Santa para olvidar. La Hermandad de las Tres Caídas fue la única cofradía en procesionar en la tarde del Miércoles Santo, viéndose sorprendida en varias ocasiones por la lluvia y llegándose a cobijar en la Catedral antes de su definitivo regreso a la iglesia de San Lucas.
La Hermandad del Soberano Poder debía ser la primera en plantar su cruz de guía en la calle, al filo de las tres de la tarde. Los cofrades de La Granja pidieron la hora de cortesía al Consejo local de la Unión de Hermandades a la espera de ver cómo evolucionaba la meteorología.
En ese momento no llovía, pero hacía mucho viento y el cielo se iba cubriendo cada vez más. Todo se preparó para iniciar la salida a las cuatro de la tarde, pero apenas unos minutos antes de esa hora apareció una llovizna que obligó a dar por suspendida la estación de penitencia.
Apenas unos minutos después debía ponerse en la calle la Hermandad del Consuelo desde la parroquia de las Viñas. Los adversos partes meteorológicos -90 por ciento de probabilidad de precipitaciones- y ese pequeño chaparrón parecieron allanar el camino a la decisión final de la junta, que sin esperar más tiempo del estrictamente imprescindible comunicó lo que se antojaba un secreto a voces.
La siguiente en adoptar idéntica determinación fue la Hermandad de la Amargura, que se quedó en casa justo en el año en el que se cumplía el 75 aniversario del ‘milagro de la calle Naranjas’.
En estas estaba la tarde cuando el Consejo comunicó que la Hermandad de las Tres Caídas se echaría a la calle un cuarto de hora después de la hora inicialmente prevista pero con el compromiso de recuperar ese tiempo en el itinerario de ida hacia la Carrera Oficial, gracias entre otras cosas a que ya no sería necesario subir por Porvera hacia San Juan de Dios dado que el paso ante la capilla de San Juan de Letrán estaría diáfano.
Con el paso de palio de la Virgen de los Dolores llegando a la plaza Belén, la Hermandad del Prendimiento comunicó también su decisión de no salir a la calle.
Así fue cómo la Hermandad de las Tres Caídas se convirtió en la única en tratar de hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, bajo fuertes rachas de viento y sorprendida por una ligera llovizna en más de una ocasión, especialmente cuando se encontraba ya en la Carrera Oficial buscando el primer templo diocesano.
La cofradía llegó a dividirse en dos, quedando por un lado el cortejo que precedía al Señor de la Salud en sus Tres Caídas y por otro el del Cristo de la Salud y la Virgen de los Dolores. El Nazareno llegó a la Catedral solo y llegó a salir hacia el Reducto, volviendo sobre sus pasos poco después para resguardarse de la lluvia. Luego reemprendió camino hacia San Lucas, viéndose de nuevo sorprendido por el agua. El Cristo de la Salud y la Virgen de los Dolores se quedaron unos minutos en la Catedral a la espera del regreso definitivo a su templo, que terminó produciéndose poco después.
Ese fue el triste epílogo de otra adversa jornada cofradiera, que si las previsiones meteorológicas se cumplen parece que no será la última, ya que para el Jueves, Viernes y Sábado Santo se esperan también sensibles precipitaciones en toda la zona como consecuencia de la entrada de la borrasca Nelson.
