Ha pasado un mes desde su elección como secretaria general, ¿cómo ha sido pasar de la teoría a la práctica?
—Asumir las funciones tiene un peso que hasta ahora yo no había asumido nunca. La verdad es que este mes ha sido de trabajo intenso, sobre todo de organización interna de la propia ejecutiva, pero en el fondo tampoco es un trabajo muy diferente al de nuestra propia labor política, ya que consiste en estar con los ciudadanos y plantearnos cómo debemos caminar. He notado el cambio de la responsabilidad, pero en el trabajo de calle tampoco se ha notado tanto.
—Porque lo de ser renovadores ¿es una mera etiqueta, es romper con el pasado, a qué espíritu responde?
—-Lo que tenemos claro es que es una ejecutiva conformada y que trabaja de la mano y dentro del proyecto que representan en el federal Pérez Rubalcaba, en el regional Pepe Griñán y en el provincial, Irene García. Por lo demás, es verdad que se nos suele etiquetar, pero lo que teníamos claro era que queríamos formar una ejecutiva que trabaje con autonomía, centrada en Jerez, aunque encaminada en el proyecto global que representa el PSOE hoy por hoy. Nuestro objetivo no es otro que el de volver a ser el instrumento necesario para la transformación de lo que vivimos ahora, que es un país que se ha visto defraudado y engañado por el PP. En este sentido, todo pasa por volver a recuperar la confianza de los ciudadanos y que nos vean como una alternativa real al PP.
—Hasta pocos días antes del congreso local no se decidió que usted sería la candidata y hasta última hora no se configuró cuál sería su ejecutiva ¿Fue inevitable aquella sensación de improvisación o lo que eran inevitables eran los condicionantes de la situación?
—Hay que diferenciar una cosa. Las candidaturas se presentan oficialmente en la mesa de la asamblea. Todo lo anterior son anuncios. Es un proceso y un debate interno. Probablemente, como mediáticamente llamamos la atención, a lo mejor los tiempos parecen ajustados, pero todo entraba dentro de la normalidad.
—Pero ¿no afectó esa circunstancia a que la ejecutiva propuesta fuese diferente a la que tenía en mente?
—La verdad es que estoy muy satisfecha, ya que conseguimos presentar una ejecutiva que incluye a personas con perfiles de distintos ámbitos, cada persona que está al frente de cada secretaría son profesionales y conocedores del ámbito del que se han responsabilizado, se combina experiencia y juventud, gente con muchas ganas de trabajar, y la ilusión con que empezamos es vital, porque el reto es muy importante, los tiempos son difíciles y eso requiere mucha ilusión, ganas de trabajar, además en un momento en el que los partidos políticos vivimos una situación muy difícil por la desafección que hay por parte de la ciudadanía. Hay que demostrar que la política es una herramienta válida y que el PSOE es una herramienta válida para mejorar la situación.
—A Rubalcaba le ha durado ocho meses la estabilidad, a Irene García tres, ¿usted está haciendo ya las cuentas o cree que la agrupación local ha salido reforzada tras el congreso local?
—Yo creo que, primero, eso de que dure la estabilidad o no, depende del momento en el que una situación trasciende fuera. Todos los partidos tienen sus historias internas, cuando trascienden parece que hay grades crisis. Ninguna organización tiene una vida idílica, siempre hay momentos de debate, discusión, confrontación, y esto hay que tomarlo con normalidad. El problema es que cuando trasciende se le da una importancia que no debe tener, porque son asuntos internos en la vida habitual de un partido, sin más repercusión más allá de lo orgánico de ese mismo partido. Yo estoy segura de que esta ejecutiva, como lo único que tiene es ganas de trabajar y de solucionar problemas, tendrá las incidencias de la vida interna de cualquier otro partido, como cualquier sindicato, cualquier empresa o cualquier familia. A nivel de Jerez lo que nos preocupa a toda la ejecutiva en este momento es la gravedad de lo que está pasando, que es extrema. Nunca la ciudad ha vivido una situación como la de ahora, nunca había tenido preocupaciones por cuestiones básicas, las clases medias están viendo peligrar lo básico, los que han vivido situaciones difíciles ahora están desesperados, y el momento es tan difícil que el PSOE tiene que dejar de mirarse a sí mismo y mirar hacia fuera, y que buscar alternativas y soluciones, ser útil.
