El pasado 11 de septiembre, Fedejerez, la patronal bodeguera, decidió suspender la reunión enmarcada en el proceso de negociación del nuevo convenio de la vid. La decisión generó cierto malestar sindical e inquietud entre los 7.000 trabajadores de las bodegas que dependen de dicho acuerdo, ya que
llevan casi un año tratando de cerrarlo después de que el todavía vigente venciera el pasado 31 de diciembre.
Apenas 24 horas después se conoció la renuncia de Evaristo Babé a la presidencia de la patronal, lo que vino a justificar el cambio de agenda. Sin embargo,
transcurrido casi un mes, la inquietud ha ido de nuevo en aumento, sobre todo después del tiempo prudencial concedido a Jorge Pascual para que tomara las riendas de Fedejerez.
Todo puede decidirse esta misma semana, ya que
los representantes de los trabajadores han recibido invitación de la patronal para reTomar este miércoles la Comisión negociadora del Convenio Colectivo de la Vid a primera hora de la mañana.
“Ahora mismo no tenemos nada acordado. Ha habido muchas reuniones, pero nada acordado, aunque también te digo que lo veo fácil”, apuntaba
Antonio Montoro, secretario general de UGT FICA Cádiz, en una entrevista en el espacio de Noticias de 7 TV Jerez. Lo ve “fácil” porque las reivindicaciones tampoco suponen un compromiso inasumible para las bodegas y porque el contexto económico del momento es diferente al de años atrás, con el IPC disparado. “Lo que pedimos para el nuevo convenio de la vid es la subida salarial, consolidar la paga famosa del 1% del anterior convenio en el mes de septiembre, y cuatro flecos más a raíz de la nueva ley de permisos retribuidos, expone.
De sus declaraciones se extrae cierto optimismo, pero también advierte que desde UGT “estamos ya valorando que si no vemos avance en las próximas reuniones, convocaremos una asamblea de trabajadores para analizar con ellos qué hacer”.
Su objetivo es “tener esto cerrado en noviembre, porque ya llevamos un año negociándolo. Y, por supuesto, no descartamos las movilizaciones si no hay avances o llegado esa fecha seguimos sin acuerdo”.
Eso sí, subraya que “mi cometido de cara a la prñoxima reunión no es pensar en la movilización, porque si no me confundiría. Mi objetivo es sentarme y llegar a un acuerdo, y veo fácil poder lograrlo”.
37,5 horas semanales
Por otro lado, y con respecto al impacto de una posible aplicación de las 37,5 horas semanales a los trabajadores de las bodegas, Montoro señala que “a la mayoría no les va a afectar la reducción de la jornada laboral.Estamos hablando de 1.712 horas a lo largo del año, y en el caso de los trabajadores del sector de la vid, la jornada actual es de 1.718, por tanto hay solo seis horas de diferencia”.