La semana que ha terminado debe dejar una base para la reflexión. Los partidos políticos están reflexionado sobre el hartazgo que la crisis está creando en los electores y de ahí, tal vez, la aparición de Podemos. No creo que se haya votado a este incipiente partido por ideología sino porque ya no se sabe a qué asirse para salir de las catacumbas económicas en las que anda este país. Pero aquí toca hablar de fútbol y no de política, que hay otros círculos para hacerlo. Y ese hartazgo del que hablo, que ha llevado a mucha gente a echar en las urnas la papeleta de Podemos, es lo que llevó, en su momento, a los xerecistas, a muchos xerecistas, a crear el Xerez Deportivo Fútbol Club como una alternativa a una etapa que fue la más brillante deportivamente hablando pero tan caótica en lo institucional y en lo económico que puso al primer equipo de la ciudad al borde mismo de la desaparición. Esa desaparición que aún otea en el horizonte, por mucho que Ricardo García diga que la liquidación no se va a pedir. Ese Ricardo García que ha dejado sin paro a Barea López, aunque el ya ex delegado del club ha presentado el recurso correspondiente, y ese mismo Ricardo al que han tenido que llamar los trabajadores para decirles que desde la Seguridad Social se les había indicado que el club no había pagado un solo euro. Esos trabajadores que tendrán que ir al Fogasa a cobrar, después de que ya tengan en su poder las sentencias favorables de sus demandas, demandas a las que el club hizo caso omiso, no presentándose en momento alguno a las conciliaciones. Esto debe hacer reflexionar si merece la pena que el sentimiento se imponga en ocasiones a las razones y si merece la pena seguir tapando a la institución. La Gestora trabaja para sacar al Xerez del abismo y lo hace desde el sentimiento y desde el corazón, pero a veces también habrá que hacerlo desde la cabeza y ver si, de verdad, esto tiene arreglo cuando se producen noticias como las que se han producido en las últimas jornadas en torno a los trabajadores, que trabajadores somos todos y a todos nos duele que ocurran casos como los que han ocurrido en las últimas fechas.
La Gestora sigue apostando por el futuro del Xerez Club Deportivo, por la continuidad de la sexagenaria institución y busca apoyos y entiendo que también debe buscar la forma de que, finalmente, el club quede en manos de jerezanos, aunque para eso se necesitan unos apoyos extras que, en estos momentos, se ven complicados. De momento, de cara al futuro, no se sabe siquiera dónde o cómo va a poder jugar el primer equipo. La reunión con el Ayuntamiento está pedida, pero no hay respuesta sobre el día y la hora. Y eso urge, obviamente, para comenzar a enhebrar la próxima campaña. Y urge saber con qué dinero se cuenta para saldar las deudas con los técnicos y los jugadores que fueron y que ya no están. Hay muchas dudas que resolver. La Gestora está ahí, pero detrás, aunque no aparezca en primer término, está Ricardo García.
El mismo Ricardo García que le ha hecho un flaco favor a la Gestora con el tema de la reunión del consejo que debería nombrar a los patronos de la Fundación. Si hace falta hacer un consejo se hace con ese único punto del orden del día y se solapan las discrepancias. Lo que no se puede hacer es dar unos nombramientos sin que se haya celebrado reunión del consejo, reunión a la que tendrían que asistir los representantes municipales, y sin que nadie quiera firmar que efectivamente esa reunión se ha celebrado. Sencillamente porque esas personas a las que se les pidió que firmasen no son consejeros, sino colaboradores.
La Fundación, por cierto, va a morir. No llegó la Fundación a ser lo importante y decisiva que debiese en el entorno del Xerez Club Deportivo. Nació con unos fines, aunque en el fondo lo que buscaba era de alguna manera ser el sostén del club y, a imagen y semejanza de lo que es la Fundación del Levante UD, tener el máximo de acciones, pero a esa Fundación, como le han ocurrido a muchos proyectos en Jerez desde siempre, le ha faltado apoyos económicos externos. No se llegó a capitalizar la Fundación como sí se capitalizó la del Levante y de esa forma el levantinismo se pudo quedar con su equipo. En la Fundación no ha entrado dinero, si acaso aquellos 30 mil euros que dio el Xerez y lo que se sacó del partido donde estuvo el Sevilla FC de protagonista. Poco más. No ha existido inyección económica de las empresas, no se sumaron patrones económicos y así la labor de la Fundación fue languideciendo al mismo ritmo que languideció el equipo. Ahora entra ya en fase de liquidación. No sé si es preciso y necesario que se liquide esta Fundación para que asome la cabeza la Fundación del Xerez DFC que es la que está en marcha y sobre la que se está trabajando, sobre todo porque el tema de los terrenos enfrente de Chapín es más lógico que se cedan a través de la Fundación y no directamente a un club. Estamos asistiendo al fin de una Fundación y al nacimiento de otra que ojalá, y para los intereses del club al que van a apoyar, tenga más recorrido que la del Xerez Club Deportivo, porque al final la Fundación no se puede quedar únicamente en detalles, porque los detalles los puede hacer la propia entidad, sino que tiene que ahondar mucho más y debe tener ese carácter de colaboración de la que ha distado mucho la Fundación ya en liquidación, aunque obviamente los personajes con los que la Fundación tuvo que tratar, como Morales, Souza o García, no eran los más aconsejables.