—¿Está resuelta la cuestión del tutelaje del partido con respecto a la dirección provincial, que es algo que ha demandado incluso la militancia en la última asamblea local?
—La relación ahora mismo con Irene García y la ejecutiva provincial es muy buena. Lo que tampoco debemos olvidar es que formamos parte de un proyecto global y tenemos que seguir unas líneas, pero obviamente hay una serie de realidades propias que son las que tenemos que atender. Ahora mismo, sí es verdad, lo que hay es muy buena sintonía con todas las direcciones del partido. Eso facilita mucho las cosas, pero sobre todo hay que tener en cuenta un aspecto fundamental: Jerez es ahora mismo prioritario para el PSOE a todos los niveles. Desde la ejecutiva federal y la regional se mira mucho hacia Jerez. Es una ciudad muy importante, la quinta de Andalucía, y preocupa porque su situación es mala, y porque todos podemos comprobar que se está convirtiendo en el laboratorio de ideas del PP. Todo invento que haga el PP en Madrid se aplica en Jerez, y eso ha hecho que el PSOE preste atención especial a cuanto está ocurriendo aquí, porque tenemos la necesidad de afianzarnos y de hacer ver que lo que hace aquí el PP no es lo que necesita la ciudad, porque lejos de solucionar los problemas los está agrandando y perpetuando y cronificando. Lo importante es que la ciudadanía se dé cuenta de que el PP está haciendo todo lo contrario a lo que prometió y que hay alternativas a esa forma de gobernar. El determinismo que nos vende el PP a la hora de aplicar sus medidas y de hacer ver que esto debe hacerse así porque no hay otra forma mejor, no es real, y el PSOE lo tiene que demostrar allá donde esté, como oposición y como gobierno.
—El debate ahora mismo, lo dicen todos, pasa por recuperar la calle, ¿en qué medida pretende ponerlo en práctica en Jerez?
—Está claro que cualquier partido que pierde unas elecciones sale tocado y afectado por cierto descrédito. La ciudadanía te lanza un mensaje directo: no nos ha gustado tu proyecto y buscamos alternativa en otro partido. Una vez que hemos pasado a la oposición no puede decirse que hayamos estados parados, ni despreocupados, pero es verdad que hemos dado un tiempo prudencial hasta comprobar cómo era la gestión que iba a desarrollar el PP, que se ha demostrado como el gran fraude, ya que prometió solucionarlo todo y está evidenciando cuáles son los mecanismos de la derecha, que pasan por los recortes, por la insolidaridad, por mirar hacia otro lado cuando los problemas te acucian y muestran soluciones que incrementan esos problemas y traen más sufrimiento para la ciudadanía. Pero el trabajo no es solo el que hacemos de cara a los plenos, sino que también estamos en ese trabajo de calle importante, ya que una vez que se inicia un nuevo proyecto y que hablamos de recuperar la ciudadanía, lo que también pretendemos es que se den cuenta de que estamos en una nueva etapa, con nuevas líneas de trabajo, también con nuevas caras que debemos dar a conocer, para que la gente vea que nos preocupamos por la ciudadanía y que de verdad estamos planteando alternativas desde ya.
—La labor de oposición del grupo municipal ha sido muy criticada por sus propios compañeros, ¿cómo lo ve usted desde dentro?
—Todo es mejorable, y eso es indiscutible. No vamos a decir que nuestra gestión sea perfecta y toda propuesta que se nos traslade para hacer mejor el trabajo la vamos a tener en cuenta, pero el grupo municipal está actuando de manera responsable, está en todos los temas, está haciendo oposición no basada en la descalificación, en el insulto o la provocación, que es como nos responde siempre el PP a nosotros. Actuamos como creemos que se debe actuar: ante propuestas del PP, alternativas del PSOE, ante un plan de ajuste insolidario, alternativas socialistas, ante un ERE injusto, alternativas socialistas. Estamos presentando alternativas, no presentar un no por el no. Es verdad que fuera de la descalificación y la provocación, que es lo que no quiere la ciudadanía, ver a partidos que se pierden más en el debate del insulto y la descalificación y se olvidan del fondo de la cuestión. Y el PP está jugando mucho a eso, a crear cortinas de humo para desviar el debate y que se hable del tú hiciste o dejaste de hacer para provocar respuestas de defensa de manera que el asunto verdaderamente importante queda en un segundo plano.
—¿No se consideran entonces ustedes unos “pijos”, como les definieron en el último pleno?
