La Hermandad de la Yedra inaugura este próximo viernes la cocina autogestionada que quedará como legado de la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza. Como se sabe, el proyecto se lleva a cabo de la mano de Cáritas de Madre de Dios y se asienta ya en un local situado en la calle Tío Juane, en Estancia Barrera, que ha sido debidamente acondicionado en estos últimos meses por la propia cofradía.
El hermano mayor de La Yedra, Ildefonso Roldán, entiende que debe constituir un motivo de “gran satisfacción” para los miembros de la cofradía poner en marcha un proyecto de estas características en tiempos “de mucha necesidad” que requieren por tanto de “llevar esperanza” a los más desfavorecidos. La iniciativa es especialmente novedosa, por cuanto además de prestar asistencia a estas personas apuesta por su dignificación.
De hecho, el funcionamiento de esta cocina autogestionada permitirá el desarrollo de habilidades y destrezas en la preparación y consumo de alimentos saludables. Será por tanto un espacio de encuentro que debe conducir a la promoción personal y a la participación social.
De momento, la Hermandad de la Yedra ha invertido 35.000 euros en la adecuación del local, que ocupa unos 80 metros cuadrados. A partir de ahí, está previsto que en el primer año de funcionamiento del servicio se ofrezcan entre 7.000 y 8.000 menús, lo que indudablemente tendrá un importante coste económico.
Cáritas de Madre de Dios atiende regularmente a más de 200 familias, una cifra que se ha duplicado en estos últimos años. Para atender la cocina autogestionada serán necesarios “entre doce y catorce voluntarios”, que se irán rotando para que el servicio puedan funcionar correctamente.
“No estamos ante un comedor social al uso. Se tratar de dar algo más a las personas que van a ser atendidas, de ofrecerles ilusión y una posibilidad de sentirse útiles, porque hay gente después de tanto tiempo sin trabajar se encuentra realmente desesperada e incluso denigrada socialmente”, explica Ildefonso Roldán. No en vano, las familias aprenderán no sólo a cocinar, sino que también recibirán pautas de conducta alimentaria, cursos de manipulación de materias primas o higiene.
La iniciativa surgió de Cáritas de Madre de Dios y del propio párroco y director espiritual de la Hermandad de la Yedra, Marcelino Sánchez; haciéndose posible al amparo de la obra social de la coronación canónica de la Esperanza. Hace unos meses las partes firmaron un convenio con el Ayuntamiento a través del cual recibieron la cesión del local que ha sido acondicionado por la cofradía de la Plazuela.