Dos algecireños comparten desinteresadamente la difícil tarea de restaurar relojes monumentales de todos los puntos de Andalucía y fuera de ella. Todo por amor a una profesión que, desgraciadamente, se encuentra en decadencia por falta de profesionales.
Una vez más, se demuestra que la cultura es la madre del bienestar de los pueblos y de sus sufridos ciudadanos, y digo ésto porque tanto José Luis Pavón como José Martí, para el arreglo de los relojes compartían un habitáculo tan reducido en la torre de la iglesia de la Palma que se veían impotentes para hacerse cargo de los pedidos que demandaban iglesias y ayuntamientos foráneos.
Por el boca a boca cotidiano, llega a oídos de responsables de la Universidad de Cádiz (UCA) las necesidades de estos dos artesanos de un habitáculo que le pueda facilitar su diaria tarea.
De común acuerdo, UCA y artesanos llegan a un convenio marco para utilizar los talleres con las herramientas correspondientes de la Universidad Politécnica de Algeciras, donde ellos están desarrollando su trabajo a pleno rendimiento.
Todo esto gracias a la sorda pero positiva labor del vicerrector Francisco Trujillo, del director del departamento de Ingeniería Industrial y Civil, Raúl Martín, y al maestro de Taller, Diego Navarro. A los tres, nuestro más profundo respeto y agradecimiento por vuestra callada y ejemplar colaboración. Gracias.
Bella fuera la vida placentera
Y Feliz la infeliz humanidad
Si la fugaz mentira sucumbiera
Fulminada por la luz de la verdad.