—No quería sacar esa cuestión a colación, pero aprovecho que lo recuerda, porque precisamente todo procede del debate sobre una decisión que adopta el PP andaluz, que decide abandonar la FAMP porque no acepta que los resultados electorales de Andalucía hace que tengamos mayor número de alcaldes y de representatividad en las instituciones. Ellos, en vez de salir a defender su postura, con argumentos objetivos y lógicos, se limitan a llamarnos pijos, que si hemos vivido de tal o cual manera… Cuando un partido acude a la descalificación y trata con tanto desprecio a los demás, se cae en una peligrosa manera de entender la política, pobre, perjudicial y que no conduce a nada. Si el PP evade el debate real creando una confrontación de insultos entre políticos y generar ese circo, no nos va a encontrar.
—Se ha hablado de las salidas del grupo municipal de Pilar Sánchez y Francisco Lebrero, ¿sigue entrando en los planes?
—Soy responsable, como secretaria general, de marcar las políticas, de marcar el camino, pero el grupo municipal es autónomo, y por lo tanto no puedo influir personalmente en sus integrantespersonal, sin olvidar que también estamos obligados a marcar unos tiempos y que estamos hablando de decisiones personales.
—Sobre la elección de candidato o candidata a las próximas municipales, ¿usted pretende zanjar esa cuestión más pronto que tarde o no se ha puesto aún límites?
—La elección de la candidatura no depende solo de la asamblea local, sino que hay un orden jerárquico que hay que respetar. Los tiempos vendrán marcados por el partido desde instancias superiores y es un debate que hoy por hoy no nos preocupa tanto. No creo que sea un debate que haya que abrir con tanta antelación. No es que quiera evadir la pregunta, sino que ahora mismo solo estamos centrados en las consecuencias de la situación económica por la que atraviesa Jerez.
—Si le insisto es por la peculiaridad de la situación del PSOE en Jerez y porque si se apuesta por alguien joven habrán previsto iniciar su promoción con suficiente antelación y no sé si eso modifica esos tiempos...
—Sin entrar en quien pueda ser o no, cuando hablamos de renovación, se está produciendo de verdad, con nuevas formas de ver y entender la política. Es cierto que se le está dando paso a esa nueva generación, pero eso tampoco quiere decir que no se cuente con aquellos militantes que tienen una larga trayectoria en el partido.
—Independientemente de las cuestiones internas, el gran tema es Jerez. En su opinión, ¿cómo tiene arreglo esto?
—En primer lugar debe producirse un cambio radical de actitud por parte del Gobierno. No se puede trabajar con un gobierno que no enseña los papeles, que no cuenta con la oposición, que cuando hay una reunión se limita a venderlas muy bien y hablar de mano tendida, cuando eso no es real. El PP no acepta las alternativas, las propuestas, no nos cuenta los planes con la antelación suficiente para que la oposición, los sindicatos o los agentes sociales puedan aportar. Si el PP ha vendido el ERE como la gran solución yo quiero ver dónde está, porque lo que ha conseguido es que en Jerez haya más parados y más familias destrozadas, ni siquiera se han apreciado otro tipo de mejoras en la ciudad. No se han pagado los primeros plazos del ICO, las concesionarias siguen igual… Los grupos municipales tenemos información nula de los temas principales. Solo accedemos a los expedientes que tienen mínima relevancia, pero aquellos que sí la tienen todavía los estamos esperando. Una alcaldesa no puede destrozar la imagen de esta ciudad yéndose a Intereconomía a reírse de la ciudad, de sus problemas, de los empleados públicos, dando una versión de república bananera de Jerez.
—¿Podría ser más explícita cuando se refiere a los problemas de los grupos para desarrollar su labor?
—El pleno de la pasada semana fue un ejemplo muy claro. Vemos cómo en junta de portavoces no aceptan propuestas del PSOE que tenemos que cambiar para que las incluyan en el orden del día, y cuando llega el pleno, a través de las enmiendas, realizan propuestas muy similares a las que nos dijeron en junta de portavoces que no nos aceptaban. Por eso temas como el de Urbaser o el plan concertado de la Junta, se debatieron no desde el punto de vista de la oposición sino del que plantea el Gobierno.
—¿Ve posible llegar a acuerdos con el Gobierno, como le reclama Rubalcaba a Rajoy, o los temas están ya demasiado viciados y demasiado politizados?
