“Creí que me había matao. Tuvieron que levantarme tres mujeres porque yo no podía”. Son palabras de Concepción Velázquez, una vecina de 71 años de El Carmen que hace más de un mes se llevó un buen susto cuando sufrió una aparatosa caída en la calle Palo Cortado, en la barriada de La Coronación, por culpa de la nula visibilidad ante la falta de alumbrado público y de señalización. Como relata, cuando hacia las 20.30 horas transitaba por la zona con una vecina y un carrito de bebé cayó despedida y se empotró contra la pared al no percatarse de la presencia de un enorme escalón de casi 20 centímetros que se ha convertido en uno de los puntos negros de la barriada por los tropiezos de vecinos, sobre todo de personas mayores, que acumula.
Para más inri, la farola que hay a unos 20 metros no funcionaba. “No me podía levantar, tuve que esperar que pasaran dos mujeres y ayudaran a la que venía conmigo. No entiendo a qué esperan para arreglar esto”, se queja. Debido al golpe recibido, Concepción tiene tres costillas fracturadas y una fisura en el radio de la muñeca izquierda que le ha obligado a inmovilizarla con una férula de yeso.
Consciente de que su caso se podría haber evitado, ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial en el registro municipal contra el Ayuntamiento. Tal como consta en la denuncia, Concepción considera que el Consistorio debe responder “ante la evidente relación de causalidad de las lesiones producidas y el funcionamiento de los servicios públicos de esta administración, ya que si hubiera existido luz adecuada, podría haberme percatado de un escalón existente que visualmente ya es difícil de distinguir de día, con lo que de noche es imposible”.
En este sentido, aunque aún no ha recibido el alta, emplaza al Ayuntamiento a indemnizarla por los daños y perjuicios, y sobre todo a solventar esta situación que la asociación vecinal Bellos Horizontes, en Las Torres, lleva denunciando desde hace tiempo. De hecho, en la denuncia se adjuntan los escritos presentados por este colectivo haciéndose eco de las “numerosas quejas” recibidas a diario por los vecinos por las constantes caída, mayoritariamente de personas mayores y con consecuencia de lesiones físicas por culpa de esta barrera arquitectónica. “Sólo hace falta instalar una rampa y poner una barandilla y, por supuesto, que se arreglen las farolas de la zona. Como este escalón hay muchos y aunque sabemos que la cosa está mal,esto no puede dejarse más”, señala el presidente de la asociación, Ángel Galán.