Su dimisión la pasada semana como subdelegado cayó se sorpresa a todo el mundo. Ahora, fuera de la representación institucional, Tomás Herrera se perfila como el epicentro de un movimiento renovador del PSOE algecireño, duramente vapuleado en las últimas elecciones municipales.
—Usted dijo en la rueda de prensa que su dimisión, que tenía tomada la decisión desde hacía tiempo, ¿cuándo la tomó exactamente?
—Bueno, lo cierto es que cuando se decidió ya definitivamente la candidatura por parte del partido en Algeciras para la Alcaldía, en ese momento, mi intención no era otra cosa que volver a mi situación profesional y personal, la misma en que me encontraba antes de entrar en política. Bueno, me plantearon que era bueno que continuara, en este caso teniendo la responsabilidad del Gobierno de la Junta en la comarca, y lo vi oportuno. Ya definitivamente, hace unos meses, le planteé al propio presidente que tenía intenciones de volver a mi vida profesional. Y me dijo que sería oportuno el aguantar hasta el 22 de mayo, más que nada por no crear ninguna situación difícil y que no fuera un obstáculo para el proceso electoral. Y así, prácticamente, lo he hecho. Ya, como todos sabemos, a la espera de que se haga el nuevo nombramiento, y aquí estamos hasta el último minuto por responsabilidad, porque no puede ser de otra manera. Eso que ha dicho el PP de que, a consecuencia del vertido, que yo me he ido en la mitad del camino. Para nada. Los trabajos de limpieza se están realizando de forma efectiva en zonas que son difíciles de acometer, pero se sigue trabajando y aquí estamos hasta que haya una nueva persona que asuma las responsabilidades del Gobierno en la comarca.
—Usted no ocultó su deseo de volver a presentar su candidatura a la Alcaldía. ¿Llegó su techo político cuando esa candidatura se frustró?
—No. Eso es aventurarse un poco. Si en ese momento pensé que había terminado o debería de continuar. Eso no es así. Las circunstancias ocurren, en ese momento uno se plantea ciertas incertidumbres. Eso sí es cierto. En ese momento se vivió, y yo personalmente lo viví, una situación bastante difícil. Muy convulsa en el sentido de que hubo muchas fricciones en ese tema. Y eso, indudablemente, afectan de una forma personal. Pero las decisiones de cambiar, de dimitir, de continuar, hay que tomarlas de una forma fría, y viendo todos los pros y todos los contras. Y yo creo que el tiempo tenía que pasar, como ha pasado. Pero yo nunca pensé que ahí se terminaba todo. Yo tenía claro que quería ser el candidato, y así lo manifesté. Entendía que, a pesar de las dificultades, yo me encontraba con el apoyo de muchísimos militantes del partido, con el apoyo de los ciudadanos, esa era la sensación que tenía, e indudablemente me encontraba con el apoyo del secretario general del partido y el máximo responsable de Andalucía.
—¿Fue un contrasentido no ser el candidato con todos esos apoyos?
—Sí. Pero las reglas del juego son las reglas del juego. Hay unos estatutos, hay un procedimiento de actuación por parte del partido en las agrupaciones, tanto a niveles local, como provincial como andaluza y federal, y esos procedimientos hay que respetarlos. El máximo responsable del partido en la agrupación de Algeciras, con su ejecutiva a la cabeza - no con la asamblea, como han dicho en algunos casos, más que nada por dejar las cosas suficientemente claras - me planteó que no veía que yo fuese el candidato. Y eso, te guste o no te guste, hay que aceptarlo. Es quien tiene que hacer la propuesta dirigida hacia arriba, para el nombramiento del candidato. Y, ante eso, poco más. Puede haber ciertas fricciones, puede haber situaciones en las que se presione para una continuidad sobre el que había, pero el primer paso es que el secretario general, con la ejecutiva, es quien plantea quién va a ser. A mí me lo comunicó unos meses antes y yo le dije que no, que yo quería seguir siendo candidato, y que iba a luchar y a trabajar hasta el último minuto por seguir siendo el candidato.
—Cuando se produjo ese cambio, su candidatura venía avalada por su anterior victoria electoral...
—Sí. Por eso, yo me encuentro muy satisfecho desde el primer minuto, porque me he encontrado muy respaldado, por el partido, por los ciudadanos, y lo cierto es que cada vez que se ha tomado una decisión, cada vez que me he presentado, las cosas han salido bien, nunca han salido mal. Es lo que puedo decir del tiempo que llevo. Pero siempre me he encontrado muy respaldado. Siempre. Si no hubiera estado tan respaldado no hubiera llegado a donde he llegado.
—Viendo el terrible batacazo electoral del PSOE en Algeciras, ¿cree que se han hecho las cosas mal?