—El problema es que en esa relación el PSOE está siendo vilipendiado en todo momento desde el PP. Nuestra gestión fue la que fue y los ciudadanos nos juzgaron. Pero el PP quiere ir más allá y tirarnos por los suelos, cuando no debe olvidar que en nuestra herencia también está la Ciudad de los Niños, los barrios arreglados, los aparcamientos, el asilo San José, pero ellos llegan a exagerar a límites inaguantables. Hablan de la deuda y cada vez que la citan la hacen más grande, si hablan de la gestión socialista solo es para tirarla por el suelo, son incapaces de reconocer algo positivo del contrario, como nos llaman. Yo creo que el camino puede pasar por la puesta en funcionamiento de un Consejo Económico Social, que tratamos de iniciar pero que con la llegada de las municipales se quedó en proyecto, porque es un órgano necesario, con representación de agentes sociales, sindicatos, empresarios, asociaciones, comerciantes, autónomos… Llevamos año y pico y seguimos esperando que se ponga en marcha un órgano de esas características en el que todos podamos mirarnos a las caras, debatir y proponer soluciones reales. Pero la realidad es que el PP se está limitando a entorpecer o boicotear cualquier intento de diálogo que planteamos. Nosotros vamos donde nos llaman y reclamamos espacios de debate y diálogo, pero terminamos siempre con la misma frustración, porque no sirve para nada, nos dan los temas cerrados, nos dicen que esto es así porque sí y con suerte te dan una mínima explicación, pero nunca esas mesas sirven de verdad para oír algo. Yo entiendo que el Gobierno quiera defender su postura en un determinado tema, pero cuando hay ganas de dialogar y debatir es necesario un mínimo de apertura y no que se cierren en bloque. El PP nunca da la opción de dar propuestas para mejorar su idea inicial. Lejos de ser mesas de debate son mesas informativas en las que te vuelven a contar lo que ya han hecho en rueda de prensa. Esa actitud nos lleva a un punto difícil, porque encima nos encontramos con que la ciudadanía piensa que la política no es la herramienta para cambiar las cosas, ya que acaba con la sensación de que solo sirve para la descalificación y para buscar titulares, cuando el titular final para quien debe ser bueno es para la ciudad y para los ciudadanos, y si sale del debate y del acuerdo, mejor, y si la propuesta que lleva el Gobierno acaba con unanimidad en el pleno, mejor, pero parece que ese no es el camino al que aspira este Gobierno.
—En las próximas semanas va a dilucidarse la posible “venta” del agua. Teniendo en cuenta que la otra gran maniobra económica del Gobierno, la ruptura del convenio con Diputación, no salió como se esperaba, ¿qué alternativas pretenden ofrecer al temido plan B caso de que no haya ofertas por Ajemsa?
—Tanto en uno como en otro tema, el PSOE se ha posicionado muy claramente. El convenio con Diputación, por ejemplo, era un convenio bueno, porque era con una institución pública que permitía tener servicios como el anticipo de ingresos futuros con un coste muy bajo. Además se acabó con las garantías de pago de las tomas de razón que suponía poner la deuda a largo plazo y a un interés corto. Al romper ese acuerdo nos hemos encontrado con que la deuda es a corto plazo y a un interés mayor y que, además, pagos garantizados, como el de Urbaser, ya no lo están, lo que ahora mismo puede derivar en despidos en la plantilla. Fue una medida con consecuencias catastróficas, como ha podido comprobar la plantilla municipal a lo largo de todo el año, porque era un instrumento eficaz y necesario para el funcionamiento del Ayuntamiento. Lo mismo ocurre ahora con el tema del agua. No sabemos por cuánto se va a vender y vamos a perder los ingresos que se generen en Ajemsa durante los próximos 25 años. El problema es que el PP ha hecho que todo dependa de esa venta, sin ofrecer otra alternativa, y que se lo ha jugado todo a una sola carta. Y miedo me da ese plan B al que optarán si no logran cerrar la venta, porque todos sabemos a dónde pueden conducir. Hace falta aplicar medidas más razonables, que no pasen por más despidos, que procuren la posibilidad de nuevas vías de financiación, generando confianza, aportando diálogo, porque de otra forma el futuro que nos aguarda es muy negro. La obligación no es amenazar con planes B con nuevas medidas traumáticas, sino planes B con medidas más solidarias, justas, coherentes, que pasen por salvar los servicios públicos y no despedir a más personas.