La aparición de Podemos o de partidos que están en contra la Unión Europea debe hacer reflexionar sobre lo que se está haciendo
La aparición en el espectro electoral español de ‘Podemos’ o el triunfo o avance de partidos que se oponen a la actual Europa unida, al margen del descalabro del bipartadismo nacional que, a priori, no va a tener consecuencias porque UPyD no ha remontado como se esperaba y porque la izquierda se encuentra fragmentada al no querer los chicos y chicas de Pablo Iglesias coaligarse con IU, hacen que las elecciones europeas, que han tenido más presencia en las urnas de la esperada, deba hacer reflxionar a la clase política no solo española, sino a la europea. Porque esos datos que se han arrojado denota que algo se está haciendo mal o que no se está sabiendo conectar con los pueblos del viejo continente, o que la mano alargada, excesivamente alargada, del Gobierno alemán está produciendo un cierto resquemor del que muchos quieren salirse cuanto antes. En España el tema europeo no se ha vendido ni mal, ni bien. Sencillamente no se ha vendido. Que la campaña política se viniese arriba por una desafortunada frase del ‘jerezano’ Arias Cañete no tiene sentido. Que en las proclamas de los unos y los otros se hablase de casi todo, menos de Europa era una invitación clara a la abstención o al voto en blanco, porque un porcentaje importante del electorado no sabía ni a qué acudía a las urnas. Los líderes políticos han querido hacer una especie de control al pueblo para ver por dónde respira de cara a las próximas generales, aún queda, que no para las municipales que esa es otra historia totalmente distinta. En las municipales influyen, en muchos de los casos, más las personas que los partidos y en Jerez hemos sido testigos fiel de ello durante más de dos décadas. Los datos de unas europeas o de unos comicios generales o autonómicos no son extrapolables a los locales, por lo que bien harían todos los partidos que en Jerez son con abrocharse los machos para un año en el que tendrán mucho que proponer y programar para que esta ciudad salga del ambiente precario en el que se encuentra sumida desde hace muchos años. El mejor capital a invertir será el del trabajo, ese que desgraciadamente tan escaso está.