Despedir a 260 trabajadores ha supuesto para el Ayuntamiento un coste de 5,3 millones de euros, que es la cantidad que se reparten los afectados en concepto de indemnizaciones. Sin embargo, esta cifra va a ser amortizada en poco más de seis meses, toda vez que el Consistorio dejará de pagar alrededor de 840.000 euros, incluyendo salarios sociales y retenciones a cuenta del IRPF.
Según la documentación a la que ha podido acceder este medio, el salario líquido de los trabajadores despedidos se elevaba a 7,7 millones de euros, una cantidad a la que deben sumarse los costes que normalmente asume el empresario, que en este caso rondarían los 2,5 millones.
La Administración local ha eliminado de su nómina a 28 trabajadores que percibían anualmente más de 40.000 euros. En siete casos, el salario de estos empleados excedía de los 50.000 euros. Incluso, cuatro nóminas sobrepasaban los 60.000 euros netos anuales.
Son, en todo caso, situaciones excepcionales. La mayoría de los trabajadores incluidos en el ERE tenía salarios comprendidos entre los 20.000 y los 30.000 euros anuales, en concreto el 61 por ciento del total del afectados. En el tramo comprendido entre los 20.000 y los 25.000 euros anuales se encontraban hasta 81 de los 260 despedidos, el 31,15 por ciento del total; mientras que en el segmento que va de los 25.001 a los 30.000 euros se encuadraban otros 79 trabajadores, el 30,38 por ciento.
A continuación se encuentran otros 49 empleados (18,84 por ciento) que percibían anualmente entre 30.001 y 35.000 euros; así como 19 (7,30 por ciento) que cobraban entre 35.001 y 40.000 euros.
De la relación final de despedidos se desprende que sólo cuatro trabajadores percibían anualmente menos de 20.000 euros (10.260, 13.640, 16.200 y 17.038). Por tanto, el porcentaje de mileuristas despedidos no alcanza siquiera el 2 por ciento.
reparto de las indemnizaciones
Las indemnizaciones están en función del salario y la antigüedad de cada trabajador. Una cuarta parte del total de los despedidos tiene derecho a percibir entre 10.001 y 15.000 euros. A continuación se sitúan los grupos de despedidos que ingresarán entre 15.001 y 25.000 euros. Un total de 46 afectados por el ERE (17,69 por ciento) percibirán entre 20.001 y 25.000 euros; mientras que la cifra de empleados que ingresará entre 15.001 y 20.000 euros es de 44 (16,92 por ciento).
Hasta 43 trabajadores van a cobrar más de 30.001 euros de indemnización, dándose siete casos en los que se excede de los 45.000 euros. La indemnización más alta, de 76.409 euros, se corresponde también con el salario anual más elevado de los afectados por el despido colectivo.
rescisiones controvertidas
Un primer análisis de las indemnizaciones que se abonan a los trabajadores de mayor edad podría llevar a la conclusión de que el Consistorio podría ahorrarse ese dinero esperando a que los afectados se jubilaran de manera natural.
Sin embargo, basta con cotejar las cantidades que se ofrecen como indemnización con los salarios anuales que venían percibiendo estos empleados para llegar a la conclusión de que el Ayuntamiento ahorra dinero a pesar de abonar cantidades que en ocasiones pueden resultar bastante elevadas.
Así, y por citar un ejemplo, se puede hacer referencia al caso de un trabajador con 62 años de edad que percibe anualmente 41.317 euros, idéntica cantidad a la que va a cobrar en concepto de indemnización. En caso de que no hubiera sido incluido en el ERE, el Consistorio tendría que abonarle 123.951 euros en sus tres últimos años de vida laboral, 82.634 euros por encima del coste de su despido.
Algo parecido ocurre en los demás casos de trabajadores que superan los 59 años. De hecho, fueron excluidos del ERE aquellos en los que se observó que el coste del despido no iba a ser amortizado.
¿quién contrató a quién?
Una de las cuestiones que ha generado más controversia en estas semanas es la simpatía política de los trabajadores despedidos. Teniendo en cuenta que Pedro Pacheco ejerció como alcalde durante 24 años, es lógico pensar que la mayor parte de los despedidos fuera contratado bajo sus sucesivos mandatos.
De los 260 despedidos, 181 empezaron a trabajar siendo alcalde Pedro Pacheco, el 70,70 por ciento del total. Pilar Sánchez ostentó el bastón de mando de la ciudad durante seis años y medio, el periodo comprendido entre enero de 2005 y junio de 2011. En esos años se sumaron a la plantilla municipal 49 de los ahora despedidos, el 19,14 por ciento del total. Por último, María José García-Pelayo ocupó la Alcaldía entre junio de 2003 y enero de 2005. Ahora abandonan la nómina del Ayuntamiento 26 personas que se incorporaron a la misma en ese periodo de tiempo, el 10,15 por ciento de los 260 despedidos.
Si se hiciera un reparto equitativo entre el periodo de tiempo gobernado y el número de despedidos, a Pacheco le correspondería asumir la extinción de los contratos del 75 por ciento de la plantilla; a Pilar Sánchez el 20,31 por ciento; y a María José García-Pelayo el 4,68 por ciento.
Los trabajadores afectados por el ERE empezaron a recibir las cartas de despido el pasado jueves, acompañadas de los talones para cobrar las correspondientes indemnizaciones. Este próximo miércoles finaliza oficialmente su relación laboral con el Ayuntamiento. La batalla, en todo caso, se traslada a los juzgados.
Hermanos a la hora de entrar..., pero también a la de salir
El proceso de contrataciones en el Ayuntamiento nunca ha destacado por su nivel de transparencia. Con todo, algunos casos son realmente insólitos. El 2 de mayo de 2007, con Pilar Sánchez como alcaldesa en solitario -Pedro Pacheco había sido cesado un par de meses atrás- pasaron a integrarse en la plantilla municipal dos hermanos, un hecho que difícilmente tenga parangón en la historia de la Administración local. La contratación de ambos se realizó apenas unos días antes de que arrancara la campaña electoral que otorgó al PSOE la mayoría absoluta. Los hermanos han sido ahora incluidos en el ERE municipal, de modo que se dará la paradoja de que abandonarán juntos el puesto de trabajo al que accedieron, también, el mismo día. Los periodos electorales han sido siempre pródigos en contrataciones, así como las dos semanas en las que el Gobierno saliente ejerce en funciones. Por citar sólo un ejemplo, el 10 de junio de 2003 -horas antes de que Pacheco cerrara el pacto con el PP- el Consistorio procedió a la contratación de a un trabajador ahora incluido en el ERE, lo que evidencia que la maquinaria política no descansa nunca.