—Sí, sin lugar a dudas. Se han hecho mal. Y el que quiera ver lo contrario está equivocado. Se han hecho mal en un conjunto, y la prueba de ello es que hemos pasado unos exámenes y hemos suspendido. Y, además, con algo fundamental, que es lo que más me preocupa, que es que los ciudadanos han rechazado, y eso es una realidad, es innegable. Los ciudadanos han dicho no queremos al partido, no queremos que esté gobernando, queremos que se vaya. Y tiene que hacerse un análisis muy profundo de esa situación. Pueden influir muchos factores. Sin lugar a dudas. Todo influye, todo lo que sea negativo. Pero no me cabe la menor duda de que se han hecho mal las cosas, porque si no los resultados no hubieran sido esos. ¿Responsabilidades? Indudablemente, todos podemos tener parte de responsabilidad en una situación de descalabro como la que ha habido. Pero la responsabilidad máxima la tiene quien la tiene. Eso es así. Es igual que si usted es el máximo director de una empresa, y su cuenta de resultados no funciona. Pues usted no ha hecho las cosas como las tenía que hacer. Indudablemente, tendrá culpa todo el equipo entero, pero la responsabilidad es suya porque no ha conseguido los resultados que usted tiene que conseguir. Influyen muchos factores. Pero los ciudadanos nos han dicho claramente, estáis haciendo las cosas no mal, sino muy mal.
—¿Cree que el resultado hubiera sido otro si hubiera sido usted el candidato?
—No lo sé realmente. Hablar de hipótesis de lo que hubiera ocurrido o qué se podría haber hecho a toro pasado es muy fácil. Yo sí tenía la sensación en el mes de octubre de que, presentándome a unas elecciones, no voy a decir que no hubiera perdido algún concejal... Estoy hablando del mes de octubre, no de ahora, porque en política un mes para otro es mucho tiempo, y las cosas son muy cambiantes. Pero en el mes de octubre yo tenía la sensación personal de que, ante lo que me contaba la gente y los colectivos, hubiéramos seguido gobernando. A partir de ahí han ocurrido también cosas que han influido negativamente a la hora de votar a favor del PSOE. Pero hablando del mes de octubre, si yo hubiera tenido la sensación de que las elecciones se podían perder, yo claramente habría dicho no continúo. Porque creo que también ese es un ejercicio de generosidad y de responsabilidad.
—La victoria del PP ha sido clara y apabullante, ¿cómo ve el proyecto de José Ignacio Landaluce como alcalde?
—Yo no me podía imaginar que el PP iba a sacar los datos que ha sacado. Que iba a sacar 22.000 votos, que son el 100% más de lo que sacó en las últimas elecciones. Sacó 10.000 en el año 1997, y ahora 22.0000. 12.000 votos más son muchos votos. Y, además, con algo curioso, que es que ha habido más participación, creo que siete puntos más que las anteriores. Eso es significativo, porque cuando los ciudadanos quieren un cambio y no les gusta lo que hay, influye en el tema de la participación. El ciudadano, cuando ve que las cosas están normal, no le preocupa tanto ir a votar. Esa es mi opinión. Ha habido un incremento de siete puntos, que es un porcentaje de miles de personas más votando. Y, además, con menos partidos que cuando yo me presenté, que había doce o trece partidos. Yo creo que pocas ciudades había con tantos grupos políticos o colectivos, en algunos casos, que se presentaban a las elecciones. Hasta el propio Manuel Chaves, entonces presidente de la Junta de Andalucía, me lo comentaba. Pero, sí, yo creo que el PP, ni él mismo se lo cree. Nosotros hemos ayudado, sin lugar a dudas, a que saque tantos votos. Esto es como los penaltis. No los para el portero, los falla el que lo tira. Eso es así de claro. Pero yo creo que ahora, por el bien de la ciudad, lo que hay que hacer es apoyar al alcalde que esté gobernando. Igual que, en un momento determinado, hay que decirle las cosas que haga mal. Yo, por el bien de la ciudad, quiero que lo haga bien, porque lo contrario será retroceder en Algeciras. Yo espero y confío que funcione. La verdad es que lo tiene todo, con una mayoría amplia para poder gobernar sin problemas. Y espero que haga las cosas bien por el beneficio de la ciudad y la comarca.
—El programa del PP se centra en el cambio de gestión, en la austeridad, y con esa facilidad de Gobierno de la que usted habla...
—Sí, pero yo quiero hechos, no palabras. El tiempo da y quita razones. Ahora, entiendo que lo comente, porque es una realidad y es obvio, porque hay que reducir el gasto. Hay un Plan de Saneamiento que hay que llevar de forma muy estricta, pero el tiempo tiene que decir si es cierto lo que se habla de austeridad y gasto. Lo cierto es que los ayuntamientos, todos, tienen una asignatura muy difícil de aprobar, que es la parte económica, y muy difícil de poder desarrollar. Y a mí eso me tiene preocupado, porque los ingresos que tiene el municipio son los que tiene, y tiene que procurar administrar lo mejor posible para que los servicios prioritarios no falten y los temas sociales tampoco.