–GUADALCACÍN– Lebrón; Topo (Corral, minuto 75), Juanma Carrasco, Luis Castillo, Paquito, Alfonso, Jesús Muñoz, Martel (Luisma, minuto 65), Borja, Adrián Martín y José Vega
–ÉCIJA–Melero, Troyano, Guille, Alejo, Adri Crespo, Juanito, Elady (Iván Martos, minuto 78), Núñez (Juan Guerra, minuto 46), Juan Delgado, Rubén Alonso y Manu Torres (Lolo Armario, minuto 77)
Arbitro: Rodríguez Varela, de Huelva. Amonestó a Jesús Muñoz por los locales y a los visitantes Alejo, Adri Crespo, Juanito, Rubén Alonso, Manu Torres y en dos ocasiones a Guille, por lo que fue expulsado en el 68. Expulsó en el 92 al preparador físico del Écija
Goles:
1-0 Martel (m.2)
1-1 Juan Guerra (m.48)
1-2 Manu Torres, de penalti (m.52)
1-3 Juan Delgado (m.63)
2-3 Paquito, de penalti (m.70)
Incidencias: Seiscientas personas en el Fernández Marchán
El Écija le dio la vuelta a un marcador que tenía en contra desde el minuto 2, en los primeros siete minutos del segundo tiempo. Un balón muerto en el área guadalcacileña sirvió para que Juan Guerra empatase y un error de los locales, que se quedaron a la espera de que los visitantes echasen el balón fuera,dio origen a un penalti infantil que convirtió Manu Torres, con lo que del 1-0 inicial se pasó a un 1-2, que pesó como una losa en la frágil moral de un equipo, como el Guadalcacín, que ya comienza a luchar contra los nervios de verse en la parte baja de la tabla y que, además, llegaba a este encuentro con dos bajas importantes como eran las de Diego Galiano y Dani.
No reaccionó el equipo local al marcador en contra e, incluso, los astigitanos, que también llegaban muy necesitados de puntos, ampliaban diferencia. A falta de veinte minutos el Guadalcacín acortó diferencias desde el punto de penalti y además se quedaba con un jugador más sobre el terreno de juego. El Écija montó dos líneas de cuatro, las dos muy juntitas y los locales apenas si tuvieron opciones para intentar, al menos, nivelar el marcador.
Luego, en sala de prensa, Ismael reconocía que se había jugado el peor partido de la temporada tanto defensiva como ofensivamente. La realidad es que no salió absolutamente nada ni dentro del terreno de juego ni tampoco desde el banquillo de los locales.