Varios contenedores se llenaron con los recursos didácticos que tras la inundación quedaron inservibles: ordenadores, libros, cuadernillos, estanterías, sillas, folios, exámenes, programaciones, todo lo que sabemos que hay en los centros educativos y que se usa para la enseñanza.
Seis meses después tras incontables comunicaciones por escrito, por teléfono, por internet con la Administración y con los responsables municipales, las cosas siguen igual. Todos los representantes han prometido, pero ninguno ha cumplido. Así, los arreglos que se han llevado a cabo han corrido a cargo de la dotación económica específica del Instituto: el arreglo de puertas, cancelas, mesas, sillas, ordenadores, pintura y reposición de materiales varios.
Así las cosas los 660 alumnos repartidos en 23 unidades comenzarán mañana las clases con la mayor normalidad posible, gracias al esfuerzo y dedicación de los 50 profesores que forman la plantilla, los cuales podrán todo su empeño en que todo funcione tal y como hicieron los últimos meses de final del curso pasado.
Desde CSIF, pedimos a las administraciones responsables que compensen a este centro educativo para salir de la situación en la que se encuentra a la mayor brevedad posible.