“Intimidados”, “vigilados” y “cansados” de que el foco de conflictos y delincuencia que se ha generado en torno a una tienda de la conocida cadena de segunda mano. Así es como se sienten los vecinos y trabajadores de los negocios que hay en la calle Medina y el entorno de esta céntrica vía, que ya no saben a qué atenerse tras considerar que han quemado todos los cartuchos con el Ayuntamiento al haber planteado machaconamente y sin éxito el problema en la Mesa de Seguridad desde hace años.
A cualquier hora del día, ya sea por la mañana o la hora de la sobremesa, han llegado a contabilizar hasta casi una treintena de ciudadanos, en su mayoría de nacionalidad extranjera. Estos últimos, como denuncian prefiriendo no identificarse por miedo a represalias, además de llamar la atención de los clientes que entran en el citado local a realizar alguna compra o acudir a entregar algún artículo y obtener una remuneración económica, llegan a protagonizar piques entre ellos mismos (los móviles son su perdición), que en más de una ocasión han derivado en palizas e incluso amenazas con arma blanca de por medio.
Después de operativos por parte de tanto la Policía Nacional como la Local que llegaron a minimizar el problema,los afectados tienen claro que esta situación no se erradicará del todo hasta que haya un dispositivo de seguridad permanente. “No estamos diciendo que las patrullas no pasen, es que ellos saben a qué atenerse y es ver a un policía y salir corriendo, saben hasta dónde pueden llegar y tienen un negocio montado aquí impresionante. Se ha corrido la voz y hay gente de todo tipo que viene a venderles a ellos”, se quejan.
Saben que a menos que se tomen medidas más tajantes, seguirán viviendo en una tensión permanente y con el temor de que el menor descuido les salga caro. “Esto es para vivirlo. El otro día un vecino tuvo un encontronazo porque ni siquiera podía salir del garaje porque lo tenían obstruido. Y encima tienes que aguantar provocaciones; parece que hasta que no pase algo gordo no nos van a dar una solución”, lamentan indignados.