En base a los datos, uno de cada cinco desempleados en el Campo de Gibraltar es un ex obrero de la construcción. Por localidades, las más castigadas por el desempleo en la construcción han sido Castellar, Jimena y San Roque, todas ellas con un aumento superior al 10% en el último año.
Especialmente sangrante ha sido el caso de Castellar, donde de las 56 personas que había en el paro a finales de febrero de 2011, se ha pasado a las 81 actuales, lo que supone un incremento del 44%, muy por encima de todos los demás.
A continuación se encuentra Jimena, que de las 325 personas desempleadas de 2011 ha pasado a tener, en febrero de 2012, 372 desempleados, es decir, se ha experimentado un nuevo incremento, en este caso del 14,46%.
San Roque es el primero de los municipios con más de 10.000 habitantes en lo que a número de desempleados en la construcción se refiere dentro del Campo de Gibraltar. De hecho, ha sido el que un mayor aumento ha sufrido en números absolutos, sumando cien nuevos parados en el sector hasta situarse en los 1.051, con un aumento del 10,5% con respecto a febrero de 2011.
Incremento general
Otros municipios, como Algeciras, La Línea o Los Barrios, han visto incrementar sus cifras en menor medida, si bien tampoco se han salvado de la quema, confirmando que ni un sólo municipio de la comarca se ha librado del aumento del paro en la construcción.
Así, en Algeciras se pasó de los 2.895 parados de la construcción registrados a finales de febrero de 2011 a los 2.974 de febrero de este año, lo que supone un aumento del 2,72%.
En La Línea, por otra parte, el aumento ha sido de 86 parados, hasta llegar a los 2.340, con un incremento, pues, del 3,81%. Los Barrios suma 24 nuevos desempleados en la construcción, lo que lleva la cifra oficial a las 659 personas, con un aumento del 3,77%.
Por último, Tarifa vio incrementadas sus cifras de paro en la construcción desde las 392 personas de febrero de 2011 a las 423 de febrero de 2012, lo que supone un incremento del 7,90% entre ambos registros.
Reconducidos
La crisis en el sector de la construcción y la proliferación de parados de larga duración entre los ex empleados de este tejido productivo han dado lugar a que los trabajadores hayan decidido orientar su formación y sus perspectivas laborales hacia otros sectores.
Según indicó el delegado la Federación de Construcción y Madera (Fecoma) de CCOO, Luis Cañete, ha sido la industria la principal receptora de estos profesionales, especialmente la del sector del metal, y en departamentos como soldadura, caldereros, etc.
También han cobrado mucho interés las energías renovables, sectores de futuro con inversiones privadas y subvenciones procedentes, en algunos casos de la Unión Europea. Pero su actual capacidad para generar empleo se ha mostrado, por ahora, insuficiente para absorber la ingente cantidad de desempleados de la construcción.
Esta derivación de trabajadores a otros sectores se dio anteriormente en el sentido inverso. Cañete recordaba que la construcción absorbía a”mucha gente del campo y de la mar”, al tiempo que incorporaba laboralmente a una porción importante de la población inmigrante.
Tanto en el caso de este sindicalista como en el del delegado de MCA-UGT, Juan José Villalba, consideran que la reforma laboral no servirá para paliar la situación: “Ese incremento del 6% es algo que nosotros manteníamos desde hace tiempo. la reforma anterior tampoco valía y se ha demostrado con los índices de desempleo”, afirmó.
Para Villalba, la distribución del aumento del desempleo por localidades indica “la realidad de la comarca” en el sentido de que hay unos municipios que dependen más de la construcción que otros. “En Jimena, gran parte de los trabajadores viven del sector de la construcción”, apuntó.
Cañete agregó que “durante años se ha construido aquí más que en Francia o Inglaterra” pero que “eso no se va a volver a dar” y aboga por reconvertir ese sector productivo.
La desesperación se ha apoderado en los últimos años de miles de familias en el Campo de Gibraltar que cuentan ya, únicamente, con una ayuda de 420 euros para sobrevivir todos los meses. Este drama está afectando con fuerza al sector de la construcción, en el que hay muchos parados de larga duración.
Es el caso, por ejemplo, de David Tirado, un joven de La Piñera de 36 años, casado y padre de una niña de cinco años, que asevera permanecer en situación de desempleo desde hace ya tres años y medio.
Durante casi diez años, encadenó trabajos de peón obra en al menos cuatro empresas, casi todas del Campo de Gibraltar, a los que en los últimos años ha añadido experiencia como vigilante de obras y de aparcamientos.
Además, se ha hecho con la tarjeta profesional de la construcción, y en su currículum declara tener total disponibilidad geográfica, horaria y funcional. Tirado se lamenta de haber encadenado en estos años multitud de acciones formativas que, hasta ahora, sólo le han llevado a “estar terminando un curso de seis meses” y estar “a punto de renovar la ayuda” para poder pagar, al menos, los 200 euros de préstamo hipotecario. Por suerte, la cuantía no era muy alta, lo que le permite conservar su casa. Su mujer tampoco trabaja y tienen una niña de cinco años.
Cuenta con cursos de conductor de carretillas elevadoras, de prevención en construcción y de prevención de riesgos laborales, todos los requisitos, en definitiva, exigidos para tener trabajo en su sector, pero no encuentra nada.
Embargado
Por otra parte, Hassan Boulsane, residente en San Roque, lleva algo más de dos años en paro. Estuvo seis años consecutivos encadenando trabajos en la construcción e incluso, durante los dos últimos, participó en las obras del área de El Fresno, en Los Barrios. Desde entonces, lo único que ha escuchado de los empresarios es el ya manido “ya te llamaremos”.
El caso de Boulsane es especialmente crítico dado que está pendiente de ejecución una orden de embargo sobre su vivienda por una serie de deudas, y sólo cuenta en la ciudad con un hermano que vive solo y no puede acoger a toda su familia (mujer y dos hijos de tres y nueve años).
Como en el caso de Tirado, ha dedicado los últimos años a formarse, y tiene cursos de carretillero, maquinista, y uno de extracciones, que concluyó precisamente el viernes. “Si sale cualquier tipo de trabajo lo cojo”, afirmó tajantemente.
Rehabilitación de viviendas
El delegado de MCA-UGT en el Campo de Gibraltar Juan José Villalba resaltó que desde la federación que representa han propuesto iniciativas para fomentar el mercado de la construcción y permitir a algunos de estos parados de larga duración que prolongan día a día su agonía en las colas del desempleo.
Entre estas medidas planteadas se encuentra la de la rehabilitación de viviendas antiguas, un mercado que siempre estará en funcionamiento ya que buena parte de las viviendas en que residen los españoles están por encima de los 30 años de antigüedad.
Existen mecanismos públicos para subvencionar en parte estas rehabilitaciones puntuales sujetas a requisitos específicos.
Para el sindicalista, “estamos viviendo momentos difíciles” y el sector de la construcción “ no va a ser nunca más lo que ha sido”. Para Villalba, el número de viviendas “tiene que seguir creciendo” pero se hará “otro tipo de demanda”. Ante lo caro que resulta meterse en viviendas de nueva construcción, la rehabilitación de viviendas se muestra como una alternativa palpable, para este representante sindical.
Otra de las vías de los ex empleados de la construcción para conseguir trabajo han sido los cursos.. Tanto UGT como Comisiones Obreras han puesto a disposición de los afectados iniciativas gratuitas o bien han facilitado medios para que las empresas que imparten los mismos realicen descuentos.
Entre estos cursos para obtener especializaciones se encuentran los de albañilería, escayolistas, encofradores, herramientas de mano o movimiento de tierras.
Abusos empresariales
Los sindicatos han puesto de manifiesto que, con motivo de la crisis, algunos empresarios están aprovechándose de la situación para ahorrarse acciones formativas. En el caso de UGT, denunciaron que para las contrataciones exigen a los trabajadores cursos de electricidad, prevención de riesgos, etc, que los teóricamente podrían impartir ellas mismas, pero obligan a los trabajadores a tirar de sus propios recursos para poder llegar a ellos. Asimismo, señalaron que para algunos profesionales, el regreso al mundo laboral está limitado por no disponer de la tarjeta profesional de la construcción, para la que es necesario contar con determinados requisitos formativos.
En otro orden de cosas, Luis Cañete, de CCOO, señaló que, durante la aplicación del polémico Plan E, en muchos casos las obras se realizaron “sin control”, había “unas lagunas tremendas” y que “cualquier empresario se colaba’”. Llegó incluso a afirmar que algunas empresas contrataban a gente de la zona y, posteriormente, los despedían para meter a los suyos. Asimismo, consideraba un fracaso el Plan Memta, que sólo sirvió como parche durante tres meses para algo que, además, “no estaba relacionado con su oficio”.
