—¿Desde cuándo le gustó la música?
—Siendo muy pequeño me iba a la puerta del cine que había en la calle Real de La Línea y me sentaba a escucharla. Después nos marchamos a residir a Ceuta. Y allí había una compañía y estuve cantando muchos años como figura principal. Posteriormente nos marchamos a Tetuán. Y como era tanta mi afición por la música, mi madre me puso un profesor particular, que era el director de la banda jalifiana. Me compraron un saxofón y cuando tenía dieciocho años, hice la mili como educando durante tres años, en la banda de música militar de La Legión.
—¿Se reenganchó?
—Me salí y me fui a Tánger porque lo que quería era meterme en una orquesta para tocar y viajar. Entré en una orquesta húngara que estaba en el cabaret Embasy. Posteriormente hice un quinteto que se llamaba Tony Broch y nos marchamos a tocar por todo Marruecos. Posteriormente salimos a Argelia, Túnez, Dakar. A continuación estuvimos en Guinea y tuvimos que salir como pudimos cuando echaron al presidente Sekoutouré.
—¿Complicada situación?
—Sacamos el dinero como pudimos y después estuve trabajando en Casablanca, a continuación en Monrovia, Pakistán, Egipto. Y cuando tendría unos cuarenta y tantos años al estar ya casado con hijos nos venimos a La Línea. Pero me llamaron de Madrid para que trabajara con mi orquesta en el Castellana. Después me salió un contrato en Palma de Mallorca para trabajar con Sarita Montiel.
—¿Cómo le fue con Sara Montiel?
—Estuve trabajando con Sara Montiel y con Pepe Tous cinco años en su sala de fiestas Rosales. Posteriormente cuando se acabó el contrato estuve en El Globo Rojo. Y ya me vine para La Línea otra vez porque mi mujer la añoraba mucho. Después estuve por Europa. Y cuando regresé a La Línea al enterarse la pianista María de Soro que trabaja en el Hotel Cristina, vino a hablar conmigo para que entrara en su orquesta. Me quedé y estuve unos veinte tantos años tocando en el Hotel Cristina, hasta que la dirección cambió de orquesta, cuando yo ya tenía unos ochenta años de edad.
—¿Cuándo se vino a residir a Algeciras?
—Al principio de trabajar en el Hotel Cristina iba y venía a La Línea, pero después al quedarme viudo, como mi nueva esposa vivía en Algeciras, me vine para acá. Estaba Fernando Gómez que tenía la casa de música, y como quiso formar una banda de música, se puso en contacto conmigo y fui uno de los fundadores de la actual banda de música Amando Herrero.
—¿Qué instrumentos ha tocado?
—La flauta, el saxofón y ahora estoy tocando el soprano. Lo que no hago es salir en las procesiones. También soy profesor y todos los saxofones y flautas de la banda son alumnos míos.
—¿Qué es la música para usted?
—Es mi vida porque he vivido de la música y vivo para la música. A los niños les digo que aprendiendo música son diferentes que otros niños en todos los aspectos. Ya que tienen otra clase de sentimientos….
—Ha tocado por medio mundo y sabemos que son peligrosos esos ambientes nocturnos, ¿qué método ha empleado para conservarse tan bien?
—He llevado una buena vida, me he cuidado, no he bebido y en el año sesenta dejé de fumar. Y creo que eso es lo que me ha conservado bien.
—-¡Qué pena!, que se hayan acabado aquellas orquestas que tocaban en directo con una docena de músicos.
—Cuando se escuchaban aquellas orquestas era una maravilla, pero eso se ha acabado, porque lo que existe ahora es un guitarra y un vocalista con música enlatada.
—Esos falsos músicos han perjudicado seriamente los estudios musicales.
—Han provocado que los niños no estudien, porque ahora cogen una guitarra, un bajo o una batería y a los cuatro días están tocando sin ningún sentido. Pero si volvieran aquellas orquestas las aceptarían porque se hacía muy buena música.
—¿Qué tal suena la banda de música?
—Tenemos a María Jesús Herrero que es una directora que sabe exigir. El último concierto por enero en la iglesia La Palma me encantó porque sonó muy bien. En las procesiones también sonamos muy bien. Pero tenemos que actuar fuera de Algeciras porque aquí no nos contratan.
—En Algeciras es increíble lo que ocurre, porque prefieren contratar a artistas de fuera antes que a los de casa.
—Quien le puso a Algeciras especiales, sabía lo que decía, porque habiendo una banda de música que suena muy bien, no sabemos el por qué tenemos que salir fuera. Llevamos cuatro años en esta situación y cada vez van las cosas de mal en peor, porque no tiene viso de arreglarse.
—-¡Qué pena!
—Nosotros deberíamos ser una banda municipal y tener unas becas para los niños. Amando se preocupa mucho de ir a reclamar nuestros derechos. Y parece ser que no lo quieren por eso. Deberíamos colgar un cartel de INRI.
—¿Antes de las elecciones fueron visitados por los partidos políticos?
—Antes de las elecciones todos los partidos nos visitaron y miraron las condiciones que teníamos. Nos prometieron que si ganaban las elecciones arreglarían el local, porque tenemos en el techo cartones de huevos para amortiguar el sonido. Pero una vez pasadas las elecciones se han vuelto todos a olvidar de nosotros. El único alcalde que tuvo sensibilidad con nosotros fue Ernesto Delgado. Después con los demás alcaldes fue la cosa de mal en peor hasta hoy.
—Me encantaban esos conciertos que daban en la Plaza Alta
—Teníamos un contrato de tantos conciertos al año, pero actualmente no tenemos ningún convenio. Nos llaman para ir a lo de Los Reyes Magos y a las cabalgatas. Pero para cobrar eso es un calvario. Es una pena, pero no me gustaría pasarme hablando por las represalias que puede tener la banda.