El copago entra en vigor entre el caos y la desinformación

Publicado: 01/07/2012
Los farmacéuticos temen que algunos mayores opten por dejar sus tratamientos por no pagar las aportaciones exigidas
Los jerezanos que acudan este domingo a las farmacias de guardia  tendrán que echarle más paciencia de la cuenta, al igual que los farmacéuticos que les atiendan detrás del mostrador. El copago sanitario entra este domingo en acción y con él se prevén que también lleguen las colas, el desconcierto, el colapso de los sistemas informáticos y la confusión propia de poner en marcha en tan poco tiempo una medida de estas dimensiones.


El colectivo más afectado y que con mayor inquietud va a soportar la nueva “faena” del Gobierno de Mariano Rajoy para ahorrar 7.000 millones de euros en la Seguridad Social es el de los pensionistas, para los que, exceptuando que tengan pensiones no contributivas, los medicamentos dejarán de ser gratis por primera vez. A partir de ahora, tendrán que pagar una parte de los fármacos con unos topes mensuales de 8, 18 y 60 euros mensuales que se han fijado por este orden en función de si la renta es inferior a 18.000 euros, igual o superior a 18.000 euros e inferior a 100.000  o igual o superior a 100.000.


Teniendo en cuenta que la media de gasto al mes de los jubilados en medicamentos puede estar en 70 euros, sin contar aquellos que tengan un tratamiento específico, lo que puede aumentar el gasto hasta en 700 euros al mes, es normal que muchos de ellos se lleven las manos a la cabeza y estén inquietos por lo que va a pasar ahora. Un malestar que los farmacéuticos ven lógico, teniendo en cuenta las circunstancias personales de muchos de ellos. “Lo que más me preocupa es que muchos ancianos van a dejar de tomarse la medicación por no pagar la aportación. Son ocho euros, pero si ya no llegan a final de mes porque tienen en casa a su hijo parado y a su nieto peor lo van a tener ahora”, señala Abel Alfaro, de la Farmacia La Granja.


Y es que no hay que perder de vista que este extremo puede ser tentativo para aquellos que sigan un tratamiento para el colesterol o la tensión y que no ven imprescindible seguir tomando los medicamentos, obviando que dejar de tomar una pastilla cuyos efectos no son perceptibles al instante les pueda acarrear un grave problema cardiovascular. Tampoco ayuda demasiado la falta de información. “Hay ancianos con pensión no contributiva que se piensan que también tienen que pagar, y seguro que muchos se enterarán sobre la marcha”, añade el licenciado. En las propias farmacias no ha sido hasta estos últimos días cuando han recibido  instrucciones para aplicar los distintos tramos y acaban de superar una semana de verdaderos dolores de cabeza para instalar el nuevo sistema informático.


Aunque sabrán lo que tiene que aportar el usuario a partir de códigos que irán en la parte superior derecha de la receta, (del 001 al 006), las primeras semanas lo harán a través de la tarjeta sanitaria o el DNI, a partir de los cuales un programa calculará el porcentaje a pagar.  No obstante, la mayoría de los farmacéuticos tiene asumido que ni hoy domingo, ni sobre todo este lunes será una jornada fácil, así como que el sistema informático acabará colapsándose.
Pero como en todo, los hay previsores, y el trasiego que los días previos al copago han registrado las farmacias han superado todas las expectativas. Como explica este farmacéutico, mientras que lo habitual es que en su farmacia en una mañana se lleven aproximadamente unas 100 recetas, estos días y especialmente ayer sábado y el viernes han llegado a entrar hasta 400, lo que ha disparado la facturación de unos establecimientos para los que no corren tiempos fáciles, con una notable bajada en las ventas que cifra en torno a un 20%.


En lo que respecta al resto de contribuyentes, los niveles de aportación se regirán a partir de la renta, por lo que si es inferior a los 18.000 euros al año pagarán lo mismo que hasta ahora, el 40%, si es igual o superior a 18.000 euros e inferior a 100.000 aportarán el 50% del precio, mientras que si es igual o superior a 100.000 euros aportarán el 60%. Además de los pensionistas con pensión no contributivas, están exentos de aportar los parados de larga duración sin subsidio, los que sufran síndrome tóxico o discapacitados, las personas que perciben rentas de integración social o los tratamientos derivados de accidentes de trabajo y enfermedad profesional.